Deportes VII carrera UCR trajo tres nuevas plusmarcas

Johanning, Ascencio, Vargas y Ríos ganaron la carrera UCR

Los corredores Daniel Johanning, Wendy Ascencio, Éricka Vargas y Leonardo Ríos dejaron grabados sus nombres con letras de oro en la Carrera UCR 2019

Los corredores Daniel Johanning, Wendy Ascencio, Éricka Vargas y Leonardo Ríos dejaron grabados sus nombres con letras de oro en la Carrera UCR 2019 disputada este 25 de agosto, en celebración del 79 aniversario de la Universidad de Costa Rica.

Johanning se impuso en los 10 kilómetros masculino, por sexta edición consecutiva, con un tiempo total de 30 minutos y 42 segundos, con lo cual tumbó en casi tres minutos su propia plusmarca, la cual estaba en 33:35 y databa de 2016.

En el caso de Ascencio, de la Universidad de El Salvador, dio la sorpresa al dejarse los 10 kilómetros femenino en su primera participación, con un tiempo de 38 minutos y 14 segundos, y botó el récord que había implementado el año anterior la costarricense Gabriela Arias, con tiempo de 40 minutos y 46 segundos. Aunque ella también bajó su tiempo hasta los 40 minutos exactos, eso le alcanzó para el segundo lugar.

Por segundo año consecutivo, Éricka Vargas ganó la categoría 5 kilómetros femenino, y en esta ocasión hizo un tiempo de 21 minutos exactos. De este modo rompió su propio récord en 26 segundos. Por su parte Ríos detuvo el cronómetro en 16 minutos y 43 segundos; 28 segundos arriba del récord instaurado el año anterior por William Pérez.

Aunque este año se abrió una categoría para triciclos y sillas de ruedas, finalmente no hubo competidores en esa categoría.

Johanning puso como clave del éxito la paciencia para atacar, pues esperó hasta los últimos tres kilómetros para despegarse de su compañero del Coopenae, Georman Rivas y demostrar por qué ha ganado esta carrera ininterrumpidamente desde 2014.

“Hoy la carrera estuvo muy disputada con mi compañero Georman Rivas, la primera vuelta la corrimos juntos y ya fue como hasta el kilómetro siete donde pude empezar a sacar ventaja, corrí la segunda vuelta un poco más rápido y gracias a Dios me sirvió para defender el primer lugar obtenido en los años anteriores”.

Consultado sobre si es parte de la estrategia de equipo de Coopenae de ir por esta carrera con Johanning y de dejarle a Rivas la Milla Universitaria de marzo, Johanning negó esta hipótesis y aseguró que ambos le imprimen su máximo esfuerzo a ambas carreras; si bien es cierto cada uno se especializa en distintas distancias.

“Cada quien le da con todo lo que tiene en todas las carreras, sin embargo, Georman se especializa más en distancias más cortas, entonces puede correr la Milla mucho más fuerte; yo me especializo en los 10 kilómetros, me siento mejor en este tipo de carreras”, agregó.

En el caso de Ascencio, ella solo había explorado el recorrido por automóvil antes de correrlo por vez primera, pero eso no le impidió hacer la plusmarca, ya que hizo un trabajo de inteligencia para conocer todos los detalles de la ruta. “Me preparé mentalmente analizando en qué momento uno podía atacar o mantener el paso porque hay como muchos subibajas, pero gracias a Dios todo salió bien”.

Vargas también atribuyó al factor mental su éxito para dejarse los cinco kilómetros por segundo año seguido. “Venía mentalizada a dar lo mejor de mí. Uno no se puede confiar que todo el tiempo la va a ganar y le va a ir bien, o sea, eso es irreal. Pero me preparé, entrené, al subir las cuestas iba pensando en lo que fuera menos en eso, y darlo todo, medir, cerrar, y en la carrera tomar las decisiones”.

Para Ríos, la clave del éxito estuvo en practicar el recorrido antes de correrlo, y esta carrera le sirvió para tratar de recuperar sus condiciones antes de la carrera de relevos San José-Puntarenas.

“Primero descargué el mapa, luego hice el recorrido el jueves tres veces suavecito para aprenderlo de memoria antes de venir a hacerlo ahora, y esto me sirve para ver cómo estoy de aire, para prepararme para la carrera de relevos San José-Puntarenas”.

Historia

La carrera UCR llegó para quedarse desde su implementación en 2013, como la competencia atlética para la  conmemoración del aniversario institucional, por cumplirse exactamente el 26 de agosto. Además, sirve como una manera de aprovechar el auge participativo que tienen las carreras pedestres desde hace algunos años. De acuerdo con el sitio especializado en eventos atléticos “A buen paso Costa Rica”, en promedio suelen hacerse entre dos y tres carreras oficiales por domingo.

Adicionalmente, la carrera UCR es una manera de dar la bienvenida al segundo ciclo lectivo de cada año, ya que antes había un vacío de actividades como la Semana Universitaria o la Semana de Bienvenida, que se celebran en la primera parte del año.

Para esta edición, se habilitaron desde junio y hasta el pasado 17 de agosto un total de 1200 cupos para participar, entre preinscripciones abiertas solo a público interno de la Universidad (estudiantes y funcionarios), y las inscripciones a público externo y atletas élite. De los 1200 cupos, se habilitaron 1000 para todas las modalidades de la carrera (5 y 10 kilómetros) y 200 para la caminata. Eso habla sobre el éxito sostenido que ha tenido esta carrera, ya que su edición inaugural, la de 2013, sólo tuvo 600 cupos para la única especialidad disponible en ese momento, los 10 kilómetros.

En 2014 vino la caminata recreativa, para aquellas personas que no están en condiciones o no les apetece correr competitivamente, sino tan sólo ejercitarse y disfrutar de buena compañía.

La carrera de cinco kilómetros vino en 2016, como una opción para aquellas personas que están empezando a correr o que les gusta un tramo donde pueden desarrollar más la velocidad que la resistencia, pues los 5 km son la menor distancia que se tiene en las carreras atléticas sobre asfalto y, además, es aconsejada por especialistas de la salud y entrenadores para atletas primerizos o aficionados.

Desde 2017 esta carrera consiguió el aval por parte de la Federación Costarricense de Atletismo, lo cual implica que los atletas de élite nacionales y extranjeros pueden correrla sin temor a sanciones, y desde 2018 se abrió la modalidad de silla de ruedas o triciclo, para los atletas con discapacidades físicas en las piernas que les impida caminar o correr, sin necesariamente ser paratletas ni estar amputados. Sin embargo, esta categoría sólo estuvo disponible en 5 km.

Para esta edición se homenajeó al equipo universitario de atletismo de los años 70, pentacampeón nacional durante esos años.

Inspiración en muletas

Por otro lado, pese a quedar en los últimos lugares de la general (una hora, 14 minutos y 11 segundos), para Iván Rodríguez lo más importante es recibir el cariño de otros atletas y espectadores en las distintas carreras nacionales e internacionales a las que asiste.

Pese a haber perdido su pierna izquierda por trombosis 13 años atrás, él prefiere correr en muletas contra corredores regulares antes que contra otros paratletas con el fin de desafiarse a sí mismo y dar rienda suelta a su amor por el atletismo.

“Siento que entrenar toda la semana y no correr el fin de semana es como a aquel jugador que se entrena toda la semana y no lo ponen en los partidos. Los días de la carrera me motiva y siento que el sentimiento es recíproco, pues los demás corredores me motivan, me dicen frases como ‘monstruo’, ‘vamos campeón’ ‘eres un ejemplo para la disciplina’, y hay veces que hasta me ponen a llorar con lo que me dicen, y eso me ha hecho caer en esta disciplina, que hay mucho compañerismo y socialismo”.

Él mismo incluso mostró orgullo por bajar su tiempo en casi seis minutos, donde en promedio suele terminar su trazado de 10 kilómetros en una hora y 20 minutos, llegar a casi 50 carreras y haber llegado a realizar inclusive cinco medias maratones (carreras de 21 kilómetros).

Lo mejor para Rodríguez radica en que tendrá aparición en otras carreras adicionales, como la carrera de San Ramón para abrir el mes de setiembre, y la carrera Bimbo, tres semanas después.

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