Cultura Concierto Claroscuro

Música de mujeres menea el piso al confort machista

El grupo Claroscuro vuelve al Teatro Nacional este viernes para que la gente baile la teoría y tararee la denuncia con perspectiva de género

El grupo Claroscuro vuelve al Teatro Nacional este viernes para que la gente baile la teoría y tararee la denuncia con perspectiva de género.

c-57-clarooscuroNo es poca cosa un grupo solo de mujeres haciendo música, al contrario, es mucha cosa. Claroscuro lo reafirma cada vez que se sube al escenario del Teatro Nacional y llena la sala, así como cuando son escuchados sus discos con fervor en el sur de México por la Red de Mujeres chiapanecas por una vida sin violencia.

Con la presentación de su espectáculo Mujeres haciendo música de este viernes 4 de noviembre a las 8 p.m. en el Teatro Nacional, Claroscuro suma catorce veces en la escena más preciada del imaginario cultural costarricense.

Tampoco es fácil ser un grupo de solo mujeres haciendo música. “Imaginate vos a ocho mujeres en aquel momento trepadas en el Teatro Nacional; la misma gente, los músicos decían que cómo era posible que ellos siendo músicos de profesión no habían estado nunca ahí y que las maes, que nada que ver con esas habladas que se echaban y ese odio a los hombres, proclamando cosas”, recuerda Ana Eduarte, letrista y percusionista del grupo.

Para las nueve que conforman la banda de hoy, el Teatro Nacional es su casa, como lo ha sido el espacio cedido por la Compañía Lírica Nacional en donde han ensayado los días previos al concierto.

La noche del jueves 27 de octubre estaban ahí reunidas en formato de seccional, es decir, las cuerdas, el piano y la percusión. Tocaron varias veces una pieza sobre el abuso sexual, cruda, sin eufemismos, con un arreglo enérgico de cuerdas y piano, y la voz potente de Ana Castro, quien con su dedo índice señalaba hacia el frente a un culpable: él (sí, masculino).

También ensayaron un bolero cha (con un dejo de chachachá), desgarrador, siempre con la voz de Ana y la percusión pegajosa que acentúa el ritmo. Daban ganas de bailar y de llorar, de apretarse en un abrazo con la persona que amamos para que no nos abandone.

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Música y mujeres

Todo es contundente en la propuesta musical e ideológica de Claroscuro, hasta los matices, aunque Ana Eduarte diga en entrevista que también escriben canciones sobre el amor y la amistad: “porque todas tenemos nuestro corazoncito”. Y es que hasta esos sentimientos los expresan con la pasión y arrebato que las caracteriza desde 1991 cuando formaron la agrupación.

Eduarte explica que en los años noventa durante la efervescencia del movimiento de mujeres en Costa Rica, Claroscuro empieza a fortalecerse, “porque éramos mujeres haciendo música, como es nuestro eslogan”.

En esa época, el grupo era llamado a todos los congresos, seminarios y reuniones que se realizaban, para transmitir los mensajes en defensa de los derechos de las mujeres.

“Lo que hicimos fue que por medio del arte la gente bailara la teoría y tarareara la denuncia”, puntualizó Eduarte. Fue así como el grupo creció y empezó a demandar mucho trabajo y esfuerzo, pues a pesar de que lo mantenían por amor -sin percibir honorarios-, conseguían proyectos con los que adquirieron instrumentos y equipos de amplificación para poder presentarse.

Luego de 14 años de estar activas, en el 2005 resolvieron separarse porque hacerse grandes les demandó buscar su propio sustento; “no sabíamos si para siempre o por un rato”, contó Eduarte.

Para bien de la escena musical solamente fue por un rato, pues en el 2015 regresaron al Teatro Nacional con el concierto “Claroscuro por amor”. “Siempre nos hemos querido mucho y sabemos que ahí estamos una para la otra porque es un afecto entrañable después de tanto tiempo y tantas cosas juntas”, revalida Eduarte.

El año pasado les llegó la noticia de que una de las integrantes del grupo que es norteamericana tenía cáncer de mama, y estaba en una situación difícil. Sin más opciones que la solidaridad y el amor decidieron volverse a juntar, llevar a cabo un concierto y entregarle la taquilla por completo.

“Fue maravilloso, la gente quedó muy arriba y entonces empezaron a surgirnos otras posibilidades y decidimos que si se nos presentan oportunidades o proyectos en una situación más tranquila, los realizamos”, expuso Eduarte.

Fusión

Claroscuro planea como próximo proyecto montar repertorio nuevo, pero para este concierto interpretará sus piezas emblemáticas remozadas con nuevos arreglos para refrescar el espectáculo. Como es usual, las canciones hablan sobre ecología, descomposición social de las ciudades, el horror de la guerra, el abuso sexual, la libertad y empoderamiento de las mujeres.

De acuerdo con Eduarte, tanto el repertorio como el grupo son una fusión, con músicas de la sinfónica, académicas y empíricas. “El mismo nombre de Claroscuro es un no al racismo y un no al blanco o negro”.

Estas letras con su fusión de ritmos no son inocuas, y ese es el objetivo. A muchos hombres les incomodan las letras, lo cual satisface a las provocadoras de Claroscuro, que en boca de la vocera Eduarte señala: “sobre todo los hombres que están muy confortables en su silla patriarcal y con todos los beneficios que ellos perciben, entonces se incomodan mucho que alguien les ponga un espejito en frente y les menee el piso”.

En contraste, muchas mujeres les han dicho que se identifican plenamente con su poética y les han dado la fuerza para lo que tenían que hacer. “Con solo una persona que se nos arrime y nos diga ese tipo de cosas ya la obra está cumplida”, mencionó satisfecha Eduarte.

Uno de los productos que Claroscuro le ha entregado al movimiento de mujeres son sus discos, que son un apoyo para talleres, marchas y manifestaciones, que han colaborado con el empoderamiento, organización y concientización de las mujeres.

Como prueba fehaciente de este aporte, al concierto asistirán miembras de la Red de Mujeres chiapanecas por una vida sin violencia y de la Red en Resistencia por una vida digna, dos organizaciones con sede en San Cristóbal de las Casas, México.

Estos colectivos han estado utilizando durante los últimos 12 años la música de Claroscuro en sus programas de radio y talleres. “A nosotros nos sorprendió, porque nunca nos habían visto”, contó Ana Castro, integrante de la agrupación.

Se sumarán a estas mujeres chiapanecas, otras de comunidades indígenas de nuestro país, auspiciadas por Claroscuro, Sonia Recinos del Cid y Alice Shackelford de Naciones Unidas (ONU) en Costa Rica, así como la ONU como entidad.

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