Cultura

Investigación revela auge y caída de editoriales en el país  

Muchas de las editoriales se crearon como parte de pequeños emprendimientos, los cuales aprovecharon las posibilidades que ofrecían las nuevas tecnologías, pero sucumbieron con facilidad a las inclemencias del mercado del libro costarricense.

El estudio “Surgimiento y desarrollo de la actividad editorial en Costa Rica (1918-2019)”, realizado por el historiador Iván Molina, determinó que entre 1990 y 2021 se dio un auge y caída de las editoriales que surgieron en este período, en el que de cada diez creadas, ocho no sobrevivieron en el mediano plazo.

Al existir mayores facilidades tecnológicas para publicar y darse una demanda creciente en áreas como la literatura y las ciencias sociales, hubo una verdadera explosión de editoriales, pero así como se fundaban casi de la misma manera desaparecían o se mantenían inactivas.

El caso de Marino Ramírez Huertas es mencionado en el estudio de Molina, dado que en la editorial formada por Ramírez publicó de 2006 a 2020 un total de 161 libros. (Foto Facebook de don Marino Ramírez Huertas)

También, uno de los hallazgos de la investigación efectuada por Molina para el Centro de Investigación en Identidad y Cultura Latinoamericanas (CIICLA), de la Universidad de Costa Rica (UCR) es que muchas de esas editoriales nacían para que los fundadores publicaran sus propios textos. En la entrevista, Molina destaca el caso de Marino Ramírez Huertas, que bajo el sello de Editorial Industrias Marino, publicó 161 libros de su autoría entre el 2006 y el 2020.

En relación con la calidad de los textos publicados en diferentes áreas, llama la atención lo observado por Molina, quien considera que los que llegan al mercado amparados por las editoriales universitarias son sometidos a un proceso de revisión más riguroso, aunque recalca que en el ámbito privado existen sus excepciones.

Sobre las editoriales en el país, en el período estudiado, Molina comparte con los lectores de UNIVERSIDAD parte de los hallazgos encontrados y que pueden servir para una mayor profundización en la materia.

¿En qué contexto realizó su investigación sobre las editoriales?

一Es importante aclarar tres aspectos para la debida contextualización de los datos. Primero, el cuadro incluye sólo las editoriales privadas creadas en el período 1990-2021; no incluye las públicas creadas en ese período ni las de carácter internacional que operaron en Costa Rica en ese período. Tampoco incluye a las organizaciones, instituciones y entidades que, sin ser editoriales, incursionaron en la producción de libros en ese período, como ministerios, centros o institutos de investigación, fundaciones, asociaciones, imprentas y litografías y otros. Las 353 editoriales privadas representan el 31,7% de los 1.113 productores de libros que publicaron por primera vez en el período 1990-2021.

Segundo, conviene no perder de vista que la mayoría de estas editoriales fueron pequeños o medianos emprendimientos, por lo que tenían una capacidad muy limitada para competir y mantenerse en el mercado. Por esto, como se observa en el cuadro, su tasa de sobrevivencia fue muy baja: de cada diez editoriales, a mediano plazo solo sobrevivieron dos. Su precariedad puede verse también de esta otra forma: de esas 353 editoriales, 113 (un 32%) estuvieron activas un año o menos, y 85 editoriales (un 24,1%) publicaron solo un libro.

“En todo el período de 1990 a 2021, solo se crearon tres editoriales especializadas en ciencia y tecnología, mientras que se crearon 14 editoriales religiosas. El hecho de que se crearan casi cinco veces más editoriales religiosas que científicas contribuye a comprender por qué la esfera pública, en las últimas cuatro décadas, se ha modificado en un sentido “desecularizante” y anticientífico”, Iván Molina.

Tercero, las editoriales a que se refiere el cuadro produjeron exclusivamente libros impresos entre 1990 y 2009; a partir de la década de 2010 algunas empezaron a incursionar muy tímidamente en la producción de libro electrónico. Si bien este cambio se acentuó durante el primer año de la pandemia por Covid-19 (2020), el libro impreso siempre predominó. De hecho, algunas editoriales en 2021 redujeron la proporción de libro electrónico alcanzada en 2021 para retornar al nivel de producción de libro impreso anterior a la pandemia.

De acuerdo con la investigación, determinó que en el período 1990-1999, las editoriales especializadas en ciencias sociales representaban un 34%, porcentaje que para el 2010-219 disminuyó de manera considerable. ¿Cómo se explica dicho comportamiento?

一La alta proporción de editoriales dedicadas a las ciencias sociales en la década de 1990 se explica por dos factores, uno general y otro específico. Primero, como secuela de la importancia geoestratégica adquirida por América Central en la década de 1980, cuando se convirtió en uno de los principales escenarios de la Guerra Fría global, debido a los esfuerzos de Estados Unidos por derrotar militarmente a la Revolución sandinista y contener los movimientos revolucionarios en El Salvador y Guatemala. Aunque la región empezó a perder centralidad en la década de 1990, sobre todo luego de la desaparición de la Unión Soviética, hubo interés por las condiciones que habían llevado a la crisis regional y las expectativas que se perfilaban en el futuro inmediato.

El segundo factor, específico del caso costarricense, fue la expansión de los estudios de posgrado y la multiplicación de universidades privadas, que centraron su enseñanza en carreras del área de ciencias sociales, en particular educación y derecho. Se creó así una demanda que incentivó la creación de editoriales especializadas en ciencias sociales, sobre todo en derecho. Como se observa en el cuadro, en la década de 1990 las editoriales especializadas en derecho representaron casi la mitad de todas las editoriales de ciencias sociales establecidas en ese decenio.

La creación de editoriales responde a emprendimientos. Orlando Ramírez Castro es un ejemplo de ello. (Foto José Eduardo Mora一archivo Semanario Universidad)

A medida que en las dos primeras décadas del siglo XXI se profundizó la pérdida de centralidad de América Central en el marco global, la demanda para crear nuevas editoriales de ciencias sociales empezó a disminuir. A esta reducción contribuyeron otros dos factores: por un lado y de modo principal, la creciente saturación del mercado, que es especialmente visible en el caso de las editoriales especializadas en derecho; y por otro, la consolidación de la cultura neoliberal, que prioriza las carreras en las áreas de ciencias básicas e ingenierías, a la vez que demerita las carreras de ciencias sociales.

 En el ámbito de la literatura, esa situación fue de alguna manera a la inversa, es decir, hubo un crecimiento en la creación de editoriales enfocadas en el campo literario. ¿Qué propició, con base en su investigación, tal crecimiento?

一En el período 1990-2021, hubo tres cambios importantes en la industria costarricense. El primero consistió en que, con la generalización del acceso a la computadora y a los programas de diagramación, se abarataron y simplificaron los procesos de preprensa; el segundo fue la introducción de nuevas tecnologías de impresión, que permiten realizar ediciones de bajo tiraje a costos competitivos; y el tercero fue la creación de editoriales privadas que se especializaron en vender el servicio de publicación, tanto a personas como a instituciones, empresas e, incluso, a otras editoriales. De las 353 editoriales privadas creadas en este período, al menos 18 (5,1%) venden el servicio de publicación. En este campo, las dos editoriales líderes son Edinexo y Publicaciones El Atabal.

Como resultado de todo lo anterior, entre finales del siglo XX e inicios del XXI crear una editorial resultó ser una opción crecientemente accesible para pequeños emprendedores. La experiencia extrema de esta creciente accesibilidad se evidencia en el hecho de que, de las 353 editoriales creadas en el período 1990-2021, 70 editoriales (un 19,8%) son de índole personal: existen para publicar exclusiva (o casi exclusivamente) los manuscritos de sus propietarios. El caso más extraordinario de este tipo es la de la Editorial Industrias Marino, creada en 2006 y perteneciente a Marino Ramírez Huertas. Entre dicho año y 2020, Ramírez publicó unos 161 títulos de su autoría.

A inicios del siglo XXI, se produjo una sinergia entre las crecientes facilidades para crear editoriales y cuatro demandas específicas para la publicación de textos literarios. Primero, la demanda proveniente de personas interesadas en publicar en géneros específicos como la poesía o el teatro, por lo que se constituyeron editoriales especializadas en publicar dichos géneros.

Segundo, la demanda procedente de personas fuera del Valle Central, cuyo interés por publicar sus manuscritos llevó a la creación de editoriales regionales, sobre todo en Pérez Zeledón, San Carlos o Liberia. Tercero, la demanda de publicaciones de personas interesadas en publicar obras dirigidas a niños y adolescentes, lo que se manifestó en la creación de editoriales especializadas en literatura infantil. Y cuarto, la demanda de publicación de personas 一en su mayoría jóvenes一 que cultivan géneros literarios no tradicionales, como el terror, la fantasía y la ciencia ficción, entre otros.

En pocas palabras, la expansión de las editoriales especializadas en literatura ha sido una respuesta a la creciente diversificación de quienes escriben para audiencias diferenciadas de lectores, diferenciación que puede tener como base el género literario, la franja etaria a que van dirigidas las obras o el área geográfica.

¿Cómo analiza el aporte tanto en ciencias sociales como en literatura de las editoriales nacionales enfocadas en sus respectivas áreas de estudio?

一Esta es una pregunta compleja, pues el aporte es desigual y diferenciado. En términos generales, se puede indicar que las obras de ciencias sociales publicadas por editoriales privadas tienden a estar por debajo, en términos de calidad, de las que publican las editoriales universitarias públicas. Estas últimas someten a los manuscritos a un proceso de revisión más riguroso y exhaustivo que el que aplican las editoriales privadas. Aun así, hay algunas editoriales privadas que publican excelentes libros académicos, como la Editorial Arlekín, entre otras.

Con respecto a la literatura, más bien se presenta la situación contraria, en el sentido de que algunas de las obras literarias más notables del período 一como lo muestran los catálogos de editoriales como Perro Azul y Lanzallamas, entre otras一 han sido publicadas por las editoriales privadas, no por las editoriales públicas.

También cabe indicar que, en el sector privado, se debe diferenciar entre aquellas editoriales que evalúan los manuscritos que se les someten (aun si se trata de editoriales que venden el servicio de publicación), y aquellas que publican todo lo que se les presenta, siempre y cuando la persona interesada en publicar su manuscrito pague.

La explosión de editoriales en el período estudiado por Molina revela que se dio el surgimiento de aquellas especializadas en producir textos para el turismo. (Foto archivo Semanario Universidad)

¿Qué extrapolaciones y conclusiones puede compartir con los lectores, tras profundizar en su objeto de estudio?

一La primera conclusión es que el mercado cultural costarricense experimenta una diversificación creciente, que se manifiesta en la diferenciación no solo de quienes leen libros nacionales, sino de quienes los producen. Este proceso es lo que ha posibilitado que se dé una especialización creciente de las editoriales, que se observa no solo en los casos ya analizados previamente, sino en la creación de editoriales especializadas en atender el nicho de mercado representado por los millones de turistas que visitan el país cada año.

Como consecuencia de esto, en el cuadro se observa, en el período 2010-2019, una participación decreciente de las editoriales generales, es decir, de las que publican de todo un poco. Aunque los datos del período 2020-2021 son muy limitados y están afectados por los efectos de la pandemia, sugieren que se mantendrá el liderazgo de las editoriales especializadas en literatura.

Conviene también resaltar dos tendencias más. La primera es que, en todo el período de 1990 a 2021, solo se crearon tres editoriales especializadas en ciencia y tecnología, mientras que se crearon 14 editoriales religiosas. El hecho de que se crearan casi cinco veces más editoriales religiosas que científicas contribuye a comprender por qué la esfera pública, en las últimas cuatro décadas, se ha modificado en un sentido “desecularizante” y anticientífico.

La segunda tendencia es que, pese al amplio dominio que las editoriales Santillana y Eduvisión tienen del mercado de libros de texto para la enseñanza primaria y secundaria, ello no ha impedido que se desarrollen nuevos emprendimientos en este campo. Al analizar en detalle los datos correspondientes, se comprueba que algunas de estas editoriales fueron creadas por maestros y profesores 一algunas fueron iniciativas individuales y otras de pequeños grupos de docentes一, que colocan sus obras en nichos de mercado local y regional. El hecho de que en las décadas de 2000 y 2010 casi el 20% de todas las editoriales se especializaran en producir libros de texto es un indicador de cuán rentable se percibe esta actividad.

¿Los resultados que usted presenta son producto de algún proyecto de investigación financiado por la UCR?

一Efectivamente, son resultado del proyecto de investigación “Surgimiento y desarrollo de la actividad editorial en Costa Rica (1918-2019)”, realizado en el Centro de Investigación en Identidad y Cultura Latinoamericanas (CIICLA) y financiado por la Vicerrectoría de Investigación de la Universidad de Costa Rica.

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