Lo más duro de asimilar ha sido la falta de “contacto con los demás, ¡esa lavadera de manos tan harta! Esos protocolos de cuidado que uno no se puede rascar ni un ojo. Noooo, además ni se puede salir a tomar una pinche cerveza en un andén como antes”.
“Mi esposo —relata otra persona— está presentando crisis de ansiedad, lo cual me afecta mucho, pero tengo que apoyarlo para que salga adelante. Hacer las compras en tiempos de COVID cuesta mucho, hacer filas, tiempo, y todo lo veo más caro”.
Esos testimonios son tan solo una módica muestra de unos 60 sobre la supervivencia en tiempos de reclusión pandémica que el Teatro Girasol ha recopilado y a los que dará la forma de una pieza dramática en un proyecto de momento denominado Relatos del Confinamiento. Este grupo artístico es la opción para que estudiantes que no son de Artes Dramáticas puedan desarrollar su vocación o por lo menos curiosidad por el teatro.
Rebeca Montero, directora de ese grupo, enfatizó que “para nosotros lo primero en cualquier montaje, fundamental, es la investigación”.
Detalló que el trabajo bajo las actuales circunstancias y limitaciones es “un reto, porque estamos acostumbrados a una presencialidad obligatoria en el arte, porque el arte es muy humano y tiene mucho contacto; pero no significa que la otra experiencia virtual a la que ahora estamos obligados, no nos pueda enriquecer también”.
El Teatro Girasol es un grupo artístico, existe como un proyecto de la Escuela de Estudios Generales (EEG), del Área de Prácticas Artísticas de la Vicerrectoría de Vida Estudiantil (ViVE) y de la Vicerrectoría de Acción Social (VAS).
Fértil confinamiento
A estas alturas, el mes de marzo parece un punto lejano y solitario, casi imperceptible al final del horizonte, cuando se detectó el primer caso por infección de coronavirus en el país y cuando de manera intempestiva muchas de las actividades desarrolladas en la UCR debieron detenerse de manera súbita.
El Teatro Girasol no fue la excepción. Según relató Montero, la suspensión de las actividades presenciales llegó justo antes de que el lunes 23 de marzo se realizara la primera de dos audiciones que se hacen al año para dar entrada a las nuevas “semillas”.
“Teníamos todo, 50 personas inscritas y tuvimos que cancelar la audición”, recordó. Por esa razón el elenco para todo el semestre quedó reducido a tres personas, Andrés Loaiza, Carolina Fallas y Manfred Ramírez.
Sin embargo, el grupo no se echó a morir y mantuvo su trabajo. Por ejemplo, se han publicado videos parte de una serie de creación audiovisual elaborada a partir de la pregunta ¿qué es el Teatro Girasol para usted? Se trata de una composición grupal que se realiza “como referente de construcción y replanteamiento de lo que éramos, somos y seremos luego de este confinamiento”, según el texto en la página de Facebook.
También se ha trabajado en un proyecto con marionetas, denominado Amigos Pandémicos. Pero sin duda la iniciativa más ambiciosa consiste en la investigación a partir de testimonios ofrecidos por el público sobre cómo vive (o sobrevive) el confinamiento a causa del COVID-19.
Las personas pueden compartir su experiencia a través de un cuestionario en el que se pregunta por información básica útil para la construcción teatral y se les pide que se describan, tanto física como psicológicamente. Aún hay oportunidad de ofrecer testimonio sobre el confinamiento, a través de un formulario en la dirección https://forms.gle/TF1r7UK4FM4H8u6k7; también se puede encontrar en la página de Facebook del Teatro Girasol.
Montero informó que las respuestas son “súper duras”, e informó que “algunos valoran más la libertad, que se ven más humanos y con mayor conocimiento de sí mismos; pero hay gente que está cayendo en depresión, hay estudiantes en situación de crisis, por el encierro, la familia, la gente que pierde trabajo”.
Con los textos se elaboran perfiles de personas, “esos perfiles los relacionamos y hacemos historias. Es una metodología que he utilizado desde que la inventamos, seguramente ya alguien la inventó antes, pero nos funcionó”.
Montero, además, consideró un aspecto “fundamental” la posibilidad de que el trabajo resultante quede como registro histórico de estos cáusticos tiempos. “Hacemos un teatro que puede llamarse documental, pues nos documentamos de la realidad, de lo que dice la gente, para crear nuestros textos”.
Se trata pues de “toda una investigación que nunca pensamos que iba a ser tan buena en términos de las respuestas. La gente habla de pérdida de ingresos, manejo en universidades privadas, relaciones interpersonales… comentan muchas cosas por ser anónimo”.
Adaptación
“Este semestre tuvimos que adaptar todo”, relató Montero. Informó que también imparte clases de baile folclórico que ahora tuvo que adecuar a coreografías individuales.
Explicó además que en las artes escénicas se realizan ejercicios “de explosiones”, en los que “tenemos que sentir la energía de la otra persona, ¿cómo se percibe eso a través de una cámara? Entonces vamos a tener que hacer un esfuerzo de hacerlo, para que tengan la vivencia de la experiencia teatral”.
Montero al mismo tiempo expresó un moderado optimismo en que se pueda volver a la normalidad en 2022. “Va a ser largo y complicado porque a nivel de arte hay cosas muy grupales, en la danza y teatro es fundamental estar en contacto con el otro y sin tapujos ni caretas, muy expresivos, cuerpo a cuerpo. Esto es limitante porque nuestro cuerpo no quiere hacer extensiones hacia afuera, porque afuera está el contagio”.
Con gratitud, la funcionaria subrayó el “apoyo muy importante” que el grupo recibe de diferentes docentes de la Universidad, “pues hay diputados que quieren cerrar las universidades, no entienden el valor y no se dan cuenta de la importancia de este tipo de actividades que fortalecen el compañerismo, la solidaridad, la empatía. Hay muchos significados que pueden ser simbólicos para unos, pero para otras personas, fundamentales, en el sentido de que si no tenemos estos trabajos, procesos o contactos, aunque sean virtuales, nos vamos a volver cada vez menos humanos, más insensibles, y más fríos”.
Una audición es una oportunidad
Como se dijo, el parón en marzo dejó al Teatro Girasol con solo tres personas en su elenco, un aspecto problemático sobre todo de cara al proyecto Relatos del Confinamiento, pero ya llegó la oportunidad para realizar una nueva audición.
“La idea —celebró Montero— es que quienes vendrán a incorporarse como nuevos girasoles nos ayuden a replicar toda la información. Actualmente tengo tres personas y no pueden hacer todos los personajes”.
Las audiciones virtuales se realizarán el sábado 8 de agosto en tres horarios, el primero de ellos, a las 10 a.m., ya llenó su cupo. Las otras opciones son a las 11 a.m. y al medio día.
Para participar es preciso llenar un formulario accesible en esta dirección: https://forms.gle/WnNBoZN3gK6HoWET9 o a través de la página de Facebook del Teatro Girasol.
“Lo que pretendemos no es que venga alguien experimentado, sino alguien que realmente le guste y le apasione, aún si no sabe nada de teatro, porque la principal fortaleza del Teatro Girasol es la disciplina que se tiene por el arte”, dijo Montero.