El extenso repertorio de obras del compositor costarricense Carlos Escalante Macaya le ha merecido amplios reconocimientos tanto dentro como fuera del país.
En sus obras hay piezas para piano, saxofón, orquesta, clarinete, violín, violonchelo, coro, quinteto de vientos, cuarteto de cuerdas, ensamble de percusión, trombón, marimba, piccolo, entre otros.
Esa vasta y fructífera trayectoria lo hizo merecedor, recientemente, del Premio Nacional de Cultura en composición musical.
Escalante cuenta que estaba buscando adentrarse en un mundo en el que no se hubiera aventurado antes musicalmente. Fue ahí cuando se topó con el cine negro estadunidense.
No quería replicar las bandas sonoras o los sonidos que se escuchan en estas películas, sino que quiso retratar con su música los diferentes elementos icónicos del género como la Femme Fatal, la figura del detective o las persecuciones automovilísticas.
Carlos Escalante también sacó, recientemente, un álbum titulado Música para Piano, Vol.1 el que habla sobre su experiencia siendo un estudiante extranjero en el South African College of Music de la Universidad de Cape Town.
Retrata mediante los preludios y nocturnos el choque cultural, el volver a su país después de estar tiempo afuera y el miedo a que las cosas hayan cambiado o a no tener ya un espacio en este.
El compositor explica que, para la creación de una obra, hay que saber mucho sobre lo que se está escribiendo. Tanto conocer el instrumento para el cual se compone como conocer sobre el tema del que se está escribiendo. A partir de ahí se crean los primeros bocetos que, con trabajo y esfuerzo, luego darán forma a la obra terminada.
Las obras de Escalante siempre han tenido un elemento interdisciplinario que lo caracterizan. Mucha de su música se basa en literatura, películas, obras plásticas y obras de teatro. Ha tratado autores como Jorge Debravo, Francisco de Goya, Gabriel García Márquez, Anacristina Rossi, Arthur Miller, entre otros.
Su música también se ha visto inspirada por el folklore popular y las diferentes ramas artísticas. Mucha de su obra ha sido compuesta para teatro o danza, trabajando con la Compañía Nacional de Teatro y la Compañía Nacional de Danza.
Carlos cuenta que la razón por la que llegó a trabajar de la mano de artistas de otras ramas fue porque buscaba que la música le fuera sostenible económicamente. Buscó dónde se necesitaba de compositores y se fue adentrando en esas áreas, acercándose al teatro, la danza y eventualmente al cine.
Esto marcó grandemente su visión sobre la música. Relata que trabajar con directores de teatro y coreógrafos le enseñó sobre cómo expresar una idea mediante el arte. “Nunca dejé de hacer música para danza y teatro porque era lo que alimentaba mi creatividad” afirma Escalante.
Por esto, Carlos les recomienda a las personas jóvenes que quieran perseguir la composición que estudien, ya sea por su cuenta o en alguna institución especializada. Les aconseja siempre priorizar su aprendizaje para, así, crecer como artistas. Además, les incita a acercarse a personas de las que puedan aprender, como él se acercó a maestros de otras artes.
El compositor cree que el papel de los premios nacionales debe ser promover las artes entre la gente joven y que las dotaciones económicas sirvan para que los artistas jóvenes continúen sus estudios. Así como el Premio Centenario del Teatro Nacional, que le fue otorgado en el año 1997, le sirvió a él para hacer sus estudios de maestría en el South African College of Music de la University of Cape Town.
Piensa que los concursos y los premios deberían ser, más que todo, para gente joven y lamenta que en el caso de los Premios Nacionales de Cultura no sea de esta forma, ya que, usualmente, solo se les otorgan a personas con mucha experiencia y trayectoria en su campo.
También habla sobre la importancia del presupuesto para el arte. Escalante afirma que la pandemia detuvo casi por completo el teatro y la danza en el país. Sectores que aún, actualmente, no se han recuperado completamente.
Carlos recuerda los años previos a la pandemia en los que componía música para hasta 4 obras de teatro al año, un ritmo que aún no se ha podido retomar.
A diferencia de otros países, en Costa Rica no existe un Ministerio de las Artes, sino un Ministerio de Cultura que debe encargarse no solo del sector artístico, sino también de la cultura popular y la historia, lo cual, según Escalante, puede llegar a ser una desventaja para el desarrollo del arte en el país.
Escalante ve su futuro aún en el teatro y la danza, pero también ha encontrado últimamente un camino en el cine. Entre sus próximos proyectos está la musicalización en vivo de la película Frankenstein (1931) para la Universidad de Texas Rio Grande Valley y de otras piezas audiovisuales de Antonio Bolandi y Andrés Heidenreich.
