Cultura

La realidad de la profesión

Ser actriz o actor en estas épocas no es solo esperar por el trabajo de la vida, es gestionar las propias oportunidades.

Una carrera que pone en la balanza la  satisfacción personal contra el ingreso  económico; que tiende a verse como un  entretenimiento, pero que ha venido  experimentando cambios en los últimos años.

Cuando se habla de estudiar teatro, ser actriz o actor, inmediatamente un número gigante  de preguntas surgen no solo desde la cabeza de  quién toma la decisión de seguir esta profesión,  sino también de los familiares.  Con el paso del tiempo y la evolución, estudiar una carrera artística también viene de la  mano de otras herramientas que pueden complementar y afinar el conocimiento adquirido  y la experiencia.

En este montaje que presenta el Teatro Universitario en su temporada de Jóvenes Dirigiendo, encontramos una semilla que germina en  cada uno de sus directores: la gestión de una  carrera desde el emprendimiento.

Por parte del colectivo Las Tres Hermanas  no solo existe la presencia de una voz fuerte de  tres mujeres que se lanzaron a explorar y experimentar en su búsqueda profesional, sino una  convicción de que los tiempos han cambiado  y que se pueden estudiar carreras paralelas  no tan diferentes entre sí.

Esto sucede no solo  en las artes dramáticas, sino en un sin fin de  carreras dentro de la universidad.  Para Natalia Gutiérrez es relativo y depende de cómo sea la persona. “Ahorita yo tengo  un trabajo fijo, estable, con buena paga donde  soy actriz.

Muchas veces estas oportunidades  aparecen dependiendo de qué tanto se mueva  una persona, pero esto sucede en cualquier  otra carrera”, afirmó Gutiérrez.

Por otro lado, Yael, también miembro del  colectivo, agregó que hacer otro tipo de trabajos, ayuda a reforzar otras áreas. “Trabajar en  otros espacios que no son de teatro refuerza  otras cosas que el teatro por sí solo no tiene  como ética de trabajo; incluso se conoce mejor  los procesos burocráticos que a veces sí son  necesarios para entender cómo funcionan, este  conocimiento permite ampliar el panorama  del actor”, afirmó Salazar.

Es una creencia popular que las carreras enfocadas en el arte son una manera de pasar el tiempo  libre.

Sin embargo, la inclusión de expertos en  áreas artísticas en la sociedad ha abierto un nicho  de trabajo que antes ignoraba la importancia  y la necesidad de incluir a estos profesionales.

Hay una realidad clara que se ve expresada  dentro de los temas que abarcan los directores  de estos montajes, y es que en el país el mercado  convencional enfocado en el teatro está tomado  por unos pocos. Por eso se han venido desarrollando redes de artistas y emprendedores  que buscan generar sus propios trabajos y de  esta forma abrir puertas para otros artistas  que vienen en camino.

Gutiérrez comentó sobre un pensamiento  erróneo en común de algunos sectores. “Existen personas que estudian arte, productivas  y con mucho talento; pero muchos sectores  tienen el tabú de que quienes estudian arte solo  consumen drogas o pasan en fiestas”, señaló.

Tanto para Carlos Villalobos como para el  colectivo, como jóvenes y profesionales hay trabajos e investigaciones que tienen propuestas  muy creativas e innovadoras en temas que a  veces no se pueden abarcar desde otro lugar  que no sea la expresión artística.  Conforme pasan los años es cierto que también la competencia crece y que no estamos en  un país con tanta población como otros países  del mundo, por lo que las distintas actividades  también afectan de manera directa los ingresos  económicos, más que nada cuando se trabaja  en producciones que no cuentan con un alto  apoyo en cuanto a remuneración.

Una de las maneras de trabajar de estos  jóvenes directores apunta a generar relación  con otros artistas de distintas áreas, para de  esta manera tener un equipo creativo multidisciplinario.

Existe la tecnología, las redes  sociales, el acceso a mayor publicidad; esto  potencia y moviliza hasta en la oportunidad  de conseguir recursos.

En esta profesión también existe una disyuntiva constante y es la de si se trabaja para un  proyecto que es bien pagado pero que tal vez  no genera interés, o si se trabaja en proyectos  más personales pero con recursos limitados  o escasos.  “Los actores son muy diferentes y depende  de las necesidades de cada quien y en el momento por el que estén pasando”, aclaró Villalobos.

Y es que el tema de cómo solventar las necesidades básicas cuando el mercado es limitado  parece ser muchas veces la pregunta constante  de la sociedad respecto de la realidad de las  profesiones como la actuación.

Para Jiménez y Gutiérrez escoger entre qué  tipo de trabajo realizar puede ser una opción  que sea juzgada hasta en el mismo gremio,  pero acá entran en juego las necesidades de  cada quien.

“Existen espacios estatales como la Compañía Nacional de Teatro, donde no solo te  pagan bien cada vez que te llaman, sino que  es una especie de vitrina por la exposición  que genera”, expresó Jiménez.

Sin embargo,  reconocen que no es la mayoría de profesionales  los que recibe esta oportunidad para trabajar  en este espacio, un alto porcentaje de actores  y actrices trabajan de manera independiente.

El tema de que muchas personas trabajan  solo con sus amigos es otra variable dentro  de la fórmula de la realidad de estas carreras.

La experiencia y visión de estos jóvenes  directores también los ha llevado a entender  que hay personas con las que se puede tener  más química de trabajo, que es cierto que hay  grupos o profesionales con mucha trayectoria  que se cierran a la apertura de trabajar con  nuevos talentos, pero que casi siempre la misma profesión te sirve como filtro para saber  quiénes pueden dar lo que se necesita en un  momento específico.

El proceso muchas veces  dicta qué es lo que se debe buscar.  Pero el cambio significativo es que las oportunidades van subiendo como esos telones que  acostumbran acompañar el inicio o cierre de  estas obras, y que la intención en los proyectos  de las nuevas generaciones apuntan a la idea  de crear vínculos, ya que cuantos más colaboradores mayor evolución para la puesta en  escena.

Algunas veces se gana menos, pero  la red se amplía y eso eleva la calidad de la  producción.

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