Cultura Recibe Homenaje:

Ronald Bonilla celebra medio siglo de poesía

Escritores y admiradores celebraron obra poética de Ronald Bonilla en el Teatro de Bellas Artes de la UCR

Inspirado en la vida, el amor, el paisaje, la amistad y la mujer. Ese es Ronald Bonilla, un poeta costarricense que inició su camino en la lírica desde sus primeros años de vida y quien hace pocos días cumplió 50 años de carrera literaria.

El 17 de diciembre, varios poetas y admiradores del escritor se reunieron en el Teatro de Bellas Artes de la Universidad de Costa Rica para rendirle homenaje al autor de poemas como “Lluvia Adentro”, “Las manos de Amar”, y “Hay que nacer, nacer”.

Bonilla se mostró complacido tras la celebración de su medio siglo de poesía, y dijo estar trabajando en su actualización profesional.

“Yo me siento feliz y realizado, pero ser poeta es un eterno batallar consigo mismo, la palabra y el lenguaje. Nunca se está satisfecho totalmente, siempre uno quiere renovarse y en eso estoy”, expresó Bonilla.

Como un “apasionado por la escritura, y de buen verbo”, así lo describieron algunos miembros del Círculo de Poetas Costarricenses, quienes expresaron su admiración por el autor y leyeron algunos de sus textos más conocidos.

La escritora Leda García, expresó su aprecio hacia Ronald Bonilla, a quién considera un gran amigo. “Ronald nació para ser amado, respetado, admirado, y ser poeta desde antes que cualquiera”, mencionó.

A esto se sumó la opinión de la reconocida poetisa Julieta Dobles, quien muy halagada de participar en el homenaje, recordó cómo Bonilla, con menos de 15 años se aproximó “con gran talento” al Círculo de Poetas Costarricenses.

50 años entre versos

Ronald Bonilla, ingresó al Círculo de Poetas Costarricenses a la edad de 14 años y que desde ese momento ha dedicado su vida entera a la poesía, acumulando a la fecha 13 libros publicados.

Este autor ha desarrollado su vida entre versos y libros, pues desde sus 8 años de edad escribió su primer poema y expresó su deseo de ser poeta.

“A los 8 años yo le dije a mis padres que iba a ser poeta, no sé de donde saqué eso. Pero dije eso y empecé a escribir pequeños versos, cortaba las hojitas, hacía libritos y hasta dibujos les creaba. Luego entré al Conservatorio de Castella y me empecé a desarrollar en todas las artes pero con mucho más hincapié en la poesía que me gustaba más”, dijo Bonilla.

Esta niñez entre poesía y letras, la relató su padre, Manuel Antonio Bonilla, ex concertino de la Orquesta Sinfónica del Sinart, quien expresó gran amor y admiración por su hijo.

“Ronald pronto aprendió a leer y a escribir, y esto lo llevo a conocer la literatura, geografía, historia antigua, y a descubrir su amor por la poesía. La poesía maravillosa de Ronald nos hace recordar la belleza de la palabra, su amor a la familia y su entrega hacia las personas. Ronald te amo, te quiero y te admiro”, dijo el padre con voz entrecortada.

La obra de Bonilla se caracteriza por poseer un lirismo profundo que busca las grandes verdades del ser humano, las grandes preguntas, la revelación y que se inspira en el amor como un proceso de comunicación con la otredad.

Bonilla es el fundador del Grupo de Poesía “Poiesis”, donde actualmente imparte talleres con el fin de promover la creación literaria en Costa Rica, así como para efectuar actividades literarias y artísticas en las diferentes comunidades del país.

La actividad contó también con la presencia de reconocidos músicos como Mario Alfagüell y Guadalupe Urbina, quienes elogiaron y dedicaron algunas piezas al poeta.

 

Ficha técnica

Título: Ronald Bonilla: 50 años de trayectoria literaria entre versos y letras.

Poeta: Ronald Bonilla Carvajal (1951- )

-Realizó la secundaria en el Conservatorio de Castella, donde también  fue profesor de creación literaria y de español en los años setenta. Cursó estudios de Filología y Lingüística de la Universidad de Costa Rica.

-Ejerció la docencia y fue dirigente sindical del gremio de los educadores.

-Fue directivo de la  Editorial Costa Rica y Presidente de la Asociación de Autores de Costa Rica.

-Miembro del Círculo de Poetas Costarricenses desde 1965.

-Fundador y coordinador del Grupo Literario Poiesis, a partir del 2007.

Premios:

-Premio Joven Creación de Poesía, 1977, con su libro Soñar de frente.

-Premio Nacional de Poesía Aquileo Echeverria, 2001, con Porque el tiempo no tiene sombra.

-Premio Centroamericano de Literatura Rogelio Sinán, 2001-2002, Panamá, con A instancias de tu piel. 

-Primer premio de Poesía Lisímaco Chavarría, Ciudad de San Ramón, 2003.

-Tercer premio Literario Brunca en tres oportunidades, 2011, 2013, 2014.

-Premio Una Palabra, UNA, 2013, con Apuntes para un grafiti, 2014. 

Algunas Obras:

-Las manos de amar, (E.C.R., 1971) 

Consignas en la piedra, (Editorial Territorio, 1974) 

-Un día contra el asedio, (Editorial Mesén, 1999) 

-La ciega certeza, (Ediciones Perspectiva Trascendentalista, 2005) 

-Después de soñarte, (EUNED, 2008)

-Sed de otras piedras, (EUNED, 2012)

-Hoja de afiliación y otros clichés, (EUNED, 2015)

-Es coautor del Manifiesto Trascendentalista y poesía de sus autores, (E.C.R. 1977).

 

POEMA

Hay que nacer, nacer…

Hay que nacer de nuevo
para recoger el cielo de la fruta,
o su botón de sed o tu pezón enhiesto.

Hay que nacer, hay que nacer
para saber de la sustancia intangible del amor.
Hay que empujar a la matriz
para nacer al viento.

Hay que nacer, hay que nacer
como si volviésemos a naufragar entre la lágrima,
ya sin la carga del pasado
tornándose destino:
aquí de pronto, solo olvido te pertenece:
sal de tu sangre a recorrer el sendero.

Hay que morir, hay que morir.
Después tus palabras
inventadas un viernes a ciegas
contra el mundo.

Hay que morir, hay que nacer,
saber hacia dónde,
sed del murciélago invertido
se desdobla en la espalda;
te levantas de los últimos sillones,
te pones los zapatos,
te urden hilachas, la sonrisa,
ese decir te quiero
cuando la noche obliga.

Hay que nacer de todo y contra todo
y por todo y hacia el silencio póstumo
del que revierte en canciones el secreto:
todo está en tu frente como un ojo avizor
ante el abismo.

Yo seguiré cantando aunque estas huellas
de pronto se borren en invierno.

Hay que morir… morir… no ser,
escupir sin mancha,
socorrer sin nada a cambio,
oler la rosa equidistante que prepara tu abrazo,
bautizar los hijos quizá como conjuro.
Hay que dormir, dormir, soñar,
ser el anciano que está empezando a caminar,
con sus anteojos, sus muletas,
su licorcito escondido, sus metáforas,
su cicuta perfecta, su camino de luces
para volver a nacer cuando recoja
las últimas cosechas del olvido.

Bonilla Carvajal, Ronald.

 

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