Escritora, poeta y feminista, la costarricense Olga Goldenberg Guevara ha dedicado su labor de artista a la poesía y su acción política a la defensa de los derechos humanos de las mujeres y la clase trabajadora.
Así lo expresó la miembro de Picos Rojos, Marta Solano, grupo feminista que junto con la Asociación de Escritoras Costarricenses (AEC), le rinden homenaje a Goldenberg en el Centro Cultural de España, este martes 11 de junio a las 6 p.m.
La actividad es una invitación abierta para compartir con su familia de músicos, artistas, amistades y personas que quieran manifestar su cariño y admiración a Goldenberg, quien a lo largo de la actividad leerá sus poemas y conversará con el público presente.
Los versos de Goldenberg están reunidos en tres libros: Itinerarios al margen (Editorial de la Universidad de Costa Rica-Editorial UCR, 2013); Sombra que soy (Editorial Germinal, 2016) y Espirales del silencio (Encino Ediciones, 2022).
La premio nacional de cultura Magón de 2012, Yadira Calvo, forma parte del grupo de mujeres organizadoras de la actividad.
Para Calvo, con el homenaje se reconoce una larga trayectoria “en su mayor mayor parte silenciosa, en pro de la cultura, en un principio desde una posición política, y posteriormente en las áreas relacionadas con el desarrollo sostenible y la equidad de género”.
A la vez, Calvo destacó que el reconocimiento es principalmente a la poeta, “que si bien lleva escribiendo desde la adolescencia, mantuvo inédita su producción hasta después de jubilada, cuando personas amigas la animaron a enviar sus versos a un concurso de la Editorial de la Universidad de Costa Rica”.
Goldenderg obtuvo el primer lugar del concurso de poesía de la Editorial UCR de 2013 con Itinerarios al margen, y luego adquirió “la suficiente confianza en sí misma como para lanzar al público dos obras más”.
De acuerdo con Calvo, en el contexto de la literatura costarricense de la segunda década del siglo XXI, Goldenberg apareció como una voz nueva ante el público, sin embargo, “se trata de una voz que había venido germinando desde la infancia y maduró en la adolescencia”, y que por coerciones sociales y censuras internalizadas, sus poemas de mantuvieron a resguardo de miradas ajenas.
“Este recorrido vital, bastante común entre escritoras, hace de Goldenberg una exponente clave de lo que ha supuesto para las mujeres talentosas, asumir su vocación, aceptar sus consecuencias, y correr el riesgo de salirse de esa especie de clandestinidad en que muchas han escrito a través de la historia”, expresó Calvo.
Dos poemas
FALSACIÓN
Grazna de prisa
el corazón.
Se muere de aire.
Sendero arriba acechan
laberintos de niebla.
Es un tapiz huidizo
el yurro de los musgos.
En el azul minúsculo,
mojada contra el suelo,
se pudre la verdad
desaprendida.
Filtrada voz,
obra inconclusa
desnuda en la floresta.
YO PEZ
Soy el cristal que fluye con el río.
Soy la gota que va contracorriente.
Yo soy de agua.
Soy ese pez que mira de costado
al pez que sube,
que mira de costado
al pez que baja.
Yo soy el pez caído del estanque,
como el ángel
el día que lo pescaron
en pecado.