Cultura Novela La ruta de su evasión

Voces de Yolanda Oreamuno se plasman en una ópera

Carlos Castro y Roxana Ávila avanzan con la escritura de la ópera La ruta de su evasión.

A cien años del nacimiento de la escritora costarricense Yolanda Oreamuno (1916-1956), la directora de teatro Roxana Ávila y el compositor musical Carlos Castro se atreven a embarcarse en la aventura de mudar en ópera el texto icónico de la literatura costarricense La ruta de su evasión, de la legendaria autora.

La obra se estrenará en setiembre en un montaje de la Compañía Lírica Nacional; de acuerdo con el proceso creativo, la audición para algunos de los personajes está programada para el 5 de marzo, a partir de las 10 de la mañana y durante todo el día, en el Centro Nacional de la Música (CNM), en Moravia.

“Hace 100 millones de años –te estoy hablando de 1994– nos surgió la idea de que sería bonito hacer ópera a partir de la novela latinoamericana y costarricense”, explica Ávila con el entusiasmo, humor y convicción que la caracterizan.

Castro agrega que La ruta de su evasión es un texto que le llamó la atención desde la primera vez que lo leyó, ya que posee cualidades pertinentes para ese tipo de género:

“En una ópera, los personajes tienen que cantar y presentar sus sentimientos, su yo interno”, detalla el compositor; en el caso de La ruta de su evasión, el monólogo es tan importante y poético que existe un material base que permite esta reelaboración artística.

Asimismo, la novela es una tragedia, con lo cual cumple con una de las características de una parte importante de las obras operísticas.

Ávila opina que la novela tiene referentes ocultos a elementos clásicos; por ejemplo, la gran línea que inicia la narración es Gabriel buscando al padre, es decir, es Telémaco en busca de Ulises, o el viaje de Hamlet hacia sí mismo para vengar el fratricidio de su padre.

“Esa gran estructura clásica Yolanda la tiene incorporada para luego verterla en una obra absolutamente personal”, mencionó la directora.

En ese sentido, Ávila aseguró que el objetivo es no hacer de la ópera una apología feminista, porque la novela no lo es, aunque tiene elementos en esa línea.

“Yolanda no era una abanderada que salía a gritar por las calles; ella decía cosas muy específicas y muy fuertes, pero como todas las personas tenía grandes contradicciones”, apunta.

Al respecto, Castro define la ópera como un gran drama íntimo, familiar y cotidiano. “Vasco es un gran tirano en un espacio muy reducido, donde ejerce una absoluta dictadura, atroz, pero si lo sacás de ahí no es nadie”, enfatizó.

Los cocreadores intentaron ser “absolutamente fieles” al hacer el guión. “La novela es la novela y, claro, la ópera es un producto nuevo; pero, en ese intento, la historia es la historia, el personaje es el personaje, las palabras de Yolanda son las palabras de Yolanda”.

Con una duración de más de dos horas, la obra se inserta en un microcosmos de una familia latinoamericana de los años 40, cuyas dinámicas van mucho más allá del lugar y del momento en que está planteada la historia.

Música en escena

Castro destaca que La ruta de su evasión es muy atractiva desde el punto de vista musical por las referencias musicales durante esa época en América Latina, como lo son el tango, el bolero y el chachachá, y que pueden ayudar a construir un repertorio de sentimientos con los cuales crear empatía con el público.

“La idea es tomar esas bases de la cancionística regional que es tan hermosa”, indica el compositor, para descolocar a la ópera de su lugar clásico, aunque tampoco es un musical.

Dada estas características de la época, la guitarra juega un papel preponderante al dar una rítmica y un color muy particular, en conjunción con la orquesta de cámara, mediante la cual se crea la atmósfera intimista del drama.

“Es una obra que se podría toca solo con guitarra, lo que permite una dinámica muy bonita porque queremos que sea una obra que pueda girar, que pueda moverse, salirse de la idea de que para hacer ópera vos necesitás muchísimo dinero”, acotó Castro.

La composición del libreto trata de que los personajes hablen a través de ritmos que puedan ser identificados por el público, como la referencia lejana de la emblemática “Caña dulce”, por ejemplo, cuando el personaje de Teresa recuerda su infancia, que ocurre en los primeros años del siglo XX.

“Tampoco es que la gente va a escuchar y ver el cancionero costarricense hecho teatro”, aclara Ávila.

De acuerdo con Castro, la pretensión es conectar con la audiencia las posibles formas de expresarse a nivel musical en América Latina, que no ha sido explotado a nivel dramático en una ópera.

En relación con la puesta en escena y la actuación, Ávila contextualiza que la ópera en general plantea grandes metáforas centrales escenográficas en formato monumental como una gran pirámide, un gran jardín o el templo.

No obstante, en La ruta de su evasión, al ser concebida de manera cinematográfica y no lineal en relación con el tiempo, se propone una serie de cortinas dispuestas en horizontal y vertical que con distintas aperturas y niveles generan una especie de primer plano o permiten que se vea el escenario completo.

Con respecto a la actuación, Ávila intentará que esta no sea ampulosa, sino intimista y hacia adentro, ni sometida a la técnica vocal tradicional. “No es eso de: yo no puedo moverme porque tengo que tener la columna recta”, aseveró; además, dadas las características de los personajes, el elenco debe ser joven.

Ávila añadió que de las óperas que se montarán este año solo La ruta de su evasión es original; por lo tanto, los actores tendrán que construir este primer montaje a partir de cero.

“La persona que va a actuar en esta obra va a entrar en la historia de la ópera costarricense como no ha entrado nadie más, porque no hay otras versiones”, concluyó.


 

 

La fuerza de la psiquis de Yolanda

Emilia Fallas, especialista en Literatura y Lingüística

Yolanda Oreamuno es la escritora nacional que entró con honores en la historia de las letras latinoamericanas, sin más soporte que su talento literario e intelectual, además de su estilo osado de escritura, en relación con su época.

La ruta de su evasión se caracteriza por su estilo autónomo al ser una novela psicológica que surge en un momento en que apenas había pequeños asomos en Latinoamérica de ese tipo de novela. Nace con pasos firmes para quedarse en la historia literaria y entra en las letras continentales, con proyección universal: logra permanencia en el tiempo y posicionamiento de avanzada en medio de los cánones tradicionales.

La fuerza de su escritura radica en la unión entre la narración fuerte y convincente, con profunda sensibilidad e intimismo con que escarba la psiquis humana; lo recóndito del instinto y del inconsciente; los pasajes subterráneos en los que transita la mente y las emociones humanas, la divagación y la neurosis que logra recrear a la perfección, mediante los diálogos internos y estilo de narración.

Como si fuera poco, ella –una mujer escritora– se abre paso con temas abiertos; principalmente, muestra sin tapujos la psiquis femenina presente en sus personajes: pone en evidencia la mujer consciente, libre e inteligente versus la mujer mansa y resignada.

La ópera La ruta de su evasión es una forma bellísima y sensible de rescatar a la artista y su obra. Con producciones artísticas como esta, no solo se honra su memoria, sino que muchas personas y jóvenes que no conocían a Oreamuno ni su libro posiblemente la conocerán y se acercarán a la novela; otros, al menos, escucharán sobre ella.


 

 

Te queremos tanto Yolanda

Yolanda Oreamuno nació el 8 de abril de 1916, en San José. Estudió en el Colegio Superior de Señoritas y posteriormente fue oficinista. Viajó a Chile, Guatemala (cuya nacionalidad adopta en 1948), Estados Unidos y México. En este último país, luego de una larga dolencia, murió el 9 de julio de 1956 en casa de la poeta costarricense Eunice Odio.

En 1961, sus restos fueron traídos a Costa Rica.

Adelantada a los estilos narrativos contemporáneos, inició en las letras costarricenses la novela de tipo experimental o introspectiva. Incomprendida en su momento y aún no plenamente divulgada su obra, por su talento, belleza y pretensiones, soledad y desplante, ha originado una leyenda en torno suyo. Constituye una de las figuras más fascinantes e importantes de la literatura costarricense con resonancia en Latinoamérica. Cultivó el cuento, la novela y el ensayo.

A partir de sus propias confesiones y las influencias que pueden rastrearse en sus trabajos, los autores que más leyó fueron, principalmente, Thomas Mann y William Faulkner. Fue a través del escritor norteamericano que le llegaron ciertas renovaciones de James Joyce –no directamente del autor de Ulyses–, como el monólogo interior y el flujo de las percepciones.

Además, el autor que más gravitó en su obra fue Marcel Proust: “Hago confesión de fe en Proust, de admiración ilimitada, de similitud y de influencia”, le dirá Yolanda en una carta a Victoria Urbano.

En 1961, la Editorial Costa Rica publicó A lo largo del corto camino; en 1977 Relatos escogidos (ECR, 1977). También escribió Por tierra firme, Dos tormentas y una aurora, Casta sombría, Nuestro silencio –denominada luego De hoy en adelante–, La ruta de su evasión y José de la Cruz recoge su muerte.

La ruta de su evasión fue galardonada con el premio centroamericano 15 de Setiembre en Guatemala y la primera edición fue publicada por la Editorial del Ministerio de Educación de ese país centroamericano, en 1949.

*Tomado del prólogo de “La Ruta de su evasión”, Editorial Costa Rica, 1977


 

Extracto de <em>La ruta de su evasión</em>, de Yolanda Oreamuno

XII

–Gabriel– dijo Aurora.

–Qué– contestó Gabriel.

Ese “qué” de su respuesta resultaba plano, sin entonaciones. No se le podría agregar ni siquiera un signo para desmentir su vacuidad y su dureza. ¿Qué podría decir ella para romper ese horrible muro? Toda expresión era difícil. Algo había cambiado con esta nueva forma que él usó de súbito para responderle. Esta vez, sin preliminares, la ha dejado fuera. Se encuentran el uno frente al otro tan distantes, que no cabría entre ellos ni el contacto de un saludo. Cuando él está así no se conocen. Existe ahí de pie, un hombre con cualquier hombre, dueño de su voz y gestos extraños. Antes de comenzar a quererlo, Aurora lo miraba y lo veía, pero después, conforme se ahonda el afecto, dejó de verlo para quedarse sólo mirándolo. De eso hacía ya mucho tiempo. Si cerraba los ojos para recordar, vería al Gabriel de hace cinco años, no al de hoy. Resulta curioso no saber cómo es la gente a quien se ama. La persona amada no tiene cara, ni manos, ni pies, ni cabello, apenas se recuerda un gesto. Se convierte en una entidad sin aspecto, pero está ahí como realidad tangible. Abstracciones del afecto. ¡Qué raro: un hombre!


 

 

Para audicionar

Para recibir el material para la audición, envíe un correo a [email protected], comuníquese al tel. 2240-0333 ext.305, o preséntese a las instalaciones de la Compañía Lírica Nacional para copiar el material en una llave maya.
Qué: audiciones para La ruta de su evasión.
Cuándo: sábado 5 de marzo.
Dónde: Centro Nacional de la Música en Los Colegios, Moravia.


 

 

 

 

 

 

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