La Feria Internacional del Libro se desafía a sí misma

La XXI edición de la Feria Internacional del Libro, que tendrá lugar del 26 de agosto al 04 de septiembre del 2022 en el Centro de Convenciones, se desafía a sí misma al cambiar su sede habitual de la Antigua Aduana, a la espera de la respuesta que den los visitantes y lectores al nuevo espacio en el que intervendrán 85 expositores.

El Centro de Convenciones, que se ubica 10 kilómetros al oeste de La Sabana, sobre la Autopista General Cañas, podría convertirse en la casa permanente de la Feria, como en su oportunidad lo dejó entrever a este periódico el actual presidente de la Cámara Costarricense del Libro, Óscar Castillo.

El viernes 26 de agosto, al mediodía, será la inauguración de una actividad que convocará a las editoriales estatales, a las librerías más poderosas del país y a un grupo de autores independientes, quienes, en un principio, se quejaron de que los precios de los espacios estaban por encima de sus posibilidades. En la Antigua Aduana contaban con un subsidio del Ministerio de Cultura.

Con ese clima de cambio, la Cámara Costarricense del Libro, en una conferencia de prensa, sostuvo por medio de su presidente Castillo que “nos hemos trasladado porque la Feria debe adaptarse a las nuevas condiciones del país y del mundo”.

En dicha actividad agregó que “este recinto tiene mejores condiciones sanitarias y mayor tranquilidad para los visitantes”, dado que los pasillos son de 4 metros y no de 2,85 metros, como sucedía anteriormente.

Otro de los elementos enumerados por Castillo fue el hecho de que el Centro de Convenciones cuenta con mejores condiciones de parqueo y de exhibición para los expositores.

La dedicatoria, en esta oportunidad, le correspondió al Museo de los Niños, entidad que contará con una amplia sala para fomentar la lectura entre su público. De acuerdo con el jerarca de la Cámara del Libro, uno de los objetivos a partir de ahora es que surja una alianza permanente con el Museo de los Niños, dado que hay intereses comunes y, de esa manera, fomentar la lectura en niños y adolescentes.

Entre el 26 de agosto y el 04 de septiembre, habrá cerca de 200 actividades entre conferencias, conversatorios y el desarrollo de una serie de temáticas vinculadas con el libro en general y en particular con lo que ocurre en el país.

De esta manera, por ejemplo, se indagará en las experiencias de los clubes de lectura; la mujer como sujeto de escritura y lectura; los márgenes de las literaturas regionales; los desafíos de la edición; así como un ciclo de lectura costarricense en el que se ahondará en “los orígenes olvidados de la literatura” nacional.

La entrada al Centro de Convenciones será gratuita. Los visitantes sí tendrán que pagar el parqueo.

La Cámara del Libro comunicó que la empresa de buses TUASA brindará servicio directo desde San José hasta el Centro de Convenciones y que emplearán un esquema similar desde Alajuela.

El propósito de este convenio con TUASA es que los visitantes tradicionales de la feria no desistan de asistir, al tener que desplazarse una mayor distancia en relación con lo que sucedía en torno a la Antigua Aduana. Al ubicarse la Antigua Aduana en el Barrio La California, a cinco minutos de San José a pie, ello daba un margen distinto a quienes desde el centro de la capital acostumbraban a visitar la Feria del Libro.

La XXI edición reviste mucha relevancia porque la Feria vuelve después de dos años de ausencia, dada la situación de la pandemia por la COVID-19. La última feria presencial fue en 2019.

Aunque luego hubo una feria virtual, la Cámara reconoció en su momento que, aunque hicieron un gran esfuerzo por brindar espacios para las editoriales y los escritores y recibieron una aceptable visitación, el impacto real no alcanzó los objetivos propuestos. De ahí que el encuentro propuesto en el Centro de Convenciones represente la ocasión para que editoriales, libreros, autores y otros actores del libro participen de la feria, cuya inversión alcanza los ₡100 millones, como lo aceptó en su oportunidad el propio Castillo.

RAY LORIGA

Aunque históricamente la Feria Internacional del Libro cuenta con un país invitado, en la próxima no habrá una nación destacada, esto debido, sobre todo, a los tiempos en que se tienen que realizar este tipo de convocatorias.

En cambio, entre las figuras destacadas, se encuentra el escritor español Ray Loriga, quien en 2017 ganó el Premio Alfagura con la novela Rendición, a la que se presentó con el pseudónimo de Sebastián Verón, un reconocido futbolista argentino.

La ironía, como se observa, no le es ajena a Loriga, quien en realidad se llama Jorge Loriga Torrenova y quien, además de la literatura, ha frecuentado el cine tanto en su condición de guionista como de director.

La reconocida escritora mexicana Elena Poniatowska, quien en 2017 integraba el jurado del Alfagura, comentó acerca de la novela ganadora en aquella oportunidad: “Sin caer en moralismos, a través de una voz humilde y reflexiva con inesperados golpes de humor, el autor construye una fábula luminosa sobre el destierro, la pérdida, la paternidad y los afectos”.

La novela ganadora, que en 2017 volvió a poner a Loriga en el primer plano de la literatura española, ahonda en cómo gestionar las circunstancias que van surgiendo en la vida. El propio Loriga se refirió así a su texto cuando los periodistas le interrogaron con motivo del anuncio hecho por Rendición: “Trata sobre quiénes somos cuando nos cambian las circunstancias, cuando nos quitan las flores del jardín, cuando los muebles se han ido, cuando las situaciones han cambiado; quiénes somos de verdad, esa es la pregunta que me hago en el libro”. En 1998 el Grupo Editorial Penguin Random House relanzó el Premio Alfagura, el cual tiene una dotación relevante, que en el caso de Loriga fue de 164.000 euros.

La novela que le siguió a Redención fue Sábado, domingo en la que el autor volvía sobre uno de sus recuerdos, al haber sobrepasado el medio siglo de vida. “Todo el mundo tiene un recuerdo oscuro, una medusa tenebrosa que, en perfecta simetría, mancha el futuro de su existencia”, le dijo a la periodista Raquel Vidales en 2019.

Respecto de lo que significa escribir y en el contexto de la promoción de Sábado, domingo, Loriga comentaba a la referida comunicadora: “Uno no se siente escritor mientras habla de escritura, se siente escritor cuando escribe. Cuando hablas y hablas pero no escribes, te sientes un impostor. Te consumes”.

OTRAS FERIAS

Como el remezón del cambio de sede de la Feria Internacional del Libro produjo sorpresa en distintos ámbitos, en especial en aquellos autores independientes que reclamaban por los precios de los espacios definidos en el Centro de Convenciones, surgieron dos alternativas complementarias.

Así, del 26 de septiembre al 1° de octubre habrá una feria organizada por la Universidad de Costa Rica (UCR) y del 18 al 20 de noviembre habrá otra en la Antigua Aduana, la cual será organizada por el Ministerio de Cultura.

El historiador y escritor Óscar Aguilar Bulgarelli para la publicación del 1° de marzo en este periódico, que llevaba por título “La Feria del Libro cambia de sede y se avecina conflicto”, había comentado la necesidad de que los escritores independientes tuvieran mayores espacios para exponer sus textos.

De acuerdo con sus estimaciones, al año en Costa Rica se publica una media de 2500 libros, los cuales tienen poca exposición en las principales librerías comerciales. De ahí que apostara porque hubiese ventanas para que los escritores independientes y las pequeñas editoriales pudieran mostrar al público lector sus creaciones.

“Si usted va a la Librería Internacional o a cualquier librería grande de este país, se dará cuenta de que en una tablita, que es menos de un metro, están los libros de los autores costarricenses y ahí, desde luego, no caben los 2500 títulos que se editan en el país cada año”.

Las dos ferias citadas se constituyen en una alternativa para los escritores independientes, quienes debían realizar una alta inversión económica para poder tener un espacio en la Feria Internacional del Libro.

La escritora y gestora de la Editorial Club de Libros, Evelyn Ugalde, explicó que ella estará con sus libros en la XXI edición de la Feria Internacional del Libro durante cinco días y que ello le conlleva una inversión de ₡250.000 solo por el estand.

“Nosotros estamos pagando ₡250.000 solo de estand, pero el gasto total lo calculamos entre ₡600.000 y ₡700.000 si incluyéramos publicidad, logística y viáticos de traslado. Para que yo recupere ₡700.000, en un lugar que no es la Aduana, es muy difícil, porque es un lugar nuevo, lo que para nosotros es el mayor de los peligros”.

Ugalde reflexionó que “en una pospandemia, en la que sabemos que ya la gente cambió sus hábitos de visitas a las ferias, estoy casi segura de que las personas solo van a llegar solo los fines de semana a la Feria, y para nosotros es un riesgo enorme”.

Destacó, sin embargo, que en el caso de su editorial, apostaron por participar en la próxima Feria del Libro “porque cada uno de los autores paga una cuota”.

Añadió que “es por eso que las otras dos ferias son para nosotros más importantes, porque no nos cobran el estand. Para esto tenemos que hacer un esfuerzo económico y no tenemos la seguridad de que vayamos a recuperar la inversión”.

En un país, en el que de acuerdo con la encuesta de Cultura de 2016, la última que se hizo, el 56,8 por ciento de los costarricenses no lee ni siquiera un libro al año, la Feria Internacional del Libro regresa con el desafío de validar su nueva sede y de convocar a los lectores a que descubran un espacio en el que, como asegura la Cámara Costarricense del Libro a través de su presidente Castillo, habrá en todo sentido mejores condiciones que en la Antigua Aduana.