Tres hojas de una misma partitura bien conocida e interpretada múltiples veces, pero a pedacitos. Eso era la música de Luis Enrique Mejía Godoy, de Adrian Goizueta y El Experimental y la agrupación Malpaís.
Pero eso cambió, porque han decidido, después de décadas de profunda conexión humana y musical, sentarse alrededor de la fogata que es para estos artistas la música y celebrar, al calor de esta, sus historias y obras.
“Surgió la idea de juntarnos para escuchar a Adrián (Goizueta) y el “nuevo Experimental” junto a Malpaís, que son del “viejo Experimental” pero con su propio proyecto y además con nuestro invitado Luis Enrique (Mejía Godoy)”, comentó Daniela Rodríguez, vocalista del grupo Malpaís.
Interpretarán “juntos, por separado y revueltos” parte del gran repertorio que conforma la música que les une, en dos presentaciones, el 17 y 18 de noviembre a las 8 p.m. en el Teatro Popular Melico Salazar.
“Va a ser como una gran fiesta de amigos y amigas que nos queremos y respetamos mucho, nos admiramos mutuamente y esperamos que el público disfrute bastante”, apuntó la cantante.
Costa Rica, Nicaragua y Argentina en sinfonía
Las pupilas de Rodríguez han sido testigos y cómplices de gran parte de los compases de esta sinfonía a tres voces, la cual forman los vínculos entre estos proyectos musicales y por eso, no hay mejor batuta que su memoria para dirigirnos por esta historia.
“Toda mi infancia fue la etapa del primer grupo Experimental de Adrián Goizueta y ya luego el resto de mi adolescencia y adultez ha sido cantando con Malpaís”, aseguró la artista.
Según nos relata la vocalista, uno de los primeros lazos surgió en el contexto de los movimientos sociales y artísticos latinoamericanos de la segunda mitad del siglo XX, como la “Nueva Canción”.
“Luis Enrique Mejía es un referente fundamental de la música latinoamericana, junto con Orlando Gamboa y Francisco Goldenberg (tíos de Fidel y Jaime Gamboa) conformaron dos de los primeros grupos de la Nueva Canción Costarricense: Abril y Tayacán; las dos familias siempre fueron muy amigas”, explicó la cantante.
Por su parte, Adrián Goizueta entró por las puertas de esta historia a finales de los años setenta huyendo de la dictadura en su país natal, Argentina. Llegó a tierras ticas y encontró a los que serían miembros de su grupo experimental y a la postre, creadores de la agrupación Malpaís.
“A Adrián lo conocieron Jaime y Fidel Gamboa, mi papá (Iván Rodríguez) e incluso Tapado (Vargas) siendo su profesor, cuando estudiaron en el Castella. Él vino exiliado de la dictadura argentina y prácticamente salidos del cole se los llevó a girar por el mundo”
Con el grupo de Goizueta, no solo vieron mundo y terminaron de curtir su formación durante casi dos décadas; gestaron la amistad que los haría unirse años después en Malpaís, además de crear obras como Presagio o Muchacha y luna que pasaron a ser piezas infaltables en el repertorio de esta agrupación costarricense.
El mechón que termina de anudar esta trenza, relata Rodríguez, es la relación y trabajo en conjunto entre Adrián Goizueta y Mejía Godoy, y de hecho es la vinculación con más cercanía y frecuencia de los últimos años.
“Siempre han tenido una relación muy estrecha, hasta la fecha ellos siguen teniendo conciertos juntos, esa cotidianidad y vínculo han estado muy vivos.”, añadió la artista.