Posee orígenes samoanos e ingleses, pero se decantó por su natal Australia
En un país donde el rugby es deporte principal, destaca en el fútbol y lleva a Australia a cuatro mundiales seguidos.
Antes de Tim Cahill, Australia solo llevaba un único mundial, el de Alemania 1974, del cual se fue sin hacer ningún gol. Con él, y en parte gracias también a la mudanza de la federación australiana que se pasó futbolísticamente de Oceanía a Asia, en el año 2006, los australianos se han vuelto infaltables en la cita mundialista desde entonces. Además, Cahill aportó los primeros goles australianos en un mundial.
Y este jugador, a sus 38 años todavía seguirá con el dorsal amarillo y verde en los terrenos de juegos mundialistas, ahora en Rusia 2018. Sí, Cahill todavía juega, cuando muchos pensaban que Brasil 2014 sería su último mundial. Sin embargo, hay un pasado por descubrir de él.
Pese a que en Australia el rugby es el principal deporte, en la casa de los Cahill estaba prohibido practicarlo por temor de que él y sus hermanos salieran heridos, y en su lugar fueron impulsados a practicar fútbol. Allí Cahill destacó rápidamente, y ya con sólo 14 años era buscado por selecciones nacionales. Hizo sus ligas menores en Samoa, debido a que de ahí procedía su madre. Y apenas cumplió la mayoría de edad, sabiendo que en esta isla no tendría oportunidades de triunfar futbolísticamente, se fue a Inglaterra, muy lejos de su natal Melbourne, y fichó con el Milwall, donde destacó.
Este sueño le valió a su familia quedar endeudada y arruinada, situación que con el pasar del tiempo Cahill logró subsanar con sus fichajes en los diferentes equipos.
En 2002, el entrenador Mick McCarthy, seleccionador de Irlanda en aquel momento, pretendía fichar a Cahill para que jugase con ellos, debido a que tenía ascendencia de segundo grado procedente de esa isla. Sin embargo, en ese momento FIFA tenía una regla que prohibía a los jugadores de doble nacionalidad convocados por una selección en divisiones menores militar en otra cuando fuesen mayores, por lo que el plan no pudo darse.
Pero dos años después FIFA eliminó esta restricción, con lo cual Cahill quedó con cinco opciones para elegir: Australia, Inglaterra, Samoa, Escocia o Irlanda. Finalmente, se decantó por la selección australiana, por ser el país donde había nacido y crecido, y desde allí hizo su carrera internacional de 106 juegos y 52 goles, siendo de ese modo el mayor goleador de los australianos, sobre todo en participaciones mundialistas.
Fuera de las canchas Cahill es un hombre de estilo de vida familiar, que solo le interesa compartir con su esposa y sus cuatro hijos. Ama cantar, y en algún momento hizo, aunque de forma amateur, boxeo. De ahí que celebre sus goles lanzando golpes a los banderines de las esquinas. Uno de sus hermanos, Chris, sí se decantó finalmente por el rugby y hasta es capitán de la selección de Samoa, mientras que otro, Sean, fue arrestado primero en Inglaterra y luego en Australia por agredir a un inspector de tránsito. Aun así, Cahill no se olvidó de él y le dedicó una anotación realizada con el Everton.
