El grupo Triqui-Traque, una compañía de teatro espontáneo adscrita a la Escuela de Psicología de la Universidad Nacional (UNA), se prepara para una nueva presentación el martes 29 de abril, enfocándose en las experiencias de vida de las personas que asistirán al Centro de Investigación y Docencia en Educación (CIDE). Esta actividad forma parte de las presentaciones esporádicas que el grupo realiza a lo largo del año. Busca explorar las vivencias, motivaciones y perspectivas de la comunidad en el CIDE a través de la “improvisación” teatral. Triqui-Traque, cuyo nombre evoca dinamismo y conexión, utiliza el teatro espontáneo como una metodología para la resignificación de historias de vida y el fomento del encuentro comunitario.
Fundado el 31 de octubre de 2012 por iniciativa de estudiantes y el docente Diego León Páez, quien se había formado en teatro playback y psicodrama en Estados Unidos. Triqui-Traque surgió con la inquietud de llevar el teatro espontáneo al ámbito universitario. «En el 2012 ya el grupo estaba formado (…) por interés de estudiantes de esa generación, que era la mía, y de Diego León Páez. Entonces él trae la inquietud de cómo sería un teatro espontáneo con estudiantes; de ahí nace esta propuesta de teatro espontáneo», comentó a UNIVERSIDAD Francisco Rodríguez, actual coordinador del grupo. Rodríguez, quien se unió como actor en 2013, formuló la actividad crónica del grupo junto con León Páez, quien se mantuvo como director hasta 2022.
El colectivo se formalizó dentro del Programa Estrechando Vínculos de la Escuela de Psicología que, aunque expiró en 2019, buscaba consolidar el psicodrama y el teatro espontáneo como herramientas para el encuentro, el aprendizaje y la transformación psicosocial. La visión del programa era posicionar a la Escuela de Psicología como pionera en el desarrollo y aplicación de estas metodologías.

El teatro espontáneo, a diferencia del teatro tradicional que presenta obras escritas, se construye a partir de las narrativas del público presente. «Esta forma de hacer teatro se plantea como una cuestión de que la gente que no tiene tanta accesibilidad o que su voz no se escuche tanto tenga una representación escénica», señaló Rodríguez.
El objetivo principal no es el mero entretenimiento, sino la interpretación estética e improvisada de las historias de vida para su resignificación y para generar un impacto a nivel comunitario. «Se plantea que todas las historias de vida puedan ser interpretadas con una cuestión estética desde la improvisación, pero para resignificar esas historias de vida, para darles otro significado, otro impacto, otro alcance a nivel comunitario, porque las historias de la gente de comunidad se asemejan a veces», añadió Rodríguez.
En una función de teatro espontáneo, los actores entrenados escuchan las historias compartidas por el público y las representan de forma inmediata, sin guion previo. «Nosotros como actores o actrices escuchamos las historias del público presente y como personas que están al frente tratamos de acoplarnos a la historia de esa persona intentando captar toda la atención hacia esa persona. ‘Ok, te pasó esto, yo lo puedo representar para que vos lo veas desde afuera, te sientas identificado o identificada’. Entonces, se puede hacer psicología, así como practicar la escucha activa y el saber que la persona no está sola», describió Fiorella Varela, miembro del grupo.
Para formar parte de Triqui-Traque, se requiere compromiso y apertura para explorar vivencias personales. No es necesario tener experiencia previa en teatro, ya que el grupo acoge a personas de diversas disciplinas, aunque actualmente la mayoría son estudiantes de psicología. «Se necesita compromiso y saber que, aunque es un grupo de teatro, aquí se experimentan cuestiones de vida propias; entonces no tener miedo a compartirlas”, “Aquí hay gente que ha entrado y que de artes escénicas; nada. Más bien se desenvuelven aquí», explicó el coordinador, Francisco Rodríguez.
La presentación del 29 de abril se centrará en la pregunta «¿qué es ser estudiante del CIDE?». A través de las dinámicas propias del teatro espontáneo, se explorarán las experiencias, los desafíos y las perspectivas de quienes forman parte de esta unidad académica de la UNA.
«La idea es básicamente trabajar el qué es ser estudiante del CIDE, ¿Qué experiencias de vida tiene un estudiante del CIDE?, ¿Para qué estudiar en el CIDE? Entonces esta actividad va sobre todo enfocada a gente del CIDE, porque hay gente que nos convocó y es básicamente trabajar con los estudiantes», detalló Rodríguez.
Esta iniciativa busca generar un espacio de reflexión y encuentro dentro de la comunidad, utilizando el poder del teatro espontáneo para visibilizar y dar voz a sus integrantes. La improvisación permite abordar los temas emergentes que surjan de las narrativas del público, creando una experiencia única y significativa para todos los presentes.
El teatro espontáneo, tal como lo practica Triqui-Traque, se relaciona con movimientos de teatro social crítico latinoamericano. Se considera una herramienta para abordar temáticas grupales y promover la transformación social. Su práctica se fundamenta en la escucha activa y la validación de las experiencias de la comunidad, buscando dignificar relatos que han sido subyugados. Para Rodríguez, esta perspectiva se alinea con ideas decoloniales que buscan cuestionar estructuras de poder hegemónicas y dar voz a las narrativas silenciadas.
«Para mí, el dispositivo o la intencionalidad ética del teatro espontáneo tiene que ser enriquecer historias que han sido subyugadas, dignificar los relatos porque posibilita que cualquier relato sienta que puede tener un lugar de validación», afirma Carlos Chico en la tesis del coordinador de Triqui-Traque. El trabajo de la agrupación, desde la extensión universitaria, se plantea como una propuesta decolonial al validar los conocimientos de las comunidades en sus propios términos.
Usted puede conocer más sobre este grupo en su perfil de Instagram: @triquitraqueuna.
