Cultura

Ya circula la biografía de la cantante costarricense que triunfó en París

Julia Cortés (5 de septiembre de 1934) se convirtió en la cantante costarricense que logró, entre finales de 1958 y comienzos de 1972, un éxito sin precedentes en la historia de la musica nacional y lo hizo de la mano de Los Machucambos, cuando París era la capital cultural del mundo y reunía a los grandes artistas de la época.

Ahora, a 16 años de su muerte, acaecida en San José, Costa Rica, el 21 de noviembre de 2008, el escritor Mario Zaldívar recoge la vida de la intérprete en el libro Julita Cortés, biografía, la cual ya está a la venta (WhatsApp 89217025) y constituye un invaluable aporte para el imaginario de la música popular.

El texto ha sido largamente esperado para los seguidores de la música popular costarricense, porque viene a llenar un vacío sobre una de las trayectorias artísticas más espectaculares y que, sin embargo, ha permanecido en las sombras durante muchos años.

La nieta de León Cortés Castro, quien fuera presidente de la República entre 1936 y 1940 conquistó París tras salir a trabajar como secretaria en la embajada de Costa Rica en Italia. Luego entró en contacto con Romano Zanotti y Rafael Gayoso, con quienes compartió elenco en Los Machucambos, un grupo de música folclórica con el que grabó más de 600 canciones.

Así valora Zaldívar lo que representa Julita, como se le conocía artística y cariñosamente, a la cantante: «Nuestra música popular carece de ídolos de nivel internacional y, sobre todo, de marcar la historia en centros básicos de la cultura mundial como París, New York, México, Buenos Aires, Londres, Madrid, etc. Julia Cortés y Chavela Vargas lo lograron, siendo mujeres poco agraciadas físicamente, bohemias y rebeldes. Julia Cortés demostró que se puede llegar a la cúspide de la popularidad cuando se tienen condiciones artísticas y, ante todo, un espíritu indomable que no se arredra frente a las adversidades. Otros artistas criollos tenían iguales o mayores condiciones que Julita, pero se quedaron en el país, no tuvieron las agallas de probarse en otras tierras, no tuvieron suerte ni oportunidades, pero por encima de todo, les faltó ambición».

Para quienes todavía no han escuchado la voz de Cortés, aquí, en el Sistema Nacional de Bibliotecas (Sinabi), tiene en su portal una muestra de canciones, en las que se puede disfrutar de la calidad del grupo y de la irrepetible voz de la cantante nacional.

«Ay pepito; La boa; La cucaracha; La bamba; El choclo; Perfidia; El otorrinolaringólogo y Contigo en la distancia» son algunas de las piezas que se podrán escuchar, parcialmente, en el citado portal.

Sobre el hecho de que a pesar de Cortés triunfó en esa París irrepetible y dueña del mundo, desde el punto de vista cultural, y el que en el país todavía se le valore con suspicacia, Zaldívar apuntó: «La maldición de nuestros artistas es la falta de reconocimiento en su propio país, el menosprecio por la producción de corte popular, la condición de mujer en una sociedad machista, la indiferencia de las instituciones culturales, el desconocimiento  de los movimientos musicales en el mundo y la ausencia de investigación de las manifestaciones culturales de nuestro país. Existe también un complejo de inferioridad ante las expresiones culturales del exterior y una tradición muy arraigada de que lo que se produce localmente carece de calidad»

En ese sentido, el escritor agregó: «Las universidades públicas ven por encima del hombro lo que se produce fuera de la academia. También, la vida bohemia de Julita Cortés, después de su regreso de Francia, afectó la valoración de su obra. Otro factor importante fue que el trío Los Machucambos fue famoso como agrupación, sin pretender destacar a su voz prima».

La niña que desde muy temprana edad dio muestra de que en el canto se desenvolvía con soltura, fue en París donde brilló en todo su esplendor y ese amplio pasaje de su vida lo recoge la biografía publicada a finales de noviembre de 2024.

«Al escuchar las grabaciones de Julita Cortés en sus mejores años con el trío Los Machucambos, destaca la voz prima de esa mujer, con un acento singular, con medida y afinación envidiables, ritmo y melodía a cargo de una voz maravillosa. Hay que agregar su gracia en el escenario, en el baile y la condición exótica de danzar descalza. Su personalidad trasciende la fama del trío y, sin desmerecer la calidad de arreglista de Rafael Gayoso, el alma del grupo era Julita y así lo reconocieron sus compañeros, de modo que el trío nunca fue el mismo cuando ella se retiró».

 

Julita Cortés falleció en San José, el 21 de noviembre de 2008.

 

Los Machucambos se convirtieron en un grupo de éxito con su música folclórica en París.

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