Cultura Concurso deja huella desde el 2002

Temporada Jóvenes Dirigiendo apuesta por investigar la comedia

El concurso es una oportunidad para la formación de jóvenes intérpretes y directores

 

El lazo que puede existir entre el sueco Ingmar Bergman (guionista y director de teatro) y el argentino Martin Giner (actor y director) puede confluir en que los dos artistas han dedicado parte importante de su profesión a las artes escénicas en distintas épocas. Sin embargo, ver en un mismo escenario dos propuestas que toman como material sensible el trabajo de estos artistas es una de las sorpresas que nos trae este año el concurso Jóvenes Dirigiendo del Teatro Universitario.

Llegando a su XIV edición el concurso Jóvenes Dirigiendo es un espacio que ofrece la Escuela de Artes Dramáticas a jóvenes, como lo indica su propio nombre, que quieran de manera profesional iniciar en el mundo de la dirección mediante un estímulo no solo de espacio y divulgación de su proyecto, sino también económico. Este concurso busca darle oportunidad al trabajo creativo de las nuevas generaciones.

“La Escuela de Artes Dramáticas y el Teatro Universitario (…) entienden que parte de su vocación teatral está no solamente en ofrecer una formación a los costarricenses jóvenes que creen en el teatro como forma de vida, como elección y pasión, sino que también entienden que tienen que ayudarlos a entrar en su propio movimiento y en el mercado laboral. Elemento que la distingue, de hecho, de muchas otras carreras de la Universidad, a las que no les preocupa este aspecto”, (Bonilla, 2012).

Este es el primer año que en se modifica el nombre del proyecto, ya que anteriormente se llamaba Jóvenes Directoras, cuyo objetivo era promover la creación artística de las mujeres, población significativa dentro de esta carrera. Sin embargo, decidieron cambiar de nombre por un tema de equidad, puesto que se buscan propuestas de calidad en las que no tuviera peso el género de quienes concursan.

Para este 2017, Jóvenes Dirigiendo invita a los espectadores a sumergirse en el mundo de dos obras muy distintas entre sí pero con un elemento en común, la comedia 75 puñaladas y La vida seria de las personas son las puestas en escena que podremos presenciar a partir del próximo jueves 9 de marzo en el Teatro Universitario. Cada una con una duración de cuarenta minutos.

Carlos Villalobos es estudiante avanzado de la carrera y el director de la primera obra, 75 puñaladas. Su trabajo nace de la necesidad de investigar sobre la comedia.

“No fue un proceso de construir la dramaturgia pero sí de explorar el género. Con esta obra vi la oportunidad de hacer conciencia a través de la comedia. Empezamos una etapa política en el país un poco convulsa, y dentro de esta obra hablamos del nepotismo, de ese favoritismo personal, y en especial de estos vicios de carácter que tienen las personas y que vienen heredando a otras generaciones que ya vienen con otros vicios nuevos”, indicó Villalobos.

Este montaje invita al espectador a acompañar a un joven detective que investiga una muerte que ocurre en una escena del crimen llena de misterio.

Además de la dirección de Villalobos, el equipo artístico de esta primera puesta cuenta con la participación de Ether Porras (premio nacional a mejor actor este año) en el papel del “Detective”, Fernando Montero en el papel del “Cuidador”. En la parte de diseño de arte el vestuario está a cargo de Malory Grillo y la producción de Mónica González y del grupo Arte Insomne.

Y, como segundo plato fuerte, las personas podrán deleitarse con otra comedia que lleva por nombre La vida seria de las personas, pieza escrita y dirigida por el colectivo Las tres hermanas, compuesto por Yael Salazar, Mar Jiménez y Natalia Gutiérrez.

Este montaje lleva aproximadamente dos años ya que es producto de un curso donde las tres actrices deciden unirse para, a partir de una propuesta distinta en cuanto a la estética visual, trabajar con un texto inspirado en la película Persona de Bergman.

El colectivo buscó trabajar una propuesta que tuviera un contraste con lo denso y la parte cómica. Mediante la técnica del clown y la improvisación se fueron construyendo las escenas.

El motor de este tema fue la llegada de la “vida seria” a las personas y cómo se abarca esta nueva etapa. Según Yael Salazar, el tipo de comedia que quisieron manejar es oscura, con un lenguaje denso y sublime, la investigación de este género desde un lugar distinto.

El viaje de esta obra es la transformación de algo denso y la forma de comunicarlo desde un lugar más banalizado.

A nivel de estructura no es una dramaturgia clásica aristotélica en la que los acontecimientos son fáciles de entender. Esta propuesta se trabajó desde un mundo más onírico; desde la abstracción de la imagen y la intervención con recursos audiovisuales; no es una historia lineal.

Uno de sus mayores retos es actuar y dirigir al mismo tiempo. “Regularmente alguna se sale, pero cuando son las tres las que están en escena es más difícil por lo que hemos acudido a un ojo externo para poder ver las cosas que se nos escapan. Ejecutar la parte técnica en los ensayos también es difícil, tenemos otra organización que no es la de director afuera y actores dentro”, comentó Jiménez.

Como equipo que acompaña el proceso de este colectivo se encuentra el trabajo audiovisual de Ayerím Villanueva, el diseño y confección de vestuario de Hanna Gómez y la producción de Locomotora producciones y Allan Pérez.

Jóvenes Dirigiendo es un espacio que visibiliza el trabajo y el esfuerzo de artistas noveles. Además, facilita lugares para ensayos y al mismo tiempo pone a disposición el teatro para presentar las obras. La ubicación es otro aspecto de gran ayuda pues es de fácil acceso.

Para Villalobos y para el colectivo Las Tres Hermanas contar con este apoyo facilita la posibilidad de comunicar también las carencias y necesidades que vamos observando para mejorar cada año el concurso.

No solo es el lugar donde se han formado de manera profesional, sino que al desarrollar este trabajo también existe apoyo en la parte de divulgación; y como punto importante, que quizá es de los más difíciles de conseguir, cuentan con un presupuesto que proviene de la Vicerrectoría de Acción Social de la Universidad.

“Una de las cosas que se puede rescatar, aparte de los obstáculos que todo proceso tiene, es que existe una oportunidad y un empujón muy importante para incentivar a ser emprendedores en este campo artístico”, manifestó Villalobos.

En este concurso no se juzga si las propuestas son experimentales, el Teatro Universitario se caracteriza por ser un lugar donde se busca el lenguaje de cada quien.

 

 

 

 

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