El nivel de los 19 tenistas costarricenses que este año participaron en la Copa del Café 2018 no daba para pensar que alguno de ellos superase la segunda ronda, sobre todo si se toma en cuenta que más de la mitad no aparecía en el ranking de la ITF y que quienes estaban en este escalafón ostentaban puestos inferiores al “top 1000”.
18 de ellos se fueron sin tan siquiera ganar un set, y hubo cuatro jugadoras que se fueron en la mínima distancia de los 12 “juegos” (duelos a 4 puntos o hasta sacar ventaja de dos puntos, que se adjudican 15, 30, 40 y juego). Estas fueron Daniela Chaves, María Rosabal, Kristel García y Valeria Salas, víctimas de un doble 0-6 ante Nikki Redelijk, Kacie Harvey, Marcella Cruz y Lea Ma, todas estadounidenses.
Otros se fueron con el “consuelo” de por lo menos ganar un “juego”, incluida Tania Aizenmann, que se presentaba como la mejor carta nacional, y quien en la edición 2016 llegó a segunda ronda, pero en esta no logró más que un 0-6 y 1-6 ante la también norteamericana Addison Guevara.
Lo mismo les pasó a Hilary Alfaro, Sofía Gómez y Daniela Mena, víctimas de la canadiense Alexandra Vagramov, novena sembrada, la estadounidense Imana Grahim y la cuarta sembrada, Elizabeth Mandlik, respectivamente.
Algunos más, como Christian Winstead, Steffy Julian y Felipe Cruz, pusieron algo de resistencia contra el segundo sembrado Govind Nanda, la uruguaya Lucía De Santa Ana y el 13.° sembrado, Nathan Han. Pero el mayor rodaje y condición física de los foráneos les dio la victoria.
Sin embargo, cuando todo parecía indicar que todos los tenistas nacionales iban a irse dando más pena que gloria, apareció Alejandro Piedra para asegurarse un lugar entre los mejores 32 hombres, al ganarle al canadiense Christopher Heck. Luego de ser forzado a jugar los dos primeros parciales hasta la muerte súbita, donde ganó uno y perdió otro, Piedra sacó fuerzas de flaqueza para dejarse el tercer set y así clasificar al partido estelar de la noche del lunes.
Él mismo atribuyó su triunfo al aguante, ya que consiguió superar varias vicisitudes como la falta de fluido eléctrico, el traslado de cancha y un arratonamiento.
“Ha sido un partido muy complicado desde el comienzo. Los dos éramos muy parecidos, logré terminar el primer set muy bien y, lastimosamente, en el comienzo del segundo me arratoné la pantorrilla izquierda, y empecé a tener problemas en el resto del partido, y al final el contrincante me lo logró sacar. Al final estaba tan arratonado que seguí jugando con dolor y todo”, explicó ante la organización.
No obstante, el esfuerzo físico de este partido maratónico, que terminó a la medianoche luego de 4 horas y media de batalla, le pasó factura ante el 14.° sembrado, el estadounidense Roman Jachuck, quien lo eliminó con parciales de 3-6 y 0-6.
Dobles también afuera
En dobles la participación nacional tampoco fue, en términos generales, digna de recuerdo. Únicamente la pareja de Alfaro y Mariana Arguedas consiguió sortear la primera ronda, pero fue por la no presentación de sus oponentes Sanyutka Gawande, de Estados Unidos, y Ana Geller, de Argentina. Ya en la segunda ronda, fueron despachadas con un 2-6 y 1-6 por la pareja de De Santa Ana y la chilena Francisca Vergara.
Pese a quedarse fuera desde la primera ronda, el dúo de Aizenmann y Chavarría también hizo una participación memorable, ante la estadounidense Haley Giavara y la mexicana María José Hernández, al punto de que las nacionales ganaron el primer parcial 6-4. Y aunque finalmente las norteamericanas se dejaron el partido, las nacionales dieron un ejemplo de lucha hasta el final, sobre todo en el tercer set, el cual lo llevaron hasta un tanteador de 11-13.
Para el presidente del Comité Organizador desde 2017, Luis Fernández, los tenistas nacionales tienen condiciones, pero lo que les pone en desventaja ante los foráneos es la falta de rodaje y experiencia internacional.
“Los ticos son súper buenos, pero no podemos comparar a muchachos que se dedican a jugar tenis de lunes a domingo (en referencia a los extranjeros) contra los nuestros que no tienen esas condiciones. Lo que pasa es que los internacionales tienen más experiencia y rodaje”, explicó ante la página Punto de Break. Esto se refleja en la posibilidad que tienen los tenistas extranjeros de participar en hasta seis veces más torneos que los nacionales.
El entrenador José Carlos Hidalgo aseguró, ante la página de la organización, la necesidad de un mayor compromiso y aprovechamiento de las oportunidades de roce internacional por parte de los tenistas nacionales.
“Más que un secreto se trata de hacer las cosas bien, de trabajar, capacitarse, estar ofreciendo sistemas de entrenamiento lo más actualizados posible, y jugadores que se comprometan realmente a hacer eso”, aseguró al consultársele sobre el secreto de entrenar a raquetas de talla nacional como en su momento fueron Sebastián Quirós, Pablo Núñez, y ahora como responsable técnico de Cruz y Piedra.
Alejandro Piedra (rojo) fue el tenista que sacó la cara por Costa Rica al sortear un partido maratónico ante el canadiense Christopher Heck y arribar hasta la segunda ronda del torneo, donde cayó a manos del estadounidense Roman Jachuk en dos parciales. (Foto: Copa del Café).
