Cultura La Huida

El tico Arnoldo Ramos y la salvadoreña Dinora Alfaro unen sus talentos en obra teatral sobre la inmigración de personas LGBTI

La obra se presenta en el Teatro La Aduana del 21 de setiembre al 1º de octubre. Las entradas tienen un costo de ¢6.000

La obra se presenta en el Teatro La Aduana del 21 de setiembre al 1º de octubre. Las entradas tienen un costo de ¢6.000 para público general y de  ¢3000 para ciudadanos de oro y estudiantes

La Huida es una pieza teatral surgida de la colaboración entre Arnoldo Ramos, director de teatro costarricense, y Dinora Alfaro, actriz salvadoreña. La obra cuenta la historia de Blanca, una mujer víctima de una situación de violencia quien decide ir en busca de su hijo Gabriel, quien migró a Costa Rica hace unos años.
Bajo este argumento se exploran “las vicisitudes que enfrentan las personas refugiadas que se desplazan de su país de origen a causa de la discriminación por su orientación sexual”. La obra se presenta del 21 de setiembre al 1º de octubre en el Teatro La Aduana y durante el mes de noviembre en el Teatro Poma, en San Salvador.
Según cuenta Ramos, él y Dinora se conocieron en el 2013, cuando recibían un taller con Arístides Vargas del grupo Malayerba de Ecuador, y hubo un reconocimiento artístico inmediato entre ambos. Por esta razón, desde hace algún tiempo rondaba la idea de poder trabajar juntos.
Sin embargo, fue hasta que a Ramos le surgió la oportunidad del proyecto Iberescena (fondo de ayuda para las artes escénicas iberoamericanas) que se pudo concretar algo junto con el Proyecto Punto de Giro.
“El tema de la migración estaba rondando y mientras veía la posibilidad del proyecto pensé en Dinora, tanto por su calidad humana como por su talento y la llamé para madurarlo juntos”, explicó el director.
La particularidad de La Huida es que se presentará tanto en Costa Rica como en El Salvador, ya que desde que se gestó la obra, el plan era presentarla en ambas naciones.
Alfaro expresó que la cooperación de su país con Iberescena es mínima, por lo que las oportunidades de presentar el proyecto ahí eran más grandes si se hacía desde Costa Rica. Punto de Giro se encargó de facilitar todas las gestiones para que la obra se pudiera presentar en los dos países.
Alfaro y Ramos escribieron el guion juntos y destacan que fue un proceso muy natural por la confianza que existe entre ellos. La actriz comentó que según iban escribiendo surgió una dinámica muy productiva entre ellos.
“Algunos personajes llevan más la línea de Arnoldo y otros más la mía, pero se dio absolutamente natural, solo hubo que dejar que todo fluyera”, describió.
Para ellos estaba claro que un personaje salvadoreño era más fácil para Dinora y uno tico para Arnoldo; sin embargo, el director viajó a El Salvador para conocer al equipo y para “empaparse” de la gente de El Salvador, y así poder familiarizarse con las personas y aprender de ellas.
“Yo escribí sabiendo que los interpretes salvadoreños iban a corregir una serie de maneras de hablar y expresarse, pero negociábamos cómo íbamos a hacer las cosas y todo fluyó bien”, explicó.
Una primera versión del guion fue enviada a David Desola, dramaturgo español, quien hizo consultoría e hizo un trabajo “duro y clínico” con el texto. A partir de las observaciones del español, Alfaro y Ramos volvieron a escribir e hicieron los cambios necesarios para asegurar el mejor resultado posible.
La trama de La Huida aborda las dificultades tanto de la población migrante como la trans, grupos que sufren un rechazo muy marcado en la sociedad. Alfaro apunta que tener de migrar en contra de los deseos es algo que le sucede casi a la mayoría de personas en su país, pero tener que irse por tema de odio directo por razones de orientación sexual es algo muy diferente.
“Hay que entender que no se habla de algo lejano sino de seres humanos al igual que yo. No se trata de hablar de la minoría que por ser trans migró, sino de un ser humano que se vio obligado a sufrir sin ningún sentido”, añadió Ramos.
El costarricense opinó que la migración y la comunidad trans son temas de los que hace falta hablar en todo el mundo, no solo en Costa Rica. Pero reconoce que hay esfuerzos importantes como el de Jimena Caballero, quien tiene su grupo trans de teatro, así como otras iniciativas que muestran la necesidad de que el tema se ponga sobre el tapete.
Para la salvadoreña es urgente y necesario que en nuestros países se hagan avances en estos temas, ya que al ser un problema mundial, los esfuerzos no deben ser aislados. Ella cree que lo valioso de estas iniciativas es que promueven que la sociedad hable.
“Puede ser tu hijo, tu nieto o tu sobrino quien podría estar pasando por esta situación. El teatro refleja la realidad, nosotros solo pretendemos colocar esa realidad frente al espectador. Creo que el teatro es una herramienta de transformación”, continuó.
Alfaro y Ramos concuerdan en que la sociedad está demasiado permeada por la capacidad de juzgar a cualquier cosa que sea diferente y que ahí es donde el arte debe jugar un papel importante en contra de los prejuicios. “A mí este tema me ha abierto un montón, ahora conozco mucho más. Esa es una de las bondades del teatro, nos ayuda a ser menos prejuiciosos”, manifestó la actriz.
El director considera que en el caso de Costa Rica existe aquella visión prepotente de la cual pecan los ticos, es algo que se debe abandonar. “Somos una mezcla extraordinaria de sangres, es una estupidez pensar que soy mejor porque tengo la piel más clara que otro, debemos migrar hacia un pensamiento más inclusivo y humano”.
La salvadoreña opina igual que Ramos, y agregó que en la medida en que nos sintamos más cercanos a los otros podemos ser más fuertes. “Los latinos somos una mezcla y eso lo deberíamos celebrar en vez de condenarlo”, continuó.
En cuanto a la presentación de la obra en El Salvador, Alfaro anticipa que haya mucha controversia porque es un país muy conservador. Ella cita el ejemplo de un reportaje sobre una chica trans que se hizo en televisión salvadoreña y cómo le impresionó los comentarios que le hicieron al reportaje, hubo gente que la llamaba “demonio” o decían que había que sacarla del país, aunque también hubo personas que la defendieron.
“Va a haber polémica y ya sabemos eso, pero es un tema que es necesario, y si por eso nos van a tirar piedras pues que nos tiren piedras, yo no tengo temor”, continuó.
El director de la obra dijo tener fe en que el arte aporta al desarrollo de la sociedad, pero piensa esto es solo una parte, y que se debe ser un ciudadano activo, ya sea desde el arte, desde la educación, o donde sea que uno esté.
“Yo en mi sociedad debo participar no solo como artista, sino como ciudadano. No podemos mitificar al artista, somos seres humanos con un trabajo específico pero también hay otra gente que aporta desde otros lados”, apuntó Ramos.

 

 

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