La obra de teatro Fragmentos, bajo la dirección de Nathalia Romero, explora con humor y lenguaje poético el viaje de cuatro personajes que intentan descubrir quiénes son mientras flotan en un mar de plásticos y desechos.
El montaje forma parte de la Temporada de Jóvenes Dirigiendo, concurso que produce el Teatro Universitario (TU) de la Escuela de Artes Dramáticas (EAD) de la Universidad de Costa Rica (UCR).
Las funciones son hasta el 15 setiembre, jueves, viernes y sábado a las 7 p.m., y domingo a las 6 p.m. en el TU, y el costo de las entradas es de 6.000 colones para público general y 3.000 colones para estudiantes con carné y personas ciudadanas de oro.
Las entradas se pueden adquirir en la boletería virtual: https://shorturl.at/1gyxY, o en la boletería del TU, 100 metros al este de la Librería universitaria, en San Pedro de Montes de Oca.
El concurso de Jóvenes Dirigiendo es un espacio que promueve que las personas estudiantes recién egresadas de la EAD tengan su primera experiencia profesional en dirección escénica.
De acuerdo con Romero, ella concursó a partir de la necesidad de aplicar lo aprendido en la EAD durante los cinco años de su preparación como directora.
“Los últimos años de estudio estuve generando un material extra y de ahí tuve la iniciativa de dirigir esta obra que tiene su complejidad”, detalló.
Para el montaje de la obra, el Teatro Universitario ofreció un grupo completo de diseñadores, equipo de producción y un elenco que apoyaron el proceso creativo.
Tomando en cuenta criterios como viabilidad, vigencia, claridad y coherencia, el jurado seleccionó la obra Fragmentos, por ser un texto que plantea una temática vigente en la sociedad actual y porque propone una exploración estética coherente.
Con dramaturgia del costarricense Estefan Esquivel, la obra busca responder preguntas sobre la identidad masculina en la sociedad actual, al cuestionar comportamientos y errores, mientras el humor y la poesía del teatro físico facilitan la reflexión sobre la diversidad y la humanidad.
Fragmentos surge de la urgencia de redescubrir el juego como una forma de conocer el mundo, para establecer nuevas vivencias y realidades circundantes, y plantea preguntas y perspectivas que reconfiguren la comprensión de esa realidad a partir de la exploración reflexiva.
Con el objetivo de hacer el montaje, Romero tomó los conocimientos académicos en formato de laboratorio para generar diferentes tipos de ensayos, en donde “probamos distintas técnicas escénicas actorales, dancísticas, poéticas o de recitación”.
Al respecto Romero agregó que “es una amalgama de conocimientos donde la pedagogía se une con el teatro y se convierte en un laboratorio en el que se crean metodologías de dirección propias”.
Así, gran parte de lo generado fue mediante improvisación de texto y material de auto ficción. “Son diferentes escuelas que estuvimos practicando durante estos cinco meses para poder generar material visual y de entretenimiento para poder compartirlo como una historia”, explicó Romero.
La obra Fragmentos tiene un énfasis reflexivo en el registro de la comedia, ya que al mismo tiempo hace reír al utilizar como método la visualización de las personas y sus perspectivas existenciales desde un lugar empático.
“La idea es utilizar estos temas de identidad y transformarlos en entretenimiento, para que al mismo tiempo, eduque y movilice a las personas a cambiar un poco sus perspectivas de la vida”, concluyó Romero.
Reseña: “Dictaduras del cuerpo y romances modernos”
Wilberth Pandolfi Zamora,
Lic. Sociología, artista y comunicador visual
Coordinador de “Proyecto Modelando masculinidades”
La obra Fragmentos promete una puesta crítica y situada que permite la reflexión en varios sentidos partiendo de nuestras realidades cotidianas, mostrando las alteridades históricas que confluyen y atraviesan a los cuerpos e identidades diversas. Bajo tintes y estéticas que descomponen no solo a las identidades nacionales, sino a los arquetipos o “modelos” globales, la obra nos lleva por un mar de situaciones que dan cuenta de las lógicas del tecnoceno, las dictaduras modernas, la biopolítica del cuerpo y sobre todo de las manifestaciones del sistema patriarcal.
Identidades marginadas, sintéticas, cambiantes, privilegiadas y vulnerables son solo algunas de las realidades con las que nos permite conectar la obra a partir de situaciones absurdas que trabajan problemas sociales de una forma cómica y otras, de forma cruda. ¿Somos personas o “bestias”? ¿Somos identidades “al por mayor” y de desecho?
La obra abre espacio para pensar en las ataduras y para otros “privilegios” que impone la masculinidad hegemónica. El acto que atrofia a nuestras sociedades y a las personas; que niega y desecha la vida de todo aquello que se aparta de lo “hegemónico”; asimismo, la (pro)puesta descompone los sistemas binarios de género y sus expresiones sobre lo “masculino-femenino” a través de una pasarela de pensamientos y sentires.
Se muestra sobre todo la belleza de la transformación social, de la ruptura de cadenas de las masculinidades y sus “romances” con la violencia a partir del reconocimiento de otros “trajes” que visten a las masculinidades en sus diversas formas y expresiones. Masculinidades sensibles y tiernas, que abrazan, se sienten vulnerables y que constantemente cuestionan, que se permiten el dolor y la derrota, así como otras formas de travestir las identidades que se encuentran con las masculinidades. Dichas reflexiones, escudriñan el sueño de construir relaciones y afectividades saludables, empáticas, que buscan el cuidado de si y de nuestros entornos.