El desplazarse en las movedizas arenas de la realidad y la ficción, con sus delgadas fronteras, es una de las mayores virtudes de Javier Cercas, quien será el principal invitado a la Feria Internacional del Libro de Costa Rica, la cual se realizará de manera virtual entre el 26 de noviembre y el 6 de diciembre del presente año.
Cercas, que en 2019 ganó el Premio Planeta con Terra Alta, uno de los más prestigiosos en lengua castellana y mejor dotados con un pago de 600.000 euros, es un autor que ha sabido aprovechar los vacíos que deja la realidad para trabajar con base en ellos y lograr de esa forma extraordinarias narraciones, que han hecho las delicias de sus miles de lectores en el mundo hispano.
Fue con Soldados de Salamina (2001) que Cercas dio el salto al ámbito de los bestsellers y desde entonces sus libros han generado gran fidelidad entre sus miles de seguidores tanto en España como en América Latina.
Cercas abrirá la feria el día 26 en un conversatorio, al mediodía, con el escritor costarricense Carlos Cortés.
A lo largo de su trayectoria, Cercas, quien antes de ser escritor se desempeñó como periodista, ha sabido combinar con certeza lo que le ofrecía la realidad para luego transformarla en narraciones verosímiles y siempre afincadas en hechos verificables.
Soldados de Salamina fue su cuarta novela y con ella dio un golpe en la mesa, dado que vendió más de un millón de ejemplares y posteriormente en 2004 David Trueba dirigió la película.
En la novela se cuenta la historia de varios personajes que sobrevivieron a la Guerra Civil Española, y se inspiró en historias como las de Rafael Sánchez Mazas, padre del escritor y cineasta Rafael Sánchez Ferlosio, quien en una oportunidad le refirió a Cercas cómo había salido con vida su progenitor cuando había estado a punto de sufrir un fusilamiento.
Para Cercas, aquella historia, y otras que se le cruzaron en el camino, representaron una especie de epifanía, pues luego aceptó que estaba atascado con una novela sobre la Guerra Civil.
Soldados de Salamina rompió todo lo esperado por el escritor y se convirtió de inmediato en el libro más vendido en ese 2001.
El columnista y periodista de El País daba así un gran paso para consolidarse como escritor, siempre jugando a la perfección entre la realidad y la ficción. Estirando esa delgada línea roja que separa a una y a otra.
Antonio Rubio, escritor y profesor de periodismo en España, destacó que la novela tuvo un gran auge no solo por la forma en que está narrada, sino también porque la Guerra Civil Española es un capítulo abierto en esa sociedad.
Lo que pasaría con el personaje de Sánchez Mazas resultaría extraordinario, porque pasó de ser perdonado por un miliciano que tenía la orden de fusilarlo, a estar vinculado con el régimen golpista y que instauraría una dictadura en España por espacio de 40 años.
Quienes creían que la llamada literatura comprometida había muerto deben leerlo [Soldados de Salamina] para saber qué viva está, qué original y enriquecedora está en manos de un novelista como Javier Cercas”, Mario Vargas Llosa.
“Rafael Sánchez Mazas fue ministro sin cartera del gobierno de Franco y lo que hace Javier Cercas es una crónica, no un reportaje. Porque cuando hablamos de crónica en el género periodístico es su mirada, y desde su perspectiva investiga, trabaja parte de la historia y la novela y luego nos da su visión”, puntualizaba Rubio sobre el texto de Cercas.
“Decía Gabriel García Márquez que él investigaba y buscaba datos para escribir, pero la sensibilidad que tiene la Guerra Civil no la tienen otros temas. De ahí que Mario Vargas Llosa haya elogiado la novela de Cercas, no así otros periodistas e historiadores, que han criticado determinadas fases de lo narrado”, expresaba Rubio en el programa Hoy por Hoy de la Cadena Ser, espacio que luego fue sustituido por El Faro.
Francisco Pastor, de la Escuela de Periodismo de El País, destacaba que los personajes que aparecían en la novela habían tenido un sustento en la vida real y por eso se les citaba por su nombre, entre ellos Rafael Sánchez Ferlosio y el escritor Roberto Bolaños.
Otra de las particularidades de esta novela es que narrador y escritor se funden en una misma persona: Javier Cercas.
En literatura, por lo general, se deslinda entre el escritor y el narrador, por lo que rara vez son el mismo. El autor del Quijote, Miguel de Cervantes, no es quien narra la historia del ingenioso hidalgo, por ejemplo.
Cercas, por el contrario, hizo acopio en Soldados de Salamina tras fusionar al narrador y al escritor y el efecto conseguido, entre otros méritos de la novela, fue demoledor.
“Mientras nos hace el juego literario de soy un escritor y un narrador que va escribiendo el libro que tienes en las manos, hay otro literario y son los detalles que tiene una novela. Por ejemplo, Javier Cercas, el personaje, decide que necesita un héroe para escribir un libro, es decir, hay una reflexión sobre la literatura: sin héroe, no hay libro. Y el narrador y Javier Cercas, el escritor, va buscando su héroe y nos va diciendo que si no hubiera un héroe al final de mi trabajo, usted no tendría este libro entre las manos”, precisó Pastor en el análisis realizado en Hoy por Hoy, de la Cadena Ser.
ECOS DEL NUEVO PERIODISMO
Quien se acerca a buena parte de la producción del escritor, graduado en filología hispánica por la Universidad de Barcelona, se percatará de que en su buena parte de la narrativa, al menos en la que más éxitos le ha deparado, se pueden percibir ecos del Nuevo Periodismo que en los años sesentas y setentas se impulsara con gran fuerza en Estados Unidos.
En ese sentido, Soldados de Salamina, Relatos reales y El Impostor beben de las aguas con que con tanto ahínco impulsaron escritores como Truman Capote, Norman Mailer, Hunter S. Thompson, Tom Wolfe y Gay Talese, el único que permanece vivo de ese conjunto que le diera a la literatura y al periodismo un nuevo aire en esas dos décadas gloriosas.
Y es que el Nuevo Periodismo —que de nuevo no tenía mucho, pero la etiqueta resultó espectacular para dar a conocer lo que sucedía en suplementos y revistas norteamericanas, en las que se narraban hechos reales con las técnicas de la literatura—, significó un cambio profundo en la manera de abordar las grandes historias que se sustentaban en la realidad.
Para ello era imprescindible no solo una gran capacidad narrativa de quienes practican ese tipo de periodismo, sino que era imprescindible una gran vocación para investigar, para sumergirse en el barro de las historias y extraer de ellas lo mejor.
Es lo que ha hecho Cercas en Soldados de Salamina y en El Impostor, la historia de Enric Marco Batle, quien se hacía pasar por sobreviviente de los campos de concentración nazi. La historia pasó por verídica hasta que se descubrió que todo había sido cuidadosamente fabricado por Batle.
Esa circunstancia la aprovecha Cerca para contarse una historia redonda. Que se lee de principio a fin de un tirón por la riqueza de detalles y de descubrimientos con que se desarrolla la historia.
Este, como Soldados de Salamina, es un libro que tiene la marca de la “No ficción”, sin embargo, en ningún momento, a diferencia de aquella, aspira a presentarse como una prosa pura del ejercicio periodístico. No, no hay que llamarse a engaño, lo que hace Cercas es literatura pura y dura, que se sustenta en elementos tangibles de la realidad para lograr verosimilitud, pero en ningún momento se da ese conflicto de intereses.
Por eso, quienes en su momento leyeron mal a Ryszard Kapucinski lo acusaron de que muchos de sus detalles no eran periodismo puro, ni crónica limpia, sino que el autor de Ébano se valía de elementos para adornar sus historias.
Lo que hacía Kapucinski y que publicaba en forma de libros era crónica literaria que partía del periodismo, de lo que el cronista vio, oyó, tocó y comprobó para luego estructurar relatos que dieran una dimensión de las condiciones en que todavía vivía, entre los años setenta y noventas, ese vasto continente tan desconocido llamado África.
Cercas se vale, con gran destreza, de todas las herramientas que tiene a mano: ya sea el testimonio, el detalle periodístico, el personaje sacado de la vida real con su nombre y apellidos, y compone sus historias con una destreza de narrador avezado.
No en vano Mario Vargas Llosa lo ha elogiado en muchas oportunidades. Respecto de Soldados de Salamina, expresó: “Quienes creían que la llamada literatura comprometida había muerto deben leerlo [Soldados de Salamina] para saber qué viva está, qué original y enriquecedora es en manos de un novelista como Javier Cercas”.
De forma tal que el escritor que abrirá la Feria Internacional del Libro, que por las razones de la pandemia será virtual, es un hombre curtido en las artes de la narración, que buscan siempre crear una atmósfera y transportar al lector a esos cercanos o lejanos a mundos que siempre tienen ese punto de partida en la realidad y acaban abrazados a la ficción en sus múltiples formas.
En 2019 publicó Terra Alta, que mereció el Planeta, y en esta narración apela al thriller como forma de contar un asesinato en una comarca que le da nombre al libro.
Si los lectores de la próxima Feria del Libro quieren descubrir a un narrador sagaz, que toma riesgos y que sabe hurgar como pocos en la realidad para extraer de ellas historias memorables, en Cercas podrán toparse con un escritor que sabe su oficio y, como un torero de la vieja guardia, sabe que un paso en falso puede dar al traste con una propuesta narrativa y literaria, por eso sus novelas están lo suficientemente cuidadas como para exponerse a peligros innecesarios. Y de ellas saldrá el lector convencido de que realidad y ficción, muchas veces, son las caras de una misma moneda, aunque en la teoría sean dos ríos que corren paralelos y que al final desembocarán en el mismo mar.
En sus propias palabras
En un artículo publicado en Letraslibres, México, Javier Cercas abordaba su visión de la literatura en “El hombre que dice no” y dejaba esbozar algunas cuantas reflexiones significativas, de las que les presentamos tres para que haya un acercamiento a su visión del hecho literario.
“¿Y cómo era esa literatura nueva?
[…] Debía ser antirrealista, antisolemne, antisentimental, irónica, metaliteraria, irreverente, incluso cínica; también, que debía concebirse a sí misma como un juego, aunque, como yo seguía sintiendo que la literatura era una cosa absolutamente seria, el juego debía ser un juego en el que uno se lo jugaba todo; sobre todo, y por más que me interesasen la política y la historia, debía ser una literatura pura, exenta de adherencias políticas y concesiones ideológicas”.
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“Mi héroe era Borges, que parecía ignorar con olímpico intelectualismo la política y la realidad, ajeno a la historia, encerrado en su biblioteca infinita. Mi héroe era Kafka, tan desinteresado por cuanto no fuera la lucidez vertiginosa de sus propias pesadillas, tan absorto en ellas, que el 2 de agosto de 1914, después de saber que acababa de desatarse un terremoto bélico que cambiaría la faz del mundo, se marchó tranquilamente a nadar antes de escribir aquella noche en su diario: “Alemania ha declarado la guerra a Rusia. –Tarde, escuela de natación”.
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“La auténtica literatura no tranquiliza: inquieta; no simplifica la realidad: la complica. Las verdades de la literatura, pero sobre todo las de la novela, no son nunca claras, taxativas e inequívocas, sino ambiguas, contradictorias, poliédricas, esencialmente irónicas. Es muy probable que la ironía destructiva, aquella que se funde o se confunde con el sarcasmo y hasta con el cinismo, conduzca a un nihilismo despiadado y estéril; pero la ironía cervantina, la que muestra que la realidad es siempre equívoca y múltiple y que existen verdades contradictorias, es una herramienta indispensable de conocimiento. Esa ironía no es lo contrario de la seriedad, sino en cierto sentido su expresión máxima; sin ella, en todo caso, apenas hay narrativa digna de tal nombre, o por lo menos novela”.
Para seguir de cerca la FILCR 2020
Como una forma de responder a las circunstancias actuales, marcadas por la pandemia del COVID-19, la Feria Internacional del Libro, modalidad virtual, convocará en esta versión a 27 invitados provenientes de distintos países de Hispanoamérica.
Organizada por la Cámara Costarricense del Libro, la Feria de 2020 será del 26 de noviembre al 6 de diciembre, e incluso tendrá la posibilidad de compartir algunas actividades con la feria de Guatemala y la de Guadalajara, México.
Carmen Lyra, Tatiana Lobo y Alberto Cañas serán los dedicados de esta feria, en la que el público podrá seguir de cerca por medios virtuales las conferencias y las distintas propuestas.
El escritor español Javier Cercas es el invitado de honor y le corresponderá abrir la feria el día 26 y el Premio Cervantes 2019, Sergio Ramírez, tendrá a cargo la conferencia de clausura.
En la Feria, según la Cámara Costarricense del Libro, intervendrán 74 expositores y habrá 84 puestos de exhibición, con un total de 130 actividades literarias.
Los libros que adquieran los interesados les serán remitidos por medio de Correos de Costa Rica. Para ello, los lectores tendrán la oportunidad de navegar por una plataforma diseñada específicamente para tal efecto y en la que se verán los catálogos disponibles de las librerías y empresas.
La lista de invitados virtuales, además de Cercas y Ramírez, la complementan:
Matilde Garvich – Argentina – Escritora, psicóloga y socióloga
Dolores Avendaño – Argentina – Ilustradora Harry Potter
Martín Azcurra – Argentina – Periodista y diseñador Editorial Chirimbote
Nadia Fink – Argentina – Escritora y periodista
Francisca Urriola – Chile – Booktuber y bookstagrammer
Nona Fernández – Chile – Escritora, guionista y actriz
Santiago Gamboa – Colombia – Escritor
Cristina Bendek – Colombia – Escritor
Felipe Restrepo – Colombia – Escritor
Juliana Zapata – Colombia – Booktuber e ingeniera informática
Gabriela Alemán – Ecuador – Escritora
Mónica Ojeda – Ecuador – Escritora
Manuel Gil – España – Director Feria del Libro Madrid
Blue Jeans – España – seudónimo de Francisco de Paula Fernández Escritor
Luis Beltrán Almeria – España – Profesor teoría literaria
Denise Phé-Funchal – Guatemala – Escritora
Paco Ignacio Taibo II – México – Escritor e historiador
Daniel Krauze – México – Escritor y coeditor Letras Libres
Mauro Libertella – México – Escritor y periodista
Elisa Guerra – México – Educadora preescolar
Claudia Ramírez – México – Escritora y Booktuber
Mayra Santos – Puerto Rico – Poeta
Laly Arce – Perú – Booktuber y comunicadora audiovisual
Gabriela González – San Andrés – Comunicadora y educadora
Rafael Camero – Venezuela/Costa Rica – Escritor y médico pediatra