Cultura

Tras incendio en Danza U, la UCR busca respuestas para un problema que alcanza a todas las artes

Serias deficiencias en infraestructura son comunes a prácticamente todo el sector de las artes, y las autoridades no esconden lo difícil de encontrar soluciones en este momento.

Este lunes 22 de noviembre, funcionarias del Ministerio de Salud completaron su inspección del estudio que en el edificio Saprissa ocupa Danza Universitaria y formalmente lo declararon “inhabitable para la actividad de danza, baile, teatro, clases u otros por cuanto presenta condiciones ruinosas, insalubres e inseguras”.

El documento establece que, a partir de ese momento, a ese espacio solo se puede ingresar para realizar labores de “mantenimiento, limpieza y valoraciones por parte de Bomberos y el INS”.

La valoración y emisión del documento se realizó pocos minutos después de que el personal de Danza U realizara un pequeño acto coreográfico que marcó el peso simbólico del incendio del pasado 13 de noviembre y la pérdida de parte de su acervo histórico.

“Situación lamentable, de larga data y que a lo mejor cuando hubo condiciones más favorables para atenderla no se hizo; pienso en un espacio político, económico y sanitario menos complejo que el que estamos viviendo en este momento, ahora cualquier solución tiene que considerar todas esas variables”, Marisol Gutiérrez.

Durante ese acto, Hazel González, directora de la agrupación, expresó su intención de que esa manifestación artística sirviera como “la forma de resarcir a las personas que han pasado por acá; todas las generaciones de personas que crearon y que creyeron en un espacio posible para la danza en la UCR”.

También para que se abra la posibilidad de que “nosotros, esta generación de Danza Universitaria, podamos finalmente enterrar esa mendicidad y esa precariedad” en la que han subsistido desde siempre, o al menos desde que en 1990 el primero de tres informes de salud ocupacional realizados a lo largo de los años puntualizara serios problemas.

En el pequeño evento, al que acudieron autoridades universitarias como la vicerrectora de Acción Social Marisol Gutiérrez o la decana de Artes María Clara Vargas, González subrayó la necesidad de que “no solamente tengamos mejores condiciones de trabajo, sino acordes y recíprocas con el trabajo de calidad y compromiso que hemos hecho a lo largo de casi 44 años”.

La bailarina y coreógrafa además expresó su deseo de que quienes esten cerca de dejar de trabajar en la Universidad “nos vayamos con una sensación grata en el cuerpo de lo que fue haber sido parte de esta comunidad universitaria, de esta magna institución de educación superior”.

Por ello, añadió su esperanza de que la actual situación “sea el inicio de algo muy bueno, de cambio, que nos permita a nosotros, a esta generación, heredar algo mejor para las futuras generaciones de niños y niñas. Para soñar y vivir la danza en condiciones de dignidad”.

Soluciones complejas

La vicerrectora Gutiérrez en entrevista concedida puntualizó el compromiso por dotar a Danza U, antes de que termine el año, de un sitio provisional donde pueda realizar su trabajo. “Tenemos capacidad instalada dentro de la Universidad para poder atender esa atención. No hemos dejado de pensar qué sitios pueden ser idóneos para que ellos puedan satisfacer esas necesidades”, expresó.

“Estamos esperando la puntualización de Hazel González de qué es lo que requieren para poder continuar a partir del otro año”, agregó.

La vicerrectora de Acción Social, Marisol Gutiérrez, reconoció que el desarrollo de un proyecto de infraestructura que de manera definitiva atienda las necesidades de Danza U no se llegaría a realizar “en el segundo o tercer trimestre” de 2022: “estamos hablando de un proceso que se puede llevar tres, cuatro, cinco años, porque significa licitaciones, presupuestos, permisos”. (Foto: Miriet Ábrego).

Añadió que durante el primer trimestre del año entrante se establecerá una comisión para “sentarnos a conversar con todas las voces implicadas, Danza Universitaria, el Consejo de Artes, nosotros, la Rectoría, la Vicerrectoría de Administración, etc.”, con el fin de atender tareas a mediano plazo, como “una relectura, por ejemplo, de algunos proyectos que han tenido vida en los deseos y anhelos de otras administraciones para poder atender el tema danza y el tema artes en general”.

Cabe recordar que ese Consejo, integrado por la Decana y las direcciones de las escuelas de Artes Dramáticas (EAD), Artes Plásticas (EAP), Artes Musicales (EAM) y el Instituto de Investigaciones en Arte (IIARTE), la semana pasada emitió un comunicado en cual llamó la atención precisamente sobre los riesgos ante las condiciones deficientes de infraestructura que, al igual que Danza U, se han acumulado a lo largo de los años.

Gutiérrez reconoció que los inmuebles de las escuelas de Artes Plásticas y  Artes Dramáticas también tienen sus problemas: “estamos hablando de un sector que no cuenta con las condiciones infraestructurales necesarias, y no hablemos de cargas académicas”.

Observó que se trata de una “situación lamentable, de larga data y que a lo mejor cuando hubo condiciones más favorables para atenderla no se hizo. Pienso en un espacio político, económico y sanitario menos complejo que el que estamos viviendo en este momento, ahora cualquier solución tiene que considerar todas esas variables”.

Por ello, dijo que será una “tarea primordial” el año entrante revisar esos proyectos ya planteados y determinar cuán viables son. Mencionó, por ejemplo, “un centro de artes pensando en el (edificio) Saprissa. Si se pudiera revisitar ese proyecto, habría que ver si las necesidades que se habían planteado en ese momento a lo mejor ya han sido satisfechas para algunas unidades. Además, el valor económico que tenía ha variado considerablemente”.

Sin embargo, manifestó respecto a las “probabilidades reales” de llevar a cabo un proyecto infraestructura que atienda las necesidades de Danza Universitaria, que cualquier iniciativa de ese tipo no se llegaría a realizar “en el segundo o tercer trimestre” de 2022; “estamos hablando de un proceso que se puede llevar tres, cuatro, cinco años, porque significa licitaciones, presupuestos, permisos”.

“Lo que ellos desean y lo que nosotros también queremos responder —acotó— tiene un horizonte un poco más lejano a la inmediatez, pero no es por falta de empatía con el tema, sino por las condiciones reales en las que esto se tiene que resolver”.

Falta la carrera de danza

María Clara Vargas, decana de la Facultad de Artes, apreció, por ejemplo, que sobre la EAP el Ministerio de Salud emitiera una orden sanitaria: “nos salvó que debido a la pandemia no se han realizado clases presenciales, pero hay un problema grande, conviven equipos peligrosos, tanques de gas, cuestiones eléctricas y estudiantes, docentes, administrativos”.

Recordó que existe la iniciativa de trasladarse al edificio que desalojó la Facultad de Ingeniería en la Ciudad Universitaria Rodrigo Facio, “es un espacio mucho más grande, con solo eso hay ganancia”, pero subrayó que evidentemente se trata de un inmueble diseñado con otros fines, por lo que requerirá “modificaciones probablemente importantes”.

También mencionó la posibilidad de que el IIARTE de manera similar se pase al edificio antes ocupado por la Escuela de Odontología, “que les da situaciones adecuadas por un tiempo”.

Además, adelantó la posibilidad de que el actual edificio de la EAP, si se concreta la mudanza al de Ingeniería, pueda servir para alojar otras “necesidades de la Facultad y del Museo +UCR, que al igual que Danza U, la Facultad siente muy cercanas”.

A propósito del problema de Danza U, Vargas sentenció sin reparo que “está mal ubicada, debería estar en la Facultad de Artes y debería ser parte de una carrera de danza; eso le daría un soporte académico muy importante a la agrupación”.

La Decana reconoció que ese planteamiento puede tener unos 20 años, y subrayó que “sería importante que la UCR, que de alguna manera ha contribuido a la formación dancística en el país”, tenga una carrera que otorgue el correspondiente título.

“Danza U forma bailarines, coreógrafos; mucha gente que luego se tiene que ir a otras instituciones a titularse”, lamentó.

Por ello, subrayó que precisamente el tema de la creación de la carrera de danza está “muy relacionado” con el de infraestructura, porque “una carrera de danza no puede tener un solo estudio, sino que requiere de varios estudios adecuados”.

La funcionaria subrayó la importancia de crear esa carrera para la agrupación, porque “mientras tanto, están en una condición muy vulnerable”.

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