Lionel Messi busca ganar un título mundial con su país.
Su familia y los niños son su pasión
Lionel Messi es la referencia de la selección de fútbol de Argentina. Incluso, se debate si él o Cristiano Ronaldo de Portugal son los mejores jugadores en el mundo de estos tiempos actuales, a pesar de que ninguno de ellos ha ganado jamás un mundial con su selección y sus carreras están a punto de terminar, pero eso es apenas un lunar en unas carreras bastante exitosas que les ha deparado títulos ligueros, de Copa, Ligas de Campeones, entre otros.
Además, Messi ya ha logrado alzar un título de campeón mundial, pero fue en la selección Sub 20 del Mundial de Holanda en 2005, ya en las mayores todavía no se le ha dado.
Dentro de la cancha, su único interés es destacarse. Pero si no es campeón, mira con desprecio los galardones individuales.
Fuera, su interés son sus dos familias: la que ha conformado en años recientes con su compañera de toda la vida, Antonella Rocuzzo, a quien conoce desde los ocho años, y la familia paterna de donde él procede, con Jorge Messi, un operario de fábrica, y Celia Cuccitini, una ama de casa. Todos ellos oriundos de Rosario, como él.
Su comida preferida es la milanesa a la napolitana, un platillo típico argentino que consiste en filetes de carne o pollo empanizados con salsa de tomate, jamón y queso derretido. Puntos extra si es doméstica.
Incluso, tanto Cuccitini como un hermano, Matías, se encargan de lo que tiene que ver con su constituida desde hace 11 años Fundación Lio Messi, organización que ayuda a niños y adolescentes en riesgo social. Mientras don Jorge y otro hermano, Rodrigo, manejan toda la parte de contratos, agendas y publicidad de Lio.
Su traslado a Barcelona obedeció a que solo en esa ciudad le podían financiar la hormona para el crecimiento que necesitaba, pues sin ella su estatura máxima iba a ser de 1,45 metros. Con este tratamiento, logró crecer hasta alcanzar una talla de 1,7 metros. Debido a eso, el club fichó a Messi desde niño, y él hizo allí todo su proceso hasta el presente. Pero sus beneficios no se circunscribieron a la parte futbolística, sino también a lo social, ya que su fundación entró en un convenio con la UNICEF y la Fundación FC Barcelona, lo que le da mayores ingresos y publicidad.
En uno de los pasajes menos agradables, debió enfrentar dos acusaciones de evasión fiscal en España, por montos totales de cerca de seis millones de euros. De la primera salió bien librado pagando cinco millones de euros (se le acusaba de deber cuatro). De la segunda, que involucró también a su padre, también, pues en principio se les condenaba a un año y nueve meses en prisión, pero luego lograron la conmutación de la pena en una multa que Messi pagó.
