La exposición colectiva Memorias y resistencias: Mujeres | Artistas | Historias afrolatinas y caribeñas es uno de los proyectos de artes visuales que el Museo de las Mujeres Costa Rica (MMCR) implementa como parte de su labor para promover la lucha por los derechos humanos de las mujeres y las niñas.
En alianza con Instruments of Memory, un total de 17 mujeres de Latinoamérica más una de Suiza presentan sus obras fotográficas y audiovisuales en el Centro Queretano de la Imagen en México, para ensayar a responder la pregunta ¿qué significa ser afrolatina, afrocaribeña o afrodescendiente?
Con propuestas como la anterior, el objetivo del MMCR es sentar las bases de un proyecto emancipador con un enfoque basado en las pedagogías feministas decoloniales, así como el giro interseccional feminista.
El Museo surgió en 2009, como una asociación sin fines de lucro para impulsar desde Costa Rica el arte y la historia, así como la cultura de las mujeres, tanto en el país como a nivel universal, explicó la argentina-costarricense Claudia Mandel Katz, miembra fundadora y directora del Museo.
La entidad organiza talleres, coloquios, publicaciones y exposiciones virtuales y presenciales, a la vez que colabora con instituciones nacionales y extranjeras afines, como la Asociación Internacional de Museos de Mujeres y el trabajo comunal universitario de entidades públicas y privadas costarricenses; asimismo, otorga pasantías.
También tiene una alianza con el Centro Cultural de España (CCE), a partir de la cual lleva a cabo laboratorios prácticos para desmontar las violencias contra las mujeres y niñas.
“Siempre trabajamos de forma colaborativa el tema de las pedagogías feministas con base en la investigación de las artes, con un abordaje horizontal mediante el cual proponemos y discutimos las distintas actividades que programamos”, apuntó Mandel.
Bajo esta premisa de diálogo y horizontalidad, el proyecto curatorial Memorias y resistencias: Mujeres | Artistas | Historias afrolatinas y caribeñas reúne investigaciones de Claudia Mandel Katz (Argentina-Costa Rica), Claudia Pretelin (México-Estados Unidos) y Sussy Vargas Alvarado (Costa Rica).
Vargas señaló que la exposición es muy importante ya que convocó a artistas a nivel internacional de México, Cuba, Argentina, Colombia y Costa Rica, entre otros países de la región.
Las curadoras mencionadas seleccionaron a las artistas con quienes establecieron redes de contacto e investigación.
Por medio de reuniones virtuales, las mujeres generaron conversaciones y exploraron miradas en torno a lo que sucede en la época contemporánea de la región latinoamericana.
Una de las inquietudes puestas en valor fue la identidad y la necesidad de comprender las semejanzas y diferencias desde aristas diversas, a través de las cuales la cultura, como construcción, se relaciona con esos rasgos socializados y resocializados.
Como resultado de este proceso, la exposición abarca un amplio espectro de investigaciones artísticas a partir de los llamados “giro feminista interseccional y los estudios de la memoria”, que interroga y analiza historias de mujeres de la diáspora africana y afrodescendiente de la región.
De acuerdo con el sitio web del MMCR, con un enfoque histórico, social y político, las obras exploran temas como “la lucha contra la discriminación y el sexismo, la identidad como una forma de resistencia, la deconstrucción de las representaciones de raza y de género, así como el papel que asume el cuerpo y la sexualidad en la construcción de las subjetividades subalternizadas”.
De Costa Rica, Vargas seleccionó a las artistas Judy Blanqueship de Estados Unidos y Beatriz Künzi de Suiza, que trabajaron en la década de los ochenta en Guanacaste y Limón respectivamente, además de dos fotógrafas jóvenes: Marcela Ramos Bertozzi, que dirige su labor a la documentación limonense, y Luisa Nieves, venezolana costarricense, que pone en valor los rituales en Venezuela.
Mandel, por su parte, invitó a Shirley Campbell, quien produjo un audiovisual sobre su icónico poema Rotundamente negra.
Pintar mujeres significativas
Lucía Cordero es socia integrante del MMCR, artista visual especializada en pintura, ilustración, dibujo y cerámica escultórica y profesora de artes plásticas.
Se vincula con Claudia Mandel y el MMCR a partir de su investigación sobre las vulvas como símbolo de resistencia en una sociedad patriarcal, en el marco de la maestría académica de Artes Visuales de la Universidad de Costa Rica (UCR).
[caption id="attachment_328043" align="alignnone" width="489"] Autora: Lucía Cordero. De la serie Organismos múltiples, xilografía. Año: 2021[/caption]
En la actualidad comparte de manera virtual en el MMCR su exposición Organismo múltiples, accesible al público de manera permanente.
Posteriormente, en este mismo espacio de convergencia participó en el coloquio Mujer artista, mujer trabajadora que organizó el museo junto a la Universidad Veritas, en el que compartió una ponencia sobre “cómo hago para trabajar en docencia y seguir siendo artista… porque no es nada fácil manejar todo lo que conlleva el cuido de otras personas y la parte artística”, dijo Cordero.
Desde 2014 ejerce la docencia con adolescentes: “soy profesora de colegio. Tengo 840 estudiantes en un colegio en el centro de Cartago; es una profesión muy absorbente, porque cada estudiante tiene su necesidad y algunos tienen hasta necesidades especiales, sin embargo, es muy bonito”, reflexionó.
Para Cordero, el arte es una herramienta que ayuda a salir adelante anímicamente, así como a expresarse, y a estimular la libertad de expresión: “es arteterapia, algo importante en la vida de los jóvenes que los acompañará siempre”.
Sin embargo, también le place la posibilidad de tener su profesión como artista, “cosa que he tratado de no dejar atrás; es todo un ejercicio, no solamente a nivel plástico, sino también a nivel musical, pues estoy haciendo conciertos porque me encanta el canto y la guitarra”, detalló.
El próximo proyecto que Cordero trabaja para el MMCR es sobre mujeres significativas para el país y su vida.
“Voy a pintar una serie de retratos de mujeres famosas como, por ejemplo, Patricia Mora y Carmen Lyra, pero también mujeres de mi vida cotidiana como mi madre, mis amigas, mi tía; creo que las mujeres tenemos que ser visibilizadas”.