Deportes

Batalla legal entre estudiante y Universidad por cierre de equipos deportivos

Estudiante exige copia de contrato para ver si competencias incluyen cierre de equipos.

Como si se tratara de una novela al mejor estilo de los “culebrones”, la pugna entre algunos estudiantes que fueran deportistas de la Universidad de Costa Rica y la Unidad de Programas Deportivos, Recreativos y Artísticos por el cierre de los equipos deportivos de judo, balonmano, esgrima y porrismo está, por ahora, muy lejos de terminar.

En un nuevo capítulo de esta lucha, el esgrimista nacional, integrante de la Comisión de Atletas Olímpicos de Costa Rica y también estudiante de Ciencias Políticas de la Universidad de Costa Rica, Bradley Johnston, interpuso un recurso de amparo contra la Universidad en aras de exigir una respuesta de peso que justifique el cierre de estos programas. Además, el 12 de junio solicitó al director de la Unidad de Programas Deportivos, Recreativos y Artísticos, Gerardo Corrales, una copia certificada de su contrato con la Universidad, con el fin de conocer si en él viene estipulada la competencia legal para recomendar o ejecutar el cierre de los equipos, para lo cual otorgó diez días hábiles; es decir, hasta el 26 de junio, al cierre de esta edición.

Johnston justifica su queja ante la Sala Constitucional en que solicitó esa explicación ante la Vicerrectoría de Vida Estudiantil desde el 11 de marzo sin que hasta la fecha haya existido respuesta alguna por parte de la institución.

Según se desprende de un documento firmado por él y su abogado Walter Brenes, ellos están insatisfechos con las justificaciones institucionales de falta de presupuesto y de austeridad para cerrar el club, pues aduce que la planilla universitaria cuesta 600.000.000 de dólares anuales con todo y los pluses, mientras que el club de esgrima solo demanda 2.000 dólares anuales entre sus integrantes.

Johnston escribió en sus redes sociales que su interés iba más allá de la reapertura del club de esgrima, y que lo que ahora le importa más es masificar la oferta del deporte de las pistas de 14 por 2, los petos, las caretas y las armas blancas en otras sedes de la Universidad, en un momento en que el club estaría cumpliendo su 30 aniversario.

“Nosotros no queremos seguir hablando sobre si se cierra o no el club, queremos hablar sobre cómo mejorar el deporte universitario. La esgrima universitaria está lista para ser llevada a las sedes regionales, para la introducción de la esgrima en silla de ruedas y para ampliar la base de nuestra liga infantil en otras regiones como Liberia y Limón. Desde mi perspectiva esto tiene mucho más valor que cualquier ahorro que quieran obtener los burócratas universitarios sin vocación por el deporte”.

UNIVERSIDAD le consultó si le había hecho estas propuestas a la Unidad de Programas Deportivos Recreativos y Artísticos, ante lo cual su respuesta fue que esto se había manejado entre el entrenador y el presidente de la Federación Costarricense de Esgrima, Luis Cruz, y el entrenador Aldo Muñoz de la academia Athos en Liberia, con el objetivo de que se pudiera enseñar el esgrima en la Sede de Liberia de la Universidad. Sin embargo, estos planes se cayeron con el cierre del club a finales del año anterior.

Programas responde

Consultado al respecto, y de una manera rápida, Corrales contó a UNIVERSIDAD que elevó la solicitud de Johnston de la copia de su contrato a la Oficina Jurídica de esta misma universidad para consultar si debe o no brindar esa información sobre sus términos contractuales.

“Hasta donde sé, no existe nada en los reglamentos de la Universidad de Costa Rica que diga que los trabajadores deban hacer públicos los términos de sus contratos, por eso lo estamos mandando a la Oficina de Asuntos Jurídicos”. Por otro lado, aseguró poseer la competencia legal para recomendar los cierres o aperturas de clubes deportivos con base en el manual descriptivo de puestos que viene en la página de la Oficina de Recursos Humanos de la Universidad de Costa Rica.

UNIVERSIDAD consultó el manual descriptivo y en él vienen labores de supervisión de todas las áreas deportivas, artísticas y recreativas de la Universidad, así como delegar en las diferentes áreas, trazar los objetivos de sus áreas de dependencia y elaborar planes de trabajo para todas sus áreas coordinadas e informes de labores de su dependencia en aras de cumplir los objetivos institucionales. Sin embargo, ningún apartado se refiere de manera explícita a la potestad de abrir o cerrar clubes deportivos. Lo más parecido que se encontró es el de la organización y la coordinación de las distintas actividades deportivas y recreativas tanto en el ámbito nacional e internacional como en el universitario, así como ejecutar otras tareas propias de su cargo, sin explicitar cuáles.

Posteriormente, se intentó contactar a la Vicerrectoría de Vida Estudiantil para conocer las reacciones sobre los recursos interpuestos por Johnston, sin embargo, remitieron la consulta a la asesora legal Ericka Araya para su resolución. No obstante, no recibimos respuesta por parte de ella al cierre de esta edición.

 

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