Cultura CR Festival Internacional de Cine 2016

Una aventura por el cine libre e independiente

Del 8 al 17 de diciembre se lleva a cabo el Costa Rica Festival Internacional de Cine con 72 películas en programación

Este 8 de diciembre empieza el Costa Rica Internacional de Cine (CRFIC) en su quinta edición, una iniciativa joven y arriesgada del Centro Costarricense de Producción Cinematográfica y el Ministerio de Cultura y Juventud.

Durante 10 días en cinco sedes en la ciudad de San José, el público podrá darse gusto viendo las películas que más le interesen, ya sea por raras, distintas, dramáticas, divertidas o controversiales; porque lo acercan a su propia realidad o a contextos y situaciones desconocidas, que generan desde incertidumbre de la buena y curiosidad, hasta un sentido de aventura.

En su quinta edición el CRFIC rinde homenaje a la directora estadunidense Kelly Reichardt, con una retrospectiva de su obra
En su quinta edición el CRFIC rinde homenaje a la directora estadounidense Kelly Reichardt, con una retrospectiva de su obra

Son 72 películas de directores independientes de la cinematografía mundial, que cubren un espectro amplio no solo de idiomas -pues hay propuestas en persa, inglés, francés, chino, italiano y portugués, entre otros- sino de temáticas, estilos y géneros.

Esta avalancha de posibilidades podría abrumar hasta el más versado y acostumbrado cinéfilo, pero hay que tomárselo con calma. Basta con abrir el programa de mano y el catálogo del CRFIC 2016, para estudiar minuciosamente y analizar las películas que convoquen a ser apreciadas, o bien, para escoger según el azar y la intuición las rutas que cada quien desee recorrer.

Para comprender la magnitud de esta apuesta estatal por hacer un festival que se posicione exitosamente con su programación e identidad frente a festivales centroamericanos consolidados, e incluso frente a los mejores del mundo, UNIVERSIDAD le robó un rato al director artístico del CRFIC, Marcelo Quesada, quien en medio del trajín y los pendientes –impostergables- nos atendió con su acostumbrada parsimonia en la sala del Centro de Cine.

¿Cómo llega al Festival Internacional de Cine?

-Yo llevaba un tiempo amplio vinculado a la faceta de promoción cinematográfica de espacios de procesos de formación y la programación de películas, desde Cinergia y con una iniciativa de distribución que se llama Pacífica Grey. Estas experiencias me dieron algunos insumos para entender cómo funcionaba este sector a nivel local e internacional, que me permitieron andar bastante por festivales de cine, entendiendo las dinámicas, la identidad de los distintos proyectos, para finalmente tratar de aterrizar acá una idea que se correspondiera con los objetivos estratégicos que el Centro de Cine tenía para el festival que ya tenía tres ediciones anteriores. El Centro de Cine y el Ministerio en algún momento deciden que necesitan una dirección artística que era un puesto que no existía, abren una convocatoria y yo apliqué.

¿Cuál es el sello que quiere imprimirle al Festival?

-Cuando me involucro, empiezo a aterrizar esos objetivos, partiendo de una necesidad que para mí era fundamental que tenía que ver con generarle una identidad al proyecto, porque en un sector donde cada vez hay más festivales en todo el mundo, necesitás generar una identidad clara y a partir de ese lugar posicionarlo. Empezamos a consolidar un festival que pretende tener un impacto a nivel centroamericano, que entiende que estamos en una región que comparte inquietudes, realidades, pero también dinámicas de producción (cinematográfica). En el camino nos agarramos de otras facetas: somos un festival joven, cuya  fuerza para plantear un festival también tiene una vocación de apoyo al talento joven y eso tiene mucho sentido cuando uno se da cuenta que nuestra cinematografía es emergente, aun aquellos directores que tienen un camino amplio recorrido (3 o 4 películas).

¿Cómo se ubica Costa Rica en esta dinámica centroamericana donde existen dos festivales importantes: el de Guatemala y el Panamá?

A Dragon Arrives! del director iraní Mani Haghighi es una de las 72 películas que se presentan en el Costa Rica Festival Internacional de Cine
A Dragon Arrives! del director iraní Mani Haghighi es una de las 72 películas que se presentan en el Costa Rica Festival Internacional de Cine

-Existen dos festivales bastante más visibles en Centroamérica: el Festival Ícaro en Guatemala y el IFF Panamá, con acercamientos muy distintos entre sí y en relación con lo que nosotros estamos haciendo. El Ícaro fue pionero en entender a Centroamérica como una unidad a nivel cinematográfico, pero no tiene una programación internacional tan contundente; y el festival de Panamá tiene una vocación de generar puentes entre el cine centroamericano, pero con una noción cercana a la “alfombra roja”. En nuestro caso decidimos hacer una festival muy horizontal, donde el eje medular siempre son las películas como un todo, y empezamos a buscar un tipo de cine que se aleje de lo convencional,  que tome riesgos en su construcción artística, que atiende una noción de diversidad, y que tiene un componente de una fuerza interior, de un espíritu un poco salvaje, como es el descriptor de esta edición.

Es importante visibilizar y posicionar el festival a nivel internacional como también lograr acercar nuestro cine a esos circuitos internacionales. ¿Cómo funciona esa dinámica? 

-El festival genera una variedad en la oferta cinematográfica -que en otros ámbitos es muy limitada-, por lo tanto, atiende a un público general que está en búsqueda de propuestas cinematográficas, de visiones de mundo distintas, diversas, amplias. A nivel local, también atiende al sector creativo cinematográfico que está generando ese contenido, y a nivel internacional a un público, principalmente de la industria que viene al país como invitados del festival, y que ve en Costa Rica y en Centroamérica un punto de interés por los materiales que se han estado generando recientemente. Se trata de que los mercados se amplíen, y  en la medida que logremos atraer a todos estos internacionales para generar visibilidad, permite que toda esta maquinita que está funcionando desde hace años empiece a ser aún más viable, y que las historias de acá se vean en otros lugares, así como estamos trayendo de otros lugares historias de otros países.

A la vez, el Festival combina en su programación títulos de renombre en los Óscar y en festivales prestigiosos y de gran trayectoria…

-Nuestro objetivo principal de ir generando la programación en atención a este espíritu que le queremos dar al proyecto, está relacionado con acercar la noción de diversidad en el cine, y ojalá a través del cine, en la vida. Partiendo de que se producen al año 6.000  o 7.000 películas en todo el mundo y que aquí llegan 200: ¿Qué es todo eso que nos estamos perdiendo? Dentro de esa lógica, nos interesa atender a un público diverso, que se acerque al cine por razones diversas, algunos porque son cinéfilos, otros por entretenimiento, pero a todos nos interesa acercarlos. Nuestro festival sucede en un contexto en el que no hay un circuito alternativo fuerte en el país. No hay una cinemateca, no hay muchos espacios que permitan acercarse a este tipo de propuestas. Dentro de esa noción de diversidad  sabemos de ciertas películas que han ido generando resonancia a lo largo del año, que la gente ubica más y que nos interesa traer, siempre respetando ese espíritu desde el cual se crearon, esa noción de libertad. A la vez  hay películas que son mucho más arriesgadas, que son más desconocidas, al menos acá, pero en la que encontramos un gran valor.

¿Cómo opera en una parte del público el fenómeno de tener cierta resistencia a un cine alternativo? ¿Es por tener poca oferta y porque predomina el cine comercial que topa los canales de distribución?

-Creo que la falta de oferta hace que sea más complejo encontrar espacios de encuentro con una diversidad cinematográfica, entonces a veces hay una percepción de que es un cine demasiado distinto o ajeno a lo que “yo conozco y me gusta”, y es casi lo contrario, porque la mayoría del cine independiente se construye alrededor de historias personales, cotidianas, historias con las que es mucho más fácil relacionarse porque uno las ha vivido o ha estado cerca de ese tipo de contextos. El cine independiente es una denominación dada por un asunto de producción y no por un estilo o una construcción artística. Hay cine independiente con una vocación de público tremenda igual que cualquier película de estudio mayor, y hay películas más autorales, que se construyen a partir de otros códigos. En mi experiencia, cuando hay posibilidades que te permiten generar el puente,  en realidad la interacción se da de manera natural  porque hay cosas con las que podés conectar y entender que estas propuestas son más cercanas a la visión de mundo de las personas.

¿El abordaje de las películas de la programación tiene una tendencia en su estética y temática?

-Sí. El festival tiene una línea que busca un cine contemporáneo, con una visión relacionada con entender que las películas son historias y que la manera en que las narrás no está estructurada de una manera radical en cuanto a ficción y realidad, sino que hay puntos intermedios, en una interacción más compleja. Estamos buscando películas con propuestas que nos confronten de una manera fuerte. La lógica de la línea editorial del festival se construye desde lo artístico, no desde lo temático. Lo que vincula a la mayoría de las películas del Festival es ese espíritu libre, rebelde, con el que se crearon. En esta edición hay muchas películas de directoras con una construcción de personajes femeninos con universos muy fuertes, que se da naturalmente en el proceso curatorial.

También en esta edición hay varios animados….

-El cine en su estado más puro son historias que se pueden contar a partir de muchos lugares distintos y que conectás con ellas, no porque creás que son reales o ficticias o que son imagen real o ficticia, sino porque te toca lo que está contando. Entonces se empiezan a borrar las líneas entre cine animado  o “real”. Nos interesaba meter más cine de animación, y que no se definieran como películas para niños. La animación es un abordaje estilístico pero no tendrían que estar vinculado a historias que atienda a un público infantil.

Cuéntenos sobre Kelly Reichardt, la dedicada del Festival…

Es una de las directoras contemporáneas más interesantes del panorama independiente de los Estados Unidos y mundial. Lamentablemente la industria del cine limita la participación de mujeres en puestos de dirección, entonces se hace difícil nombrar diez directoras reconocidas, con un sello y una voz propia en el panorama internacional. Reichardt es una de esas que se ha ido abriendo espacio por la calidad de las propuestas y es muy coherente con el estilo que mantiene. Es un cine en apariencia muy sencillo, de pocas acciones o de pocos conflictos, pero que dejan entrever un mundo interior que es muy complejo. Es una directora que en todas sus películas las protagonistas son mujeres, y creo que eso genera ciertas rupturas , cierto tipo de cine, y es una directora que ha ido explorando  el estilo de vida del suburbio norteamericano, donde pareciera que no pasa mucho o nada, pero seguramente es la lógica en la que la mayoría de nosotros se desarrolla; eso es lo que se vuelve interesante de sus historias: poner el ojo en lo que supuestamente es convencional, y que vemos todos los días, pero que está lleno de matices y facetas que lo complejizan un montón. Para este festival en específico, la decisión de la retrospectiva dedicada a ella, acuerpa esa identidad de la construcción de una cine horizontal, que no necesita anclarse en la parafernalia mediática o incluso a nivel artístico, por ser un cine aterrizado.



Viajes en pantalla

Qué: Costa Rica Festival Internacional de Cine 2016

Cuándo: jueves 8 al sábado 17 de diciembre

Horario: consultar programación en www.costaricacinefest.go.cr

Sedes proyecciones: Cine Magaly, Teatro La Aduana, Teatro 1887, Teatro de la Danza, Anfiteatro del CENAC.

Sede actividades paralelas: Sala Magón del MCJ (Cenac)

Precios: ₵2.000 entrada general; ₵1.500 estudiantes con carné; entrada gratuita para películas de 11 a.m. a 5 p.m., entrada libre proyecciones Anfiteatro del Cenac y ciudadanos de oro.



 

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