Giselle Chang Vargas, reconocida investigadora de patrimonio cultural, recibió de forma compartida el Premio Nacional de Investigación Cultural Luis Ferrero Acosta de los Premios Nacionales de Cultura otorgado por el Ministerio de Cultura y Juventud (MCJ), el pasado 6 de febrero.
El Premio Nacional de Investigación Cultural Luis Ferrero Acosta también se le adjudicó a la reconocida antropóloga e investigadora de Patrimonio Cultural de la Universidad de Costa Rica (UCR) Giselle Chang Vargas. Este galardón lo otorgó el Ministerio de Cultura y Juventud como parte de los Premios Nacionales de Cultura, entregados el pasado 6 de enero.
Chang recibió el premio por su obra Etnoturismo y patrimonio cultural. Interacciones, transformaciones y resignificaciones bruncas (1975-2014). A partir del cual, con base en un extenso trabajo de campo, construyó un cuadro de sintetización del cambio de los objetos identitarios, la sintaxis (orden de la palabra), los cambios identitarios y el sentido identitario que pasó a la comercialización, la pragmática y la apropiación cultural de los objetos indígenas.
La antropóloga se interesó por indagar la relación entre el turismo y el patrimonio cultural y los cambios que se dan en el seno de una comunidad indígena frente a esta actividad comercial. “Me enfoqué en el pueblo brunca, que habitan en dos territorios indígenas: el de Boruca y el del territorio indígena Curré, en el cantón de Buenos Aires, al sur del país”, dijo.
También, estudió el cambio identitario y la comercialización que experimentan las artesanías de este pueblo indígena con el ingreso del turismo. Ante esto, indicó: “son tres las artesanías principales que analizo en este trabajo: las máscaras, las jícaras y el tejido (…) Hay razones internas y externas para un cambio y el turismo es una razón importante, porque ha generado históricamente más influencia que ninguna otra actividad en el mundo, es la actividad que genera más movimientos de población de un lado a otro”.
Sobre el galardón se mostró sorprendida y, a la vez, agradecida no solo con el jurado, sino con las familias participantes en la investigación a lo largo de los años.
“Para mí fue una sorpresa, me di cuenta dos horas después del anuncio y que amigos y amigas me llamaron. Fue una emoción muy grande”, manifestó.
“Por otro lado, sentí una gran alegría al ver los otros premios, como el caso del sociólogo de la Universidad Nacional, Emilio Vargas, que abarcó un tema importante sobre poblaciones indígenas, así como la mención de honor sobre un diccionario. Me alegró montones”, agregó la investigadora.
“Me han llamado de otros países a decirme que: afortunadamente, aquí, aunque el Gobierno tenga unas políticas que no sean siempre respetuosas de los derechos de la cultura y el patrimonio de los pueblos originarios, los jurados pueden tener una independencia para nombrar sobre temas de este tipo, lo indígena, el patrimonio cultural, que son temas que no son de interés ni en políticas culturales ni como prioridad universitaria”, añadió.
Chang reconoció que las condiciones que indaga desde 1975 persisten a la fecha, en torno a los cambios del valor identitario y de la comercialización de objetos indígenas a partir de la actividad del turismo.
Dentro del premio también se le otorgó la Mención de Honor al Diccionario Malecu-Español / Español-Malecu, de Adolfo Constenla Umaña, Carlos Sánchez Avendaño y Raquel Fonseca Marín.