Cultura José Luis Nieto, pianista español

“Intento ser ‘omnívoro’ y abarcar todos los estilos musicales”

De gira por el Istmo con la Suite Iberia del catalán Isaac Albéniz, el gaditano José Luis Nieto se presentó en el Aula Magna de la Universidad de Costa Rica.

El español José Luis Nieto (Cádiz, 1977) proviene de la robusta tradición pianística rusa. Pupilo de los célebres músicos Mikhail Voskresensky (Ucrania, 1935) y Víctor Merzhanov (Rusia, 1919-2012) es considerado un referente obligatorio como concertista internacional y una de las figuras más destacadas de la música española dentro y fuera de su país natal.

En conversación con UNIVERSIDAD, la tarde del viernes 12 de octubre en el lobby del Aula Magna del complejo de la Plaza de Autonomía ubicada en la Ciudad de Investigación de la Universidad de Costa Rica, Nieto se refirió con vehemencia a su experiencia formativa como pianista durante los diez años en el Conservatorio Tchaikovsky (o de Moscú), luego de graduarse del Real Conservatorio Superior de Música de Madrid.

Nieto siente a sus mentores casi como padres, ya que la enseñanza de la música es muy individualizada, lo que contribuye a crear una estrecha relación entre profesor y alumno. “Es especialmente estrecha en Rusia con respecto a otros lugares y pienso que es un modo muy acertado de adquirir un nivel alto en el resultado didáctico”, precisó.

Además de considerar la escuela rusa de primera línea, Nieto enfatizó en que el ambiente cultural influye en gran medida en el proceso de aprendizaje, pues diariamente hay una gran cantidad de conciertos de figuras internacionales que “aportan una parte importante a la educación musical de cualquier pupilo porque es un estímulo”.

Ha recibido excelentes críticas por su virtuosismo en el piano, y las cualidades como intérprete le han permitido cosechar contundentes frutos: ha sido invitado a actuar en las más significativas instituciones musicales de Rusia, Estados Unidos, Europa, Oriente y Latinoamérica.

A la vez esta prolífica trayectoria se ve reflejada en las ocho producciones (casi nueve) discográficas grabadas en vivo en distintos conciertos, un libro de su autoría intitulado Receta de estudio y otras excentricidades, o Guía para músicos (más otro que viene en camino) y la invitación en enero del 2018 para formar parte de la Academia de las Artes Escénicas de España.

José Luis Nieto ha producido ocho discos grabados en vivo y publicado un libro en el que comparte una metodología para abordar el estudio musical.

¿Cómo fue la experiencia de formarse con dos célebres músicos rusos como Mikhail Voskresensky y Víctor Merzhanov?

–Estudié primero con Mikhail Voskresensky. En Rusia los pianistas están muy delimitados de acuerdo con su rama genealógica y pedagógica. Voskresensky viene de la rama de Liszt, es la quinta generación de Franz Liszt. Hay un pianismo liszteano muy sólido. Después me doctoré con Víctor Merzhanov, que es otra rama muy diferente. Cuando estaba estudiando ahí hablaba con mi profesor casi todos los días, me llamaba, iba a su casa, a veces dormía en su casa, y en España no sucede así, sería raro. Hicimos muchos viajes juntos. Me marcó porque al final profesor y alumno son uña y carne. En el sistema europeo en la mayoría de conservatorios cada profesor tiene muchísimo alumnos y eso no favorece esa actividad didáctica-pedagógica tan personalizada, por el simple hecho de que no puede dedicarle tanto tiempo a uno solo. Sin embargo, en Rusia, lo lógico es que cada profesor no tenga más de cinco alumnos y si tiene más, tiene sus asistentes.

También es compositor y ha creado música para piano, cámara y sinfónica.

–Es una faceta que he sentido siempre desde que decidí dedicarme a la música, desde pequeño. Yo siempre ando con papel y escribo si se me vienen ideas, y después cuando tengo tiempo veo las ideas que he tenido a lo largo de la semana y desarrollo algunas. En este momento estoy dedicado más a la ejecución pianística, pero mi intención es que quizá cuando tenga 60 años, me dedicaré de lleno a la composición y dejaré el piano. Mi obra está en mi página web, y también se puede oír en mi canal de YouTube.

¿Cómo fue la experiencia de escribir la música para The Kid de Charles Chaplin, por ejemplo?

–Fue iniciativa de un productor ruso que tuvo la gran idea de hacer un festival de cine con todas las películas de Chaplin y proyectarlas con un concierto en vivo. Al igual que a otros músicos me dijo que seleccionara de acuerdo a las imágenes un fragmento de música de Shostakovich y Tchaikovsky, otro de Mozart. Cuando empecé a hacer este trabajo y me metí de cabeza en la película, era tan expresiva, pasaban tantas cosas, que más o menos por el carácter estaba seleccionando la música pero no me convencía porque había momentos en que uno golpeaba al otro y yo quería que ese golpe de forma sincrónica se escuchara, incluso los pasos tan característicos de Chaplin, yo quería que se oyeran igual y si se paraba ahí paraba la música. Entonces decidí que al menos varias escenas las debía componer, y me apasionó tanto el trabajo que escribí la música para toda la película. Sin embargo, a pesar de que toqué bastante ese programa porque pensaba que como me lo habían encargado era libre de derechos, la sociedad heredera de Chaplin en París me llamó diciendo que iba a poner el pleito si seguía tocando esa música porque la proyección de la película en sí era libre de derechos, pero parece que estaban obligados a reproducirla solo y exclusivamente con la música que Chaplin había acordado, y ahí es donde ellos cobraban derechos. Tuve que anular una gira tremenda y en algunos conciertos toqué simplemente la música sin la película, que no tenía sentido. Como dicen en Italia: se me cayeron los brazos.

Ha producido discos y los ha grabado en vivo.

–He editado ocho discos y ahora voy por el noveno. Tengo un concierto el 15 de noviembre con la Filarmónica de Hamburgo y lo vamos a grabar. A mí me gusta mucho grabar en vivo por varias razones: en primer lugar, porque un artista cuando se enfrenta a un público lo hace de diferente modo que cuando se enfrenta a una habitación pequeña y a un micrófono. El espíritu es otro. Pero aparte de eso, yo me he llevado muchas desilusiones cuando he comprado discos de artistas a los que admiro, que me han gustado mucho los discos y después cuando he ido al concierto no correspondía al disco. Hoy día los grandes avances que nos ofrece la tecnología nos permite a los músicos tocar, y si un trocito no ha salido bien lo cortamos, volvemos a repetir y lo pegamos ahí. Grandes pianistas pueden tener un disco con 70 u 80 cortes y a mí me parece una producción muy artificial y poco honesta. Es cierto que grabar en vivo y editar es muy difícil porque cualquier persona puede tener cualquier error en cualquier momento y en el disco tiene que estar perfecto porque, al final, la crítica es atroz y no tiene ninguna contemplación. Como a mí me gustan los desafíos, prefiero sentirme conmigo mismo bien. Solamente grabo cuando hay un piano de gran cola y un buen ingeniero de sonido.

La Suite Iberia es una obra que expresa el carácter de las sociedad española de principios del siglo XX. ¿Por qué la eligió?

–Independientemente de que yo sea español, me siento muy identificado con el lenguaje de Albéniz que pertenece a su periodo de madurez, como la Suite Iberia. Cuando me preguntan muchos productores cuáles son mis condiciones a la hora de contratarme para un concierto yo lo único que digo es que me dejen tocar lo que yo quiero, porque es cuando lo hago mejor. No me gusta tampoco que me identifiquen con ningún compositor en particular, porque me parece que un músico especializándose en un compositor se está empobreciendo. A mi modesto entender lo que verdaderamente nos enriquece es abarcar todos los estilos y en ese sentido intento ser “omnívoro”. Concretamente con Albéniz, en nuestra historia de la música en España marca un antes y un después. Antes de Albéniz no existía una escuela pianística española que supuso para él en su vida una proyección de su carrera, pero a largo plazo se convirtió en el legado del patrimonio pianístico musical español que mejor nos representa. Y aprovechando que es una música con la que me siento muy cómodo, a mí me gusta proponerla sobre todo cuando voy fuera de España, porque no es lo mismo cuando voy a Rusia y toco Tchaikovsky que cuando toco Manuel de Falla o Albéniz, lo escuchan con mayor interés. Por otra parte, la obra de Albéniz es un homenaje a la cultura española y a mí me gusta de manera especial por el momento presente que estamos viviendo en España con Cataluña, y aquí me voy a mojar (se ríe), porque en Cataluña, en realidad lo que está ocurriendo –decía mi abuelo– es que: “cinco gritando hacen más ruido que mil callados”. Albéniz era catalán y tenía el énfasis y casi la obsesión de enaltecer nuestra cultura a través de su trabajo. Era un gigante catalán de nuestra cultura y ciertos dirigentes políticos últimamente para presumir de Cataluña, que me parece muy bien porque uno tiene que presumir de lo que se siente orgulloso, han insinuado que Cristóbal Colón era catalán o que Santa Teresa de Jesús era catalana, y yo desde aquí aprovecho esta entrevista por si alguno me ve y me oye, pues les invito a presumir de grandes catalanes como Albéniz sin necesidad de hacer el ridículo.

Ha escrito libros como Receta de estudio y otras excentricidades, o Guía para músicos. Aunque ha dicho que no se dedica a la pedagogía, ¿en este libro comparte un método de aprendizaje?

–Solo he escrito dos libros, este y otro que sale a la luz quizá el mes que viene. Este está enfocado en metodología de estudios para músicos, por una razón que me estimuló a escribir y plasmar sobre el papel una serie de conclusiones y sugerencias: en nuestro sistema académico y formativo de los músicos, formamos a los pupilos de una forma muy concreta, enseñándoles cómo tienen que tocar a cada uno de los compositores como Bach, Mozart, Beethoven; pero en general no hay una disciplina que contemple una metodología genérica, la cual nos sirva de pauta para conseguir el mejor resultado en el menor tiempo. De forma análoga me dirijo al lector ajeno a nuestro gremio, por ejemplo, a un actor que deba memorizar un guion de cine le explico las técnicas de memorización que yo sé, pues seguramente hay muchas más que no conozco, se trata de estimular a investigar en ese sentido. El otro libro es el abordaje de un problema que está vigente en el mundo profesional de los músicos, que es que una gran mayoría no lo hace porque quiera ganar dinero –porque a priori se dedica por vocación–; lo hace un gran porcentaje porque sueña con hacer carrera y hacer su trabajo en la escena. Sin embargo, cuando concluyen su formación académica se encuentran con el diploma en mano y no saben cómo hacer carrera, y la triste realidad es la siguiente: ¿qué opciones tengo? La docencia. Las personas con este perfil en cierto sentido frustran su sueño que al final se les transmite a los alumnos y es un círculo vicioso que hay que erradicar. Al respecto no encontré nada en los seis idiomas más hablados en el planeta, no hay ninguna publicación sobre el tema, y así entendí que tenía la responsabilidad de ser pionero en este tema.

Uno de los elementos que usted plantea en esta metodología es la memorización de la partitura para luego apropiarse de ella para interpretarla.

–La mayoría de conclusiones de este libro he llegado a ellas de forma natural. Lo he escrito en un momento en que ya no soy tanto alumno sino que estoy de lleno en mi carrera y donde necesito llegar a conclusiones para superarme. Concretamente con la memoria, he de decir que en un pianista solista están concentradas todas las dificultades, y en ciertas obras el virtuosismo adquiere un carácter casi acrobático y verdaderamente difícil e incluso visualmente puede ser espectacular en algunas obras. Puede parecer contradictorio pero si nosotros asumimos de lleno hasta el más pequeño detalle de la partitura y la memorizamos, de una forma práctica, la atención visual la tenemos libre para centrarnos en lo que están haciendo las manos. Si tú sabes la partitura mejor que, incluso, el propio compositor, tienes el resto de tus sentidos para centrarlos sobre la misma interpretación.


Iberia en el Aula Magna

La visita del pianista José Luis Nieto es una iniciativa de la Obra Cultural de Funiber, y forma parte de una gira que realiza por Guatemala, El Salvador, Honduras y Panamá. En nuestro país impartió una Clase Magistral en el Conservatorio de Música de la Sede de Occidente de la UCR.

El concierto del viernes 12 de octubre en el Aula Magna fue auspiciado por la Embajada de España en Costa Rica, el Conservatorio de Música de la Sede Occidente de la UCR, la UCR y Canal 15, que grabó el concierto y una entrevista para ser transmitidos en un programa especial.


 

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