El cuarto estado de emergencia sanitaria por el aumento de casos de la COVID-19 en Tokio y el rápido avance de la variante delta del SARS-COV-2 hizo que el Comité Organizador local echara marcha atrás en la medida de permitir público japonés o residente con capacidad máxima del 50% del aforo o con hasta 10 mil personas, y ahora no se admitirá ninguna cantidad de espectadores.
El miércoles se reportaron 2180 casos nuevos en todo el país, y 920 en Tokio. Al último corte, apenas 3 de cada 20 pobladores japoneses han recibido la inmunización completa contra la COVID-19.
Además de la medida de no aceptar público del todo, tampoco se reabrirán lugares públicos para espectadores donde se pensaban poner pantallas gigantes, y los bares y restaurantes que cuenten con televisores para ver los Juegos deberán cerrar a las 8 pm hora local y no podrán vender bebidas alcohólicas.
Así lo anunciaron la ministra de los Juegos, Tamayo Marukawa y el primer ministro Yoshihide Suga, luego de que el gobierno nipón decretara estado de emergencia para la capital japonesa desde el lunes 12 de julio y hasta el 22 de agosto, es decir, durante toda la duración de los Juegos Olímpicos y hasta dos días antes del inicio de los Juegos Paralímpicos.
Además, se anunciaron estrictos controles y seguimientos a prensa, deportistas y otros integrantes de delegaciones extranjeras que vayan a Japón, con el fin de que no se salgan de los lugares preasignados por la organización, tales como las villas, los lugares de competencia y entrenamiento, las zonas de prensa o los transportes oficiales, así como someterlos a pruebas PCR diarias para verificar su estado de salud.
Para estas últimas justas, las medidas se dictarán en el momento oportuno.