Hace apenas dos semanas, el eslovaco Josef Miso era asistente del portugués Guilherme Farinha en el Club de Fútbol de la Universidad de Costa Rica. Sin embargo, la sorpresiva renuncia del lusitano para gestionar su regreso a la Liga Deportiva Alajuelense sacudió los cimientos del equipo universitario, dejando sorprendido y dolido al que cuando fue jugador destacó como implacable delantero.
Miso, apenas se enteró de la noticia por la prensa, lamentó la falta de confianza por parte del hombre al que consideró, más que su entrenador y su jefe, su amigo; pues Farinha hasta lo llevaba en auto desde su casa en Barrio San José de Alajuela hasta Goicoechea, ida y vuelta.
No obstante, sin tiempo para lamentos ni grandes cambios, la Junta Directiva encabezada por Oscar Chavarría decidió promover a Miso como entrenador, y a Jimena Rojas y Geovanny Ramírez como sus asistentes.
Pese a las circunstancias, el emergente técnico destacó ante UNIVERSIDAD que el compromiso de los jugadores y la confianza de los directivos fueron las claves: “Yo soy una persona tranquila, cuando estaba trabajando con el señor Farinha siempre le fui fiel, él sabía que podía contar conmigo en ese aspecto, pero se presentó la oportunidad, la Junta Directiva y los jugadores me demostraron confianza y por eso estoy aquí”.
Miso espera mantener al equipo en la zona de clasificación para tratar de ganar la cuadrangular, retar a la final al que gane la fase de grupos y salir campeón. El día de su primer entrenamiento a cargo, se refirió en buenos términos al cuadro universitario: “ya estamos trabajando aquí hace un año y el grupo es muy unido, trabajador y tiene metas claras”, expresó.
DE PAÍS DESCONOCIDO A CASA
A sus 42 años de edad, de los cuales tiene la mitad viviendo en Costa Rica, Miso se ha convertido en todo un “manudo cédula 2”, tanto por su simpatía por la Liga Deportiva Alajuelense -donde hizo buena parte de su carrera como jugador- como porque convirtió la ciudad de Alajuela en su hogar.
En una entrevista al medio digital Tico Deporte, cuando aún asistía a Farinha en la Universidad de Costa Rica, confesó que el día en que la directiva manuda lo contactó tras una gira europea en la antigua Checoslovaquia (hoy dividida en República Checa y Eslovaquia) al inicio de su carrera, no tenía más referencia sobre Costa Rica que lo que había visto durante su adolescencia en el juego por los octavos de final entre ambos países allá por el Mundial Italia 1990, pero con el paso de los años aprendió a distinguir a los equipos en Costa Rica y se consiguió adaptar al país.
“Con ese equipo (Spartak Trnava) como dos o tres semanas después de ese encuentro se me acercaron los directivos del club y me dijeron que ese equipo costarricense estaba interesado en mis servicios y que si me interesaba ir a jugar a Costa Rica y después llegaron a hablar conmigo don Iván Mraz y don Mario Chacón que era en aquel entonces presidente de la Liga y llegamos a un acuerdo, ellos querían por dos años, yo solo uno y después a ver si me va a gustar o no, y por eso vine a Costa Rica en 1995”, dijo en aquella ocasión.
Lo que le hizo dejar su tierra natal no fue la Guerra Fría ni la desintegración de Checoslovaquia, tan frescas para ese momento, sino evitar los crudos inviernos que azotan Trnava por un espacio de seis meses.
Prueba de ello es que allí regresa religiosamente para vacacionar al acabar las temporadas futbolísticas, entre mayo y junio, durante la época de verano.
“Lógicamente se extraña la familia, algunos platos de comida pero principalmente compartir. A mí me gusta mucho estar ahí en verano, entonces trato de aprovechar cada día cuando voy de vacaciones y principalmente el clima de verano y estar con la familia”, dijo a UNIVERSIDAD.
Pese al cariño recíproco entre el europeo y la afición liguista, que se granjeó desde que jugaba y hasta el presente, a 13 años de haber dejado la casa manuda también tuvo que luchar contra directivas que no lo querían en su momento.
Incluso, en un momento crítico de lesiones durante su época de jugador rojinegro, Miso lamentó que la directiva de ese entonces pusiera en duda sus lesiones, y que posteriormente no le ofrecieran disculpas ni se desdijeran, aun cuando los resultados de los exámenes médicos ordenados por ellos mismos confirmaban la veracidad de sus problemas. “Hasta el día de hoy no he recibido una disculpa ni una simple aclaración a la afición y estas cosas duelen”.
Sin embargo, ahora como entrenador universitario y con mucho más tiempo del que tuvo para preparar el partido contra Liberia, el cual empató a un gol tras un penal de último minuto para los guanacastecos, asegura que sus planteamientos variarán según el oponente de turno y que tomará el duelo contra la Liga igual que contra cualquier otro oponente, por más que ahí esté su exjefe en el banquillo.
“Yo le guardo mucho cariño y le tengo mucho agradecimiento a la afición de Liga Deportiva Alajuelense, para mí es un grandísimo club y siempre me han tratado muy bien y estoy sumamente agradecido por eso; pero para mí enfrentar a la Liga lo tomo como enfrentar a cualquier otro rival”, finalizó.