Cultura

Quince años de rebeldía

Con una muestra titulada “Los Anti15”, la Colectiva por el Derecho a Decidir celebra tres lustros de editar su ya célebre calendario.

La idea original fue visibilizar las luchas por los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres en Costa Rica y Centroamérica, pero tras 15 años de esfuerzo, el calendario que anualmente edita la Colectiva por el Derecho a Decidir se ha convertido en una manifestación estética de rebeldía.

Ello se puede constatar en la exposición “Los Anti15”, que de manera preparatoria al lanzamiento de la edición  2019-2020 ofrece esa organización al público, en el vestíbulo de la Escuela de Ciencias Políticas de la UCR.

A lo largo de este tiempo, cada publicación del calendario ha recurrido a diversas muestras expresivas como el grafiti, tejidos, caricaturas, textos, cómics, recopilación de campañas de América Central, tiza pastel o fotografía. Con ello, el calendario se convierte en un registro del acervo cultural de la lucha por los derechos sexuales y reproductivos.

El cómic ha sido un género artístico recurrente en ediciones del calendario, que además da espacio para registrar otros problemas y abusos sociales, como lo muestra este aporte de Olman Bolaños, incluido en la edición 2010. (Foto: Colectiva por el Derecho a Decidir)

La politóloga e integrante de la Colectiva, María José Cascante, detalló que se tomó la decisión de organizar un evento más amplio que nada más la presentación del calendario para conmemorar el aniversario, “que desde una perspectiva de rebeldía denominados los Anti15”.

“El calendario en sí tiene una vida independiente a la Colectiva, que ha pasado por muchas etapas, y lo que se ha mantenido por más tiempo -además de la gente-, ha sido el calendario”, apuntó.

Dicho eso, la activista reconoció su satisfacción por lograr un documento de expresión artística sobre estos problemas, pues el arte “es una forma de acercarnos al tema, sin acercarnos al tema”, además de que “nos vincula con cantidad de mujeres que hacen cosas chivísimas”. En ese sentido, recordó que para la edición del año pasado, se hizo una convocatoria a nivel latinoamericano y recibieron arte de sitios como México.

Marcia Ugarte se enteró de la existencia de la Colectiva cuando se publicó la primera edición y desde la siguiente ha participado de la iniciativa. Relató que cada calendario “lleva una parte muy fuerte de todas” las mujeres que participan. De seguido, declaró que los trabajos publicados que más le gustan son las caricaturas y cómics. “La caricatura es una forma efectiva de llegarle a la gente, que vea lo que está pasando, pero también hace gracia”.

Relató cómo en una oportunidad simplemente no se contaba con recursos suficientes y el calendario consistió en una sola hoja, que, sin embargo, al dorso incluyó el método Yuzpe de anticoncepción de emergencia.

Cascante, mientras tanto, reconoció que la producción del calendario -sobre todo al ver el empuje de grupos ultra conservadores en el país- implica que todos los días se hagan cuestionamientos sobre el trabajo de la organización.

Observó que se ha generado mayor organización del movimiento, más amplio y aglutinador, de organizaciones como Aborto Legal, “como respuesta a lo sucedido en la elección anterior, y a políticos que tienen posiciones mucho más en contra de los derechos sexuales y reproductivos”.

Dijo que formar parte de movimientos feministas como la Colectiva, por un lado, cumple con el objetivo de “sentir control en un mundo que constantemente nos dice que no tenemos derecho a existir, a hacer demandas y generar respuestas a través de información científica y laica”. Así como encontrar un espacio donde “podemos asistir y acompañarnos en este contexto”.

En ese sentido, aseveró que el calendario es “nuestro repertorio de acción por excelencia, nuestra manera de generar conciencia de una forma diferente y artística” y destacó que tiene además una utilidad práctica para la gente. Al respecto, cabe recordar las palabras del artista, escritor y activista social inglés William Morris: “Nada inútil puede ser verdaderamente hermoso”.

Ugarte coincidió al afirmar que independientemente del proceso y manifestación creativa de cada edición -ya sea que se trate de cómic, arte fotográfico, tejido, pintura o textos inéditos-, el calendario es en sí mismo “parte la memoria histórica”.

La politóloga por su parte explicó que acceder espacios como el vestíbulo de Ciencias Políticas, que no necesariamente están identificados con el activismo, es parte de la búsqueda de estrategias para alcanzar a la mayor cantidad de personas, siempre con la intención de que los calendarios lleguen a gente que los quiera y aprecie.

El Estado falla

Sin embargo, Cascante puntualizó que el concepto del derecho a decidir va más allá de solo el tema de interrupciones y aborto, pues empieza con educación sexual para acceder a información científica verídica y laica; asimismo, “pasa por tener acceder a los métodos, entonces también es una cuestión de clase social”.

Algunas de las integrantes de la Colectiva durante este último año han salido de la GAM para hablar con grupos de mujeres. Según explicó Ugarte, la idea inicial era que esas conversaciones giraran alrededor de la despenalización del aborto, pero cayeron en cuenta de que muchas ni siquiera saben cómo funciona su menstruación, “se manejan mucho mitos sobre nuestra sexualidad y salud reproductiva”.

Por esa razón, aprovecharon el marco del 28 de mayo, Día de Acción Internacional por la Salud de la Mujer, para hacer una pequeña convocatoria en redes sociales para que la gente compartiera los mitos escuchados sobre la salud sexual y reproductiva de las mujeres. “Es lo que va a salir ahora, Desmitifícate, se va a llamar”, adelantó.

Subrayó, sin embargo, que la Colectiva siempre busca que el calendario llegue a comunidades y relató que la semana pasada una integrante de la organización llevó a acabo en Limón una actividad con estudiantes del Instituto Tecnológico de Costa Rica (TEC), “la convocatoria fue para 20 personas y llegaron 50 chicos y chicas con muchas preguntas sobre salud reproductiva”.

La politóloga Cascante, en ese sentido, sentenció que la Colectiva y cualquier organización de este tipo no sólo tiene la función de incidencia política a nivel de toma de decisiones, sino que también “hace política pública sin tener recursos estatales y sin ser el Estado, nosotras ofrecemos educación sexual cuando el Estado no la da y las mujeres no saben cómo funciona su cuerpo”.

Tras insistir en que el derecho a decidir es un concepto mucho más amplio que sólo tener la posibilidad de interrumpir el embarazo, pues empieza con el acceso a información, mencionó que “el estado está fallando, en ese sentido, y hay una demanda de las mujeres. Si pudiéramos, estaríamos en las comunidades todos los días; no tenemos los recursos, pero no falta gente que nos pide que vayamos a hacer un taller”.

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