Cultura

Las auroras de Elena y la Orquesta Lunar 

Antes de salir de gira hacia al norte de nuestra frontera norte, Elena y la Orquesta Lunar ofrece un concierto llamado Aurora en Teatro Espressivo.

Con las pilas cargadas, Elena y la Orquesta Lunar se irá de gira con el espectáculo Aurora.

El cronograma de los compromisos de la agrupación es llevado con esmero y diligencia, al alistarse para viajar a Guatemala y a México con el fin de presentar nuevo repertorio y la participación de la cantora indígena cabécar, Ileana Obando.

Esa ruta de circulación tiene su encuentro primero con público local el jueves 6 de junio a las 8 de la noche, en Teatro Espressivo, ubicado en Momentum de Pinares.

El proyecto fue financiado con fondos de Ibermúsicas 2024. Además, históricamente, la agrupación ha recibido premios como la Dotación Anual para la música inédita y difusión del Talento Costarricense, 2017 y 2023 (UTM); Ibermúsicas 2019 (Gira Viaje Etéreo al Sur 2019 Argentina-Chile), Ibermúsicas2022 (Coparticipación Costa Rica-Cuba); y nominaciones en Unsigned Only Music Competition 2022 y en Los Premios Centroamericanos Estela Guatemala 2023.

“Ileana (Obando, cantante e intérprete cabécar) se nos une sin saber qué va a pasar exactamente durante el concierto porque ni nosotros lo hemos visto; estamos ensayando, pero es algo completamente nuevo”, Elena Zúñiga

Elena y la Orquesta Lunar está constituida por Elena Zúñiga, compositora y líder (violonchelo, cuatro venezolano y voz); Fabián Arroyo (teclado, piano y coros), Gerardo Mora (batería), Allan Chinchilla (bajo) y Sabah Halabi (percusión étnica).

En el espectáculo, participa como invitada especial la artista Ileana Obando, cantante e intérprete cabécar del clan del Cacao, Tsirúrúwák, de la comunidad de Jäkuíí de Alto Pacuare, en Turrialba.

“Ileana se nos une sin saber qué va a pasar exactamente durante el concierto porque ni nosotros lo hemos visto; estamos ensayando, pero es algo completamente nuevo”, señaló Zúñiga.

Será una sorpresa para ellos mismos el resultado de las canciones en español y cabécar que interpretarán juntas Zúñiga y Obando, las composiciones de la autoría de Obando solo en cabécar y, finalmente, los cantos sagrados de curación y sanación de Alto Chirripó, que serán entonados por Obando en el idioma nativo ancestral.

Zúñiga conoció a Obando porque forma parte del grupo Jirondai como cantora. “Me invitaron a compartir con ella en una pieza, en 2021; sólo nos vimos esa vez y después ella me contactó para que viajara a Alto Pacuare”. Así, la relación se tradujo en una amistad entrañable.

El espectáculo Aurora incluye las piezas “Afortunada” fue lanzada como sencillo, y “Rastros” y «Umbral”, compartidas en redes sociales en una sesión de video.

Siempre reinventándose

 Elena y la Orquesta Lunar se creó en el  2016 y las primeras presentaciones fueron en El Sótano y el Árbol de Cas. El primer disco grabado se titula Viaje etéreo.

Su diseño como ensamble camerístico le permite cambiar la instrumentación e invitar a diversidad de artistas, de manera que varía el número de intérpretes congregados en una comunidad que “siempre está reinventándose”, apuntó Zúñiga.

En ese espacio fluído de experiencia musical, Zúñiga reúne a talento musical intercultural e intergeneracional, cuya expresión es rica en sonoridades y letras emotivas que abogan por un tejido amoroso de cuido responsable y sensible entre las personas y la naturaleza.

Con el proyecto primerizo, Viaje etéreo, la agrupación logró movilizarse a Chile y Argentina, luego se detuvieron en tierra natal por el confinamiento a raíz de la pandemia por el Covid-19 y, ahora, listos con Telescopio, Zúñiga cambió la dirección de las velas para llegar hasta Guatemala y México.

En ese proceso de quietud pandémica, Zúñiga se puso a componer prolíficamente. “Componía montones, todavía no sabía exactamente hacia dónde iba a llegar, porque yo trabajo haciendo y mientras voy haciendo, voy entendiendo qué es lo que está pasando en ese momento”.

Cuando finalmente Zúñiga entiende qué sucede en su proceso creativo, “empiezo a nombrar tanto el proyecto como las letras. Luego conceptualizo en un tema específico”.

A partir del momento que en la pandemia se pudo compartir presencialmente con mascarilla, se reunió en su casa con el baterista, Gerardo Mora, para producir juntos las ideas y conversar acerca de las canciones y su evolución.

Lo siguiente fue compartirlas con el equipo de trabajo y entre todos aportar con el nuevo material.

De ahí nació  su segundo proyecto Telescopio, aún en proceso de grabación. “Lo llamé Telescopio porque es un pequeño laboratorio desde donde intentamos ver más allá, que pareciera ser fuera de aquí y, al final, termina siendo bien adentro”.

Las canciones hablan de anhelos y temores relacionados con la naturaleza y el cambio climático: “me surgió reflexionar acerca de cómo nos sentimos, de ese temor que aflora; entonces estas canciones son como rituales de un llamado de la tierra”.

Otros significados están asociados a vivencias muy profundas en momentos complicados de la vida de Zúñiga, quien afirma que experimenta una etapa distinta con tiempos despaciosos.

El proyecto Telescopio ha llevado un ritmo lento, pues “se graban unas cosas…ya no me gustan tanto como quedaron y las volvemos a grabar; el tiempo no importa tanto, lo valioso es que estemos a gusto”, confesó.

Zúñiga experimentó un cambio en su concepción de vida, en el significado del tiempo, el sentido de la música y sus motivaciones.

“Al final es un mensaje, un espacio de reflexión que siempre ha existido, pero ahora vinculado totalmente a la necesidad de expresión y compartir”.


Afortunada

La canción “Afortunada” es el punto de partida del álbum Telescopio; después el grupo hizo una sesión en vivo con las piezas “Rastros” y “Umbral”, que fueron grabadas en una escuela de escultura en arcilla, con músicos interpretando en vivo y dos micrófonos en el centro.

“Como si fuera algo antiguo. De este mismo modo estamos grabando el resto del material: todo en vivo y simultáneo. Es curioso, porque intenté grabar las canciones por pistas, pero no estaba obteniendo los resultados que quería”.

Es que no se sentía, pensó Zúñiga, para quien las composiciones necesitan que la gente esté presente y escuche, que los músicos estén viéndose en círculo y se sigan.

Crear música de esa forma es un acto de resistencia. “En la actualidad todo es tan perfecto, tan bonito, tan tecnológico, hacer las cosas en un espacio propenso al error, a no poder reparar cosas tan fácilmente como en otros tipos de grabación, es un acto con el cual la gente también se libera, un acto de humildad”.

Zúñiga, además, afirmó que hay que aceptar que cada quien hace su trabajo de la mejor forma, y que “así sonamos en disco y así en vivo, en concierto”.

Durante la gira Aurora, Elena y la Orquesta Lunar dará conciertos en Ciudad de Guatemala y Antigua, e impartirá un taller en la Escuela Superior de Arte de la Universidad de San Carlos; por su parte, en México, en Oaxaca realizará un trabajo de experimentación y grabación con el taller de Barro Madre; en Michoacán se presentará en la Jacaranda Cultural; en Puebla en el Breve Espacio; y en Ciudad de México en el Foro Amílcar Vidal, gracias al vínculo con Sello Jueves de mujeres compositoras latinoamericanas.

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