Cultura Inauguración en la Plaza de la Democracia

FIA inyecta el aire de imágenes, sonidos y poesía

La inauguración del FIA 2017 en la Plaza de la Democracia sedujo a miles de amantes del arte y la cultura

El aire nocturno del jueves 29 de junio se cargó de música e imágenes escénicas venidas de Argentina y Bélgica, en el marco de la inauguración del Festival Internacional de las Artes 2017 celebrada en la Plaza de la Democracia.

Miles de seguidores se congregaron en el emblemático espacio del corazón josefino, para sentir la música del argentino Gustavo Santaolalla, quien a partir de las 6 de la noche y durante una hora ofreció un concierto con la Orquesta Sinfónica Juvenil de Costa Rica, bajo la dirección de su coterránea Andrea Merenzon.

Foto: Lucía Molina

El maestro Santaolalla ha sido merecedor de decenas de  premios como los Oscar y Grammy, entre otros, y ha creado obras musicales para cine y video juegos, así como producciones discográficas propias y de otros músicos internacionales a quienes apadrina.

El silencio y la atención del público dio fe del gusto, respeto y admiración por el legendario compositor, quien con su ronroco y absolutamente concentrado, interpretó tres de sus delicadas piezas.

Agradecido, Santaolalla terminó su participación en el programa inaugural del FIA 2017, tocando con la guitarra algunas composiciones del folclor guanacasteco y dirigiendo a la orquesta con una cinta de la bandera tica alrededor de su cuello.

Seguidamente al concierto, la compañía argentina de tango Mora Godoy mostró a sus avezadas directora y  parejas de bailarines en un espectáculo menos arrabalero y más comercial, en el que los trajes de luces y el intercambio gestual con el público demeritaron la intensidad de una expresión dancística caracterizada por una verdadera sensualidad y contención.

Como parte de la espectacularidad de la propuesta, Godoy le pidió al presidente de la República, Luis Guillermo Solís, que se subiera al escenario para ser su pareja de baile, momento que el mandatario aprovechó para dar cuenta de sus habilidades de bailarín y buen ritmo.

Por último, la noche cerró con las imágenes poéticas de la obra “Pedaleando hacia el cielo” del Theatre TOL de Bélgica.

Acompañado de arias y canciones populares interpretadas por dos cantantes líricos, el grupo se montó en cuatro bicicletas, que sostenidas por un carrusel cubierto de telas en las que se proyectaban imágenes de San José, escalaron hacia el cielo movidos por una gigantesca grúa.

Sin prisa y al ritmo de la música, los artistas fueron ángeles vestidos de blanco y rojo, que de tanto en tanto lanzaban globos, papelitos, brillantinas y plumas que se dispersaron en el aire, creando una atmósfera fantástica de ensueño, que obligó al público a contener la respiración y aplaudir maravillado la poesía expresada en un inusual escenario ubicado entre el cielo y la tierra.

Foto: Lucía Molina

Suscríbase al boletín

Ir al contenido