El Festival Internacional de las Artes (FIA) 2018 se caracterizó, según los consultados, por tener muchos espectáculos de música, en especial al aire libre, pero pocas manifestaciones con gran valor como lo demanda la propia historia de esta actividad, que, en sus criterios, debe apostar por las más altas expresiones artísticas.
Macarena Barahona, escritora y profesora de la Escuela de Estudios Generales de la Universidad de Costa Rica (UCR), alabó la presencia de grupos colombianos y costarricenses que le dieron un realce al tema caribeño, por lo general invisibilizado en el país.
“Los espectáculos en Plaza Roosevelt me parecieron muy bien. En especial quiero resaltar el comportamiento del público que se mostró muy educado y a la altura, y el hecho de que se trajeran grupos que resaltaran lo caribeño. Igual sucedió con las agrupaciones nacionales, porque muchas veces no hemos sabido darle el lugar que se merece nuestra cultura caribeña”.
De acuerdo con Barahona, Colombia, país invitado y además el que más artistas aportó en el campo de la música, está un paso adelante que Costa Rica en materia de cultura. Ello contribuyó al hecho de que “se rompieran esos paradigmas estéticos” relacionados con lo Caribe.
La profesora, no obstante, lamentó que dichas presentaciones se concentraran en la Plaza Roosevelt, porque es muy pequeña y porque debió aprovecharse La Sabana para conectar con otras expresiones artísticas.
“San Pedro en realidad es un barrio de San José. No estoy al tanto de quiénes están al frente de la organización del FIA, pero debieron considerar ese elemento. Quizá fue un cálculo muy político porque San Pedro siempre ha sido un reducto del Partido Acción Ciudadana (PAC) y, como no sabían cómo iban a salir en las elecciones, mejor no corrieron el riesgo de hacerlo en un lugar donde se requiere la convocatoria de más gente como lo es La Sabana”, dijo.
El FIA 2018 contó con la participación de 458 artistas extranjeros procedentes de Perú, Argentina, Brasil, Chile, Uruguay y Colombia, en representación de América del Sur; Haití, por el Caribe; Canadá, México y Estados Unidos, por Norteamérica; Guatemala, por Centroamérica; y Holanda, Noruega, Francia, Dinamarca y Gran Bretaña, por Europa.
Los artistas internacionales efectuaron un total de 109 funciones en diferentes ámbitos, desde música, pasacalles, teatro y danza, entre otros.
Costa Rica aportó 727 artistas, quienes realizaron 53 funciones de un total de 162 que conformaban el FIA.
La inversión de cuánto le costó al país el Festival Internacional de las Artes 2018 se desconoce, en virtud de que Cultura evitó dar cifras precisas en aras de no incurrir en imprecisiones, de acuerdo con una entrevista realizada por este medio y publicada en la edición 2220.
¿QUÉ NOS DEJA EL FIA?
El exministro de Cultura (9094) e integrante de la Academia Costarricense de la Lengua, Arnoldo Mora, se hacía esta pregunta el lunes 16 de abril, tan solo un día después de haber concluido la edición XVI del FIA: ¿qué nos deja este Festival?
En su criterio, hubo un exceso de espectáculos callejeros y de música, cuando el FIA en su oportunidad aspiraba a otra concepción de cultura.
Mora, quien pasó toda la segunda fase electoral pugnando para que el pueblo costarricense votara por el partido en el poder, y para que no le diera el respaldo a una representación evangélico-política, se mostró decepcionado con la propuesta del FIA recién concluido.
“Un FIA debe medirse por su aporte cualitativo y no por lo comercial. Me parece que se está confundiendo lo que es un Festival Internacional con uno regional, como los que en su oportunidad hicimos, por ejemplo, en la región Chorotega, en Nicoya. Un FIA debe aportar algo diferente, algo que no se vea aquí todos los días. Para oír cumbias eso lo podemos hacer todos los fines de semana. Yo pregunto: ¿qué nos deja este Festival a la cultura costarricense?”.
De acuerdo con el filósofo, en esta oportunidad “no vio una compañía de teatro, danza o grupo musical que uno pueda decir que vino a realizar una gran presentación, de corte internacional, y que dejara una enseñanza por su nivel, por su virtuosismo”.
“No quiero que suene que todo pasado fue mejor. No, no, no se trata de eso. Hay que avanzar y estar al día, pero cuando fui ministro trajimos excelentes compañías de teatro de Grecia, de España, de Francia, se presentaron obras de Shakespeare, incluso en griego; y lo hicimos porque el FIA tenía que aportar algo extraordinario y diferente, eso no pasó con el FIA de este año”.
Según Mora, los espectáculos musicales al aire libre les dejan poco a los jóvenes y a los participantes en general:
“Esos conciertos se pueden hacer en cualquier momento y en cualquier lugar. ¿Qué aporta eso a la cultura costarricense? Me da la impresión de que un concierto en un parque aquí o allá no deja nada. Para oír cumbias lo podemos hacer todos los fines de semana. El FIA no es para eso, debe ser mucho más, pero para ello se requiere un gran trabajo de lobby con las embajadas, para traer lo mejor de lo mejor de esos países y entonces que nos hagan reflexionar con su arte. No importa si tan solo son cinco días de Festival, lo que interesa es la calidad artística que nos aporten y no esa masificación”.
Costa Rica, sostiene Mora, vive una decadencia en el ámbito del teatro, por lo que una actividad como el FIA es una oportunidad para traer el teatro del primer mundo, lo mejor que hay en Madrid, París y Broadway para intentar levantar el teatro local.
“Si se hace un buen trabajo previo se pueden traer a los mejores grupos. Sé por qué lo digo. Y hasta donde sé, eso no fue lo que pasó ahora en este FIA. ¿Qué gran obra de teatro vimos? Tenemos que apostar por los espectáculos del más alto nivel, para cumbias tenemos todos los días”.
UN GRAN FIA
En la Cadena Nacional de radio y televisión difundida por el Gobierno el domingo 15 de abril, la Ministra de Cultura, Silvie Durán, expresó sobre el FIA:
“Es celebrar esta fiesta que hemos fortalecido y dejado en su fecha, entregada como un joven pochotón para que podamos seguirlo disfrutando por muchos años más. Celebrarlo de esta manera, buscando lo más sustantivo y relevante de nuestra inteligencia social para construir ante los desafíos que ya no tenemos solo los adultos, sino absolutamente todos”.
Entre tanto, para la directora del Centro de Producción Artística y Cultural (CPAC), Ada Acuña, quien además es directora ejecutiva del Festival, el FIA fue una gran manifestación de la cultura, según un comunicado difundido a la prensa.
“Vivir los diez días del FIA es como navegar alrededor de la punta de un iceberg, desde donde todos y todas podemos observar y disfrutar la calidad de los espectáculos nacionales e internacionales que hacen de nuestra ciudad la protagonista; sin embargo, construir un FIA implica busear (sic) hasta las bases de esa estructura de hielo firme y concreto, que se construye bajo estrictos procesos, con gran cuidado y apoyo insterinstitucional, para así asegurar el éxito y hacer brillar la magia de este gran festival”.
Para Acuña, el FIA fue una muestra más del valor del trabajo en equipo: “Cada edición del Festival es única; hay que identificar muy bien las etapas de construcción para llegar a verlo con éxito; desde prever los riesgos, proyectar los presupuestos, diseñar el concepto del evento, planificar sus contenidos, asegurar las rutas de contrataciones, adecuar los espacios para los diversos tipos de públicos, hasta brindar condiciones de seguridad, implementar estrategias para el cuidado del ambiente, entre otros elementos fundamentales, cuyo propósito es asegurar al país que este evento continúe siendo tan grande y tan maravilloso como sus años de historia”, dijo.
La directora destacó que “el FIA siempre es una escuela de aprendizaje, donde muchos profesionales de diversas áreas se agrupan y trabajan en equipo para dar un resultado final exitoso. El resultado no pasa solo por los procesos de planificación, sino porque el FIA siempre cuenta con un equipo y un recurso humano que está constantemente capacitándose para poder estar siempre entendiendo las novedades y los procesos que conlleva un evento de esta magnitud”.
POCA LITERATURA
Consultado el presidente de la Cámara Costarricense del Libro, Luis Bernal Montes de Oca, sobre cómo valoraba el FIA desde el punto de vista de la literatura, manifestó que tal y como sucedió en la edición de 2017, hubo una propuesta limitada en este campo.
“Ya el año pasado yo diferí con la Ministra Silvie Durán en el sentido de que me parecía poca la oferta en literatura, pero tengo que respetar esas decisiones”.
En la programación internacional del FIA no se registraba ni una sola actividad directamente con esta rama de las artes. Tampoco se contó con la presencia de ningún escritor de relevancia mundial.
En el caso de las actividades locales relacionadas con la literatura de forma directa, la Asociación de Escritoras Costarricenses presentó un disco que recoge fragmentos de poemas de varias de sus integrantes, el miércoles 11 de abril a las 7:30 p.m.
La otra convocatoria a la literatura se dio con “Hojas sin tiempo”, en la que se leyeron e interpretaron poemas relacionados con la visión cabécar. Ello ocurrió el viernes 13 y 14 de abril en el foyer del Teatro Nacional.
Entre tanto, Dionisio Cabal presentó, en un espectáculo musical, una antología basada en poemas de Jorge Debravo, el 11 de abril a las 2 p.m. en la Plaza Roosevelt.
“Algunos dirán que para eso está la Feria del Libro, para darle más espacio a la literatura, pero lo que me parece es que la literatura forma parte de las bellas artes y así debería de entenderse”, puntualizó Montes de Oca.
SIN SUERTE
El escritor y periodista Carlos Morales, creador de los suplementos literarios más importantes del país, como Áncora, Forja y Libros, es un fiel partidario del valor que tiene una actividad como el FIA, por lo que representa; no obstante, dijo no haber contado con suerte en las elecciones realizadas en 2018.
“El FIA es un evento de altísimo valor cultural que merece ser apoyado, cualesquiera sean sus errores y debilidades, siempre que no caiga en actos de corrupción, como pasó otras veces. Este año no anduve con suerte y mi experiencia de espectador no fue positiva. Vi un pasacalles francés de cornetas y trombones, que no le gana en nada a la Cimarrona Domingueña. Me salí de un espectáculo de payasadas, disque brasileño, aunque los actores hablaban un español bogotano, y también me fui de la patochada en memoria a Chavela Vargas”.
“Es paradójico que le hagan un homenaje aquí a esa cantante, con toda la mierda que habló siempre contra Costa Rica y los ticos. Fui solo para escuchar a Tania Libertad, que es un canario mágico”.
El Galpón, de Uruguay, tampoco llenó las expectativas de quien fuera crítico de teatro por muchos años en el diario La Nación.
“No pude llegarle a Quejío, de España, pero me pregunto: ¿qué hace aquí hoy esa protesta contra Franco? ¡La vi con José Monleón hace cuarenta años en su estreno en el Festival de Manizales! Fui a ver al Galpón y me deleitó la calidad actoral del equipo, pero la pieza de Mouawad es una novela teatralizada del Edipo Rey que adormeció a un coliseo medio vacío. No me salí. Esperé hasta el final. Pero aplaudí poquito”.
Y para rematar su infortunio, el pasacalles en la Avenida Central, el domingo 15, no arrancó a tiempo: “El pasacalles holandés del domingo 15 no pasó y si lo hizo fue a deshoras”.
“Noto en el programa que hubo mucho circo, mucho rock, mucho unipersonal, mucha danza, pero este Festival ni cerca le anduvo en calidad al de 1976, que fue el primero, aunque los seguidores no se quieren acordar”.