Cultura Encuesta Nacional de Cultura 2016

La lectura a la sombra de la cultura audiovisual

La brecha entre impresos y audiovisuales se amplía, de acuerdo con la Encuesta de Cultura de 2016 con una preponderancia de la televisión

La lectura en Costa Rica es una actividad que sobrevive a la sombra del poder de los medios audiovisuales, dado que solo un 43,2 % de los ticos consultados en la Encuesta Nacional de Cultura (ENC) 2016 dijo haber leído libros, mientras que a la televisión la observa el 92,4% de la población.

De acuerdo con la encuesta, en la zona urbana se lee más que en la rural. Así las cifras indican que en el sector urbano un 45,6% lee, mientras que ese porcentaje baja a un 36,4% en el área rural.

El estudio -realizado entre el 18 de octubre y el 23 de diciembre de 2016 por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC) para el Ministerio de Cultura en 6.276 viviendas y en una población de 8.033 personas- muestra que en el caso de la lectura de libros, los índices en vez de mejorar se deterioraron.

Así, por ejemplo, en la Encuesta de Cultura de 2013, y publicada en el 2014, se había determinado que el 51,4% de los costarricenses no habían leído un libro durante el año consultado. Los resultados de 2016 precisan que esa cifra es de 56,8.

Únicamente un 18,8% dijo leer libros de autores ticos.

Los motivos dados por los costarricenses mayores de 12 años consultados en esta apartado para no leer libros son llamativos: “problemas de salud o discapacidad, prefiere leer otras cosas, falta de dinero y sitio para conseguirlos queda lejos”.

La principal razón, no obstante, para que la población no lea es que no le gusta dicha actividad.

“La población de 12 años y más que sabe leer y escribir y no lee ningún tipo de libro alega desinterés o que no le gusta como el principal motivo para no hacerlo (56,4 %), seguido por la falta de tiempo (25,0 %), por tener otras preferencias (6,8 %) y por otros motivos (11,8 %)”.

En relación con quienes afirmaron leer, la encuesta detalla que un 61,6% lo hace por “gusto”; un 20,4% por estudio; un 8,9% por “desarrollo personal” y en el apartado de otros motivos (9,1%) incluyen la “recomendación de otra persona, requerimientos de trabajo, cultura general, por tema, lee para otra persona, por autor o autora”.

Entre los que leen la mitad de un libro o más al año, alcanzan un promedio de 5,6 ejemplares.

La zona urbana, de nuevo, le saca ventaja a la rural, porque en la primera se leen 6,1 libros, y en aquella 3,7.

“De toda la población de 5 años y más que sabe leer y escribir, el 12,9% lee libros todos
los días; el 13,4% varias veces a la semana; el 7,6% una vez a la semana; el 4,9% una vez al mes; el 2,7% una vez cada tres meses y el 1,7% una vez al año. Por último, el 56,8% no lee”.

Otro de los datos interesantes que se desprenden de la consulta, es que el grupo de edad que más libros lee al año es el que se ubica entre los 18 y 35 años con 6,6 libros. El grupo etario que presenta el más bajo porcentaje se da entre las personas mayores de 65 años.

Respecto a qué tipo de libros son los que más atraen a los costarricenses, las novelas encabezan la lista con el 34,9%, seguidas por la lectura religiosa con un 25,5%, los educativos 22,2%.

En el sector rural, la lectura de libros más frecuente es, sin embargo, la que tiene relación con los temas religiosos, dado que registran un porcentaje de 34,2%.

Los costarricenses prefieren para leer el formato impreso, debido a que según el estudio un 76,0% opta por este tipo de libros y un 24,0% el digital.

Otro elemento para ser considerado es que las bibliotecas son cada vez menos utilizadas para acceder a los libros, dado que solo un 2,7% de las personas que leen buscan esta vía con el fin de obtenerlos.

En lo que concierne a los autores nacionales, únicamente el 18,8% de los libros comprados corresponden a este sector, lo que evidencia la abierta lucha y la selva en que se mueven los escritores del país.

Según la Ministra de Cultura, Silvie Durán, las mediciones que facilita la encuesta servirán para que se mejore en distintos sectores.

“La ENC nos permite tener una visión más amplia de todo lo que implica el campo de la Cultura, más allá de las artes. Nos da la posibilidad de tener un referente que nos permite empezar a contrastar lo que hacemos o lo que nos preocupa, con respecto a una realidad ya medida; las cosas que no se miden cuesta más evaluarlas y darles seguimiento porque justamente no tenemos los datos, sino solo impresiones”.

UNA LUCHA POR DELANTE

El presidente de la Cámara Costarricense del Libro, Luis Bernal Montes de Oca, dijo que los resultados de la Encuesta de Cultura de 2016 evidencian que se ha de dar una enorme lucha para fomentar la lectura en Costa Rica en los próximos años.

En su criterio, el esfuerzo debe apuntar en primer lugar a lo que se hace en el ámbito escolar y colegial, porque es ahí donde se puede empezar a fomentar la lectura mediante el uso de diferentes métodos.

Para Montes de Oca, este es un público muy importante, porque son los jóvenes del país y representan el futuro; no obstante, sostuvo que el sector adulto y de adulto mayor no deben descuidarse, porque en este sector de población también se pueden impulsar políticas.

Reconoció que la preponderancia de los medios audiovisuales, en especial la televisión, es más que evidente, pero que contra ello se debe enfrentar el sector.

En una amplia entrevista con el Semanario UNIVERSIDAD, hace un mes, Montes de Oca, sin conocer los resultados de dicha encuesta, había hecho un llamado sobre la necesidad que tiene la cultura nacional de contar con una nueva ley del libro, que permita fomentar políticas, tanto en el campo de la lectura como en el de la publicación.

El presidente de la Cámara del Libro insistió en esa oportunidad en que los materiales para la producción de libros, y en concreto el papel, resultan onerosos para la industria, lo que acaba en un desinterés por parte de escritores y editores en publicar, dados los altos costos.

De igual forma, para la Cámara del Libro se requiere un ente que aglutine el sector de editoriales, libreros y escritores. Con el Consejo Nacional del Libro enterrado, opina Montes de Oca, lo que queda es el impulso de una nueva ley.

En ese sentido, el diputado del Partido Liberación Nacional (PLN), Olivier Jiménez Rojas, tiene entre manos un proyecto que buscaría la creación de una nueva ley del libro en Costa Rica.

PERIÓDICOS Y REVISTAS

La situación de los periódicos y las revistas impresas no es tan diferente en término de porcentajes a lo que sucede con los libros. La encuesta precisa que solo el 42,5 de las personas que saben leer de cinco años en adelante leen periódicos en el país.

Esta cifra es menor en el caso de los costarricenses que viven en la zona rural, donde únicamente el 29, 2% dijo tener el hábito de leer los periódicos. En el ámbito urbano sube a un 47,1%, pero si ello se compara con el porcentaje de ticos que ven televisión, la desventaja es notoria, dado que ese porcentaje asciende a 92,4%.

En Costa Rica, como se deduce en el estudio, el 57, 6%, es decir, casi seis de cada diez personas, no leen periódicos impresos.

Curiosamente, la lectura de periódicos y revistas presenta una situación casi inversa, si se sopesa el dato en relación con lo que sucede con los libros. De esta manera, quienes más leen son las personas entre los 36 y 64 años. En el caso de los libros, la edad en que se registra un porcentaje que lee más se ubica entre 18 y 35 años.

Un elemento que también llama la atención es la forma en que los costarricenses están accediendo a los periódicos, dado que es en supermercados, pulperías y abastecedores donde más los obtienen. Ello confirma lo que se puede observar en el sector urbano, pero sobre todo en el rural, en el que la figura de los pregoneros va camino a desaparecer.

Así por ejemplo, Miguel Valverde, pregonero con 25 años de trabajar en Aserrí centro, explicó que para vender entre 150 y 200 ejemplares entre La Nación, La Teja y La Extra, debe abrir su puesto a las 4 a.m. y cerrarlo a las 2 p.m., es decir, debe trabajar casi 15 horas.

Noticias nacionales (38,5%), sucesos (34,6%) y deportes (30,7%) son las secciones que mayor interés despiertan entre los costarricenses.

Si la situación de los periódicos impresos invita a la reflexión, la de las revistas todavía más, dado que el 13,0 % de personas de cinco años en adelante dijo leerlas, ya sea en forma impresa o por vía digital.

“En el ámbito nacional, el 10,3 % de los hombres y el 15,8 % de las mujeres leen revistas. Ellos leen en promedio una mayor cantidad de revistas que ellas, con 12,9 y 10,3 revistas al año, respectivamente”, detalla la encuesta.

La lectura impresa, ya sea por medio de libros, periódicos o revistas, sigue perdiendo su batalla con los medios audiovisuales, mientras en el horizonte no se vislumbran políticas sistemáticas que busquen el fomento de la lectura, por lo que la brecha tiende a ampliarse, como lo muestra la Encuesta de Cultura 2016.


Entre La Llorona y el Cadejos

La cultura popular los tiene muy presentes como mitos y leyendas que se transmiten de generación en generación

En el imaginario costarricense las leyendas que más presencia tienen son las de La Llorona y el Cadejos, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Cultura 2016 (ENC) presentada el 27 de septiembre. Un 45,3 por ciento de las personas consultas mayores de cinco años dijo recordar como leyenda principal a La Llorona, que res- ponde a un mito prehispánico de una mujer que perdió a su hijo en el río, razón por la que vaga desesperada y sin consuelo en su búsqueda infinita, y cuyos lamentos se escuchan a lo lejos en los diferentes poblados. Las causas de la pérdida de ese niño varían de acuerdo al au- tor que haya adaptado el mito. Es curioso que la Llorona se haya impuesto en el país a La Segua, que por años ha estado presente en la cultura popular del país. Incluso el escritor Alberto Cañas Escalante, ya fallecido, hizo una adaptación de este texto, que ha sido llevado al teatro en varias ocasiones. En 2015 fue la última de ellas y estuvo a cargo de la Compañía Nacional de Teatro. Entre tanto, el Cadejos no pierde fuerza como elemento sobre- natural dentro de los mitos y leyendas de la nación. En este caso, como casi en todos ellos, las adaptaciones son muchas y cada una con sus signos particulares. Tanto es así que el Cadejos urbano no siempre coincide con el Cadejos de la zona rural. El 43,4 por ciento de los costarricenses expresó que recuerda la leyenda del Cadejos, ese perro negro que se aparece en mitad de la noche, con los ojos enrojecidos, el rabo excesivamente largo y con ínfulas de acabar en segundos con su desdichada presa. La riqueza de La Llorona y el Cadejos forman parte de esa cultura popular que también recoge lo que significa el gallo pinto, la carreta y el 15 de septiembre para el país.


 

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