Mientras la Copa Libertadores masculina sigue en un eterno dime y direte entre la resolución final de la Confederación Sudamericana de fútbol de hacer la final en Madrid, el River Plate de Argentina de jugarla en su casa y el Boca Juniors de ese mismo país de ganarla en la mesa por las agresiones a su autobús y a sus jugadores; la versión femenina de este torneo sí pudo completarse, y en él, el Atlético Huila de Colombia consiguió coronarse campeón luego de superar en penales al Santos Futebol Club de Brasil.
¿Cuál es la parte especial de esta nota y por qué se está publicando aquí? Porque en el elenco cafetero está la guardameta costarricense Daniela Solera, protagonista desde la línea de sentencia, tapando uno de los lanzamientos de penal de las cariocas para anexarle a las colombianas su primer título continental en 10 ediciones; y además, Solera es la primer futbolista costarricense de cualquier sexo o género en hacerlo.
Bajo una temperatura cálida en la Arena da Amazonia en Manaus, al norte de Brasil, las cariocas empezaron a imponer su ritmo apenas empezando el primer tiempo con un tanto de Brena de larga distancia.
Sin embargo, apenas salieron a la cancha en el entretiempo, vino la respuesta cafetera por intermedio de Gavy Santos, al minuto 47, para poner la paridad en los guarismos. El marcador no se iba a mover más y fue necesario pasar de una vez a la definición desde el punto de penal.
En esta definición, todas anotaban sus lanzamientos en ambos equipos, hasta que llegó el cuarto turno de las paulistas, con Angelina. Allí Solera iba a realizar su tapada para adelantarle el trabajo a su compañera Hazleydi Rincón de liquidar la serie, y así sucedió, por lo que la fiesta de las huilenses fue inmediata. No sólo era su primer título como equipo o individual, sino además, la primera campeonización de cualquier equipo colombiano; pues antes las mismas paulistas, el Sao José, la Ferroviaria y el Audax, también de Brasil, el Colo-Colo de Chile y el Sportivo Limpeño de Paraguay ya habían ganado el torneo.