Es imposible ignorar a Mary Ann Lamb, la exitosa actriz y bailarina de Broadway, al recrear las coreografías más representativas de Chicago. En un instante su amable rostro se convierte en el de una vil asesina durante el Cell Block Tango. Su carisma, sinceridad, experiencia y facilidad para el movimiento la hacen destacar como artista.
La bailarina y coreógrafa de 57 años ha participado en varias obras musicales aclamadas por la crítica de Broadway, como Chicago, Fosse y Starlight Express. También ha aparecido en las adaptaciones en la pantalla grande de Chicago y Rock of Ages al lado de Catherine Zeta-Jones.
Mary Ann visitó Costa Rica para impartir una serie de talleres de jazz al estilo de Bob Fosse. Fosse elaboró las coreografías de varios musicales exitosos como Cabaret y Chicago.
Lamb fue invitada al país por Luciérnaga Producciones, que actualmente se encuentra produciendo la obra Chicago con talento costarricense. Este es un extracto de su conversación con UNIVERSIDAD.
¿Cuándo decidió formarse como artista?
–Fue a los siete años. Estaba enferma en casa viendo Summer Stuck, una película vieja de Gene Kelly y Judy Garland. Quería bailar como Gene Kelly. Le supliqué a mi mamá que me dejara bailar y comencé a hacer tap. Y era pésima. Después seguí con ballet. Pero sabía que quería bailar en Broadway a los siete años. Sin embargo, me tomó bastante tiempo llegar ahí.
¿Se acuerda de su primera audición?
-Sí, tenía 16. Audicioné para ser porrista en mi colegio. Era buena, pero no les gustaba como bailaba porque no era popular, entonces no me eligieron. Mi hermano me dijo que estaban organizando un nuevo equipo de fútbol americano, el equipo profesional de los Seahawks de Seattle, y buscaban porristas. Entonces audicioné y obtuve el trabajo. Fue mi primer trabajo profesional. Me acuerdo regresar al colegio con mi chaqueta de porrista del equipo profesional de fútbol después de que me dijeron que no era lo suficientemente buena para ser porrista en mi colegio. Seis meses después audicioné para las Follies y me aceptaron. Me mudé y seguí mis estudios por correspondencia mientras bailaba para las Follies de Greg Thompson. Sentía que las Follies me harían llegar a Broadway y, de alguna manera, lo hicieron.
¿Tenía algún modelo para seguir?
-Sí, tenía a Chita Rivera y me encantaba Carol Haney, con quien Bob Fosse montó From This Moment On, que fue su primera coreografía profesional; lo cual es curioso, porque cuando hice el show Fosse interpreté ese papel. Y desde luego amo a Gwen Verdon y Ann Reinking, quien también es de Seattle.
¿Cómo fue trabajar con Ann Reinking?
-Un sueño hecho realidad. A los 18 fui por primera vez a Nueva York y la vi en el musical Dancin’ y no podía creerlo porque en mi estudio de danza hay un gran afiche de ella y quería ser ella. Tenía tantas ganas de bailar con Bob Fosse y audicionar para él. Conseguí trabajo en el musical Song and Dance y después siguió Starlight Express y me convencí de que iba a audicionar para él luego de ese musical, pero él murió. Estaba devastada. Después escuché que iban a hacer una versión en concierto de Chicago y me propuse hacerlo. Ann Reinking lo estaba organizando. Esa versión llegó a ser un éxito. Annie (Reinking) fue mi Bob Fosse.
Carrie fue un musical que hizo historia en Broadway. ¿Cómo fue su experiencia?
-Mi mejor amiga, Charlotte D’Amboise, consiguió un papel para Carrie. Me dijo: “Mary, tienes que venir a Londres, es fantástico. Estoy haciendo esta obra y están buscando una swing estadounidense.” La mitad del elenco era británico y la otra mitad estadounidense. Audicioné para Debbie Allen y lo logré. Estuve en Starlight Express menos de un año y lo dejé para hacer Carrie. Cuando estábamos en el ensayo de vestuario pensé que era terrible. “Lo sé,” me respondió Charlotte, “pero estamos en Londres.”
Me divertí en Londres, pero el show tenía problemas. Terry Hands, un maravilloso director shakespeariano, dirigía la obra. Cuando el equipo estadounidense llegó a Londres le dijeron que querían que fuera como Vaselina (Grease en inglés). Él pensó en Grecia, el país (Greece en inglés). Tragedia griega, no el musical. Nuestros vestuarios para la escena de la graduación eran togas blancas. Los chicos parecían guerreros griegos. Debbie Allen decía: “¡No! ¿Dónde están las chaquetas de cuero y los tennis?”
Lamentablemente, tuvimos críticas horribles y el día del estreno nos dijeron que lo llevarían a Broadway porque era parte del contrato, así que tuvimos que estrenarla en Nueva York y la gente nos abucheaba y se reía. Abrimos un jueves y cerramos un domingo. Ocho millones de dólares en cuatro días. Pero como coreógrafa me muero por hacerla de nuevo. La quiero hacer como Despertar de primavera, quiero deconstruirla. La música es hermosa.
Estuvo también en Chicago, una de las producciones más exitosas de Broadway.
–Chicago fue fantástico y fue una sorpresa porque comenzó como un concierto, pero Bob Fosse estaba adelantado a su época. Cuando se estrenó originalmente en 1975, estaba años adelantado. Era un genio y cuando se volvió a estrenar en 1996, el mundo ya lo había alcanzado. La gente no quería creer que las personas podían ser corruptas y malvadas. Fue emocionante estar en un gran éxito. Fui afortunada.
¿Cree que el teatro musical empodera a la mujer?
-Lo hace para las actrices. Pero cuando se trata de hacer dinero, hay menos mujeres. Menos mujeres en el equipo creativo, menos coreógrafas. Ni siquiera creo que haya una diseñadora sonora en Broadway. Eso es algo que tiene que cambiar. Tienen que haber más directoras y más productoras que contraten a mujeres. Cuando asistes a una reunión de producción, casi todos son hombres.
¿Entonces se sorprendió cuando llegó aquí y vio a un equipo creativo conformado por varias mujeres produciendo Chicago?
-Yo quería venir a Costa Rica y traer a mi hija, así que es un sueño hecho realidad. Apenas recibí la invitación, la acepté. Cuando bajé del avión no sabía cómo se verían. Al ver que esas jóvenes mujeres serían mis jefes fue emocionante. Esa noche conocí al equipo creativo del Chicago y eran tan jóvenes e inteligentes. Siento que hay oportunidad de abrir camino. Los musicales son difíciles de producir. En un musical hay director, productor, diseñadores, compositor, letrista, coreógrafo, libretista y arreglos de música. Todo tiene que estar en la misma página para crear una pieza de arte. Es difícil y hay que colaborar. No hay fórmula con los musicales. Es engañoso.
¿Qué cree que hace que un musical tenga éxito o fracase?
-Es lo que vimos con Chicago, el momento en la sociedad. Ahorcan al personaje Hunyak en esta obra porque no habla inglés y es extranjera. Eso está basado en una historia real. El sistema en Estados Unidos está corrupto. No se puede comprar a la gente. Hemos visto a personas asesinar por fama y hemos visto el poder de la prensa. Mary Sunshine, la periodista, es muy poderosa en esta obra. Ella controla a los medios de comunicación. Es actual.
¿Qué es lo que más le ha gustado de esta experiencia Costa Rica?
-La gente. Hay calor, frescura, honestidad y un hambre por aprender. Nadie dice no en mis clases. Nadie retrocede. Todos dan un paso hacia al frente. Eso es lo que hace un artista. Aunque las demás personas no estén de acuerdo, es tu verdad lo que hace arte. Y pienso que eso es lo que hay aquí, hay verdad.