Cultura X Bienal Centroamericana:

Limón entre arte, ferrocarril y banano

El evento de arte celebra su décima edición con su primer curaduría y su primer acercamiento a una provincia no capital.

Entre trajes coloridos y músicas movidas los limonenses se preparaban para la que es una de las fiestas más grandes en la provincia, el Día de la Persona Negra y la Cultura Afrodescendiente. Sin saberlo, recibieron grandes retratos fotográficos de Limón, esculturas de balancines de bananos y cartas a la UFCo que reunían un sentir centroamericano.

La Bienal Centroamericana cumple su mayoría de edad en Costa Rica, es celebrada desde 1998 con el propósito de hacer un encuentro artístico internacional centroamericano, sin embargo, es hasta su décima edición que el concepto de la Bienal muestra una verdadera integración artística y temática capaz de reflejar los comunes de los países de la región.

“Para el mundo artístico en Centroamérica, es necesario registrar cómo evoluciona el arte en la región, como estos cambios han incrementado la participación, la interacción del nuevo arte con los mismos ciudadanos durante las intervenciones”, comentó la fotógrafa Margarita Montealegre.

Los artistas se enfrentan por primera vez a un proceso de curaduría, en donde la historiadora del arte Tamara Díaz se encargó de formar lazos entre diferentes colectivos centroamericanos para dar como resultado una exposición que tejiera constancias históricas y culturales de los países centroamericanos.

Anteriormente, la Bienal se construía por medio de un “certamen”, había una Bienal en cada país y posteriormente se escogía a  seis artistas quienes se presentarían en el evento internacional.

El tema “Todas las Vidas” reunió a aproximadamente  68 artistas de muy variadas técnicas en galerías y espacios públicos, con el fin de dialogar sobre las condiciones de vida y el ambiente desde la historia común centroamericana de la colonia, las plantaciones y las fuerzas económicas. Esto llevó a la Bienal a presentarse por primera vez fuera de una capital, en el Antiguo Edificio de la United Fruit Company.

“Es bueno que en esta Bienal se incorporara a Limón además de San José, porque el Caribe en todos nuestros países ha sido una zona muy relegada pero con una cultura muy intensa y un protagonismo importante históricamente”, mencionó Marcos Agudelo, artista que se presentó en la Bienal.

Faltó Limón

La inauguración en Limón incluyó cocteles de banano, mamones chinos, sopa de pescado y mascaradas, sin embargo, la presencia de los oriundos no fue muy alta. Los limonenses que se encontraban en el parque inmediato al edificio se preocupaban por ensayar sus movimientos para el carnaval, sin ninguna idea de lo que sucedía.

Andrés García es de los pocos limonenses que ingresaron al evento, él trabaja en el mismo edificio en el que se realizó, y considera que la concurrencia puede que aumente dependiendo de la divulgación que se dé posterior a la inauguración.

La organización del evento propuso la incorporación de un taller días antes del evento de inauguración, Celicia Lisa Eliceche y Libidiunga Cardoso construyeron la propuesta “Banana Experience 3D”, el taller que buscaba la incorporación de artistas de la zona en la exposición.

“Yo creo que la gente de Limón no estaba enterada de esta Bienal porque la organización no hizo un buen trabajo de informar a la gente, de invitarla a acercarse. A mí me parece que es importante reflexionar sobre este edificio, su restauración, no que la Bienal venga y se traiga un colectivo del Valle Central y se lo lleve en un día sin que paseen por Limón”,  agregó Eliceche.

Durante la muestra los artistas involucrados en el taller lo invitaban a escuchar datos históricos sobre la cultura afrodescendiente, analizar personajes y obras artísticas importantes, moverse alrededor de las instalaciones y mover las esculturas como una forma de despertar el pensamiento crítico.

“Nos va a servir esta experiencia para proyectar esta información en las comunidades en las que ejercemos como artistas, incluso en apropiarnos de espacios usualmente vacíos como el antiguo edificio de la UFCo para futuras escuelas de arte”, mencionó Margarita Mata, narradora oral.



Tamara Díaz: “Dejar lo individual por un saber colectivo”

La cara del concepto colectivo de esta Bienal, Tamara Díaz, es licenciada en Historia del Arte de la Universidad de La Habana, curadora e investigadora independiente con gran cantidad de publicaciones. Vivió 9 años en San José en donde se desempeña como curadora adjunta y directora editorial de “TEOR/ éTica”, lo que le ha permitido tener mucha actividad en la región centroamericana.

Sobre el nuevo proceso de curaduría: ¿Cómo empieza a rastrear el común denominador de la región centroamericana para plantear la temática de la Bienal?

-El área de investigación en el que me especializo y el que más me apasiona es Centroamérica. Me atreví, precisamente, porque no era empezar de cero sino que podía continuar la trayectoria que ya tenía.

Intentaba dar prioridad a proyectos colectivos, a no pensar en esto que el arte ha tenido tanto que ver, en la individualidad y la competencia, que es lo que un certamen realza. Dejar lo individual por un saber colectivo, con discusiones en reuniones grupales en cada país que fueron mostrando resonancias, insistencias en temas.

Es la primera vez que la Bienal se trae a una provincia que no es capital. ¿Qué relación tiene con el proceso de la curaduría?

-El desplazamiento de Limón es importante, el más básico es descentralizar y situarnos en el Caribe, una zona poco atendida, que es una historia compartida en la región. Simbólicamente también era muy importante, por lo que significaba la United Fruit Company para Centroamérica, que fue casi un experimento social, ambiental y laboral que puede seguir presente en el modelo actual de la multinacional. Por eso era importante pensar en el presente y en las cosas que constantemente nos cuestionamos, situándose en esa historia que está tan cerca del presente.

¿Cómo dialoga esta exposición y las intervenciones artísticas con el Día de la Persona Negra y la Cultura Afrodescendiente?

-Realmente no nos gusta pensar en que traemos cultura a Limón, no nos gusta para nada, sino de aprender de aquí y por eso hay un taller que se realiza en la inauguración que reunió a bailarines, narradores orales, artistas de la zona y gente local con la que se pudo intercambiar.

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