Pía Chavarría trabaja pequeños formatos, su inquietud se centra en la expresión inquietante del cuerpo humano. Aimee Joaristi más bien gusta de lienzos grandes y su exploración tiene que ver con la composición cromática. Nadia Mendoza ofrece trazos ordenados, casi geométricos, que de repente se someten a un elemento disruptor.
Son las tres artistas locales que participan en la muestra “Inferno Tropical”, organizada de manera virtual por el Museo de Arte y Diseño Contemporáneo (MADC) en el contexto de la conmemoración del Día Internacional de la Mujer y a instancias del colectivo londinense Vortic.
El título honra la pieza central de la exposición, una pintura de la genial artista brasileña Maya Weishof. La exhibición incluye trabajos de la venezolana Emilia Azcárate y la panameña Momo Magallón. La selección de pinturas busca ofrecer “un paisaje fresco en Latinoamérica”, según el comunicado oficial.
La muestra se enmarca en la iniciativa denominada “Voces femeninas de América Latina”, de la mencionada plataforma británica y estará en línea (https://vortic.art/exhibitions/2037) hasta el 1 de mayo.
Paz Monge, directora del MADC, mediante un comunicado expresó que la selección de las 21 obras “se dio de una manera muy orgánica, y sentimos que era muy oportuno hacer una exhibición sobre pintura contemporánea; además, una exposición de pintura latinoamericana por artistas mujeres es necesaria en el contexto actual”. El equipo curador lo integran también Daniel Soto y José Picado.
La funcionaria informó además que este año el Museo adopta “una estrategia virtual de programación más fuerte y agresiva”, que amplía “necesariamente nuestro contenido a un público internacional”.
Pintura y catarsis
La alajuelense Pía Chavarría participa de la muestra con tres pinturas de pequeño formato. Según explicó, su participación en la muestra se debe a que Monge “me invitó personalmente”, luego de que hace alrededor de un año y medio trabajaran juntas en una exposición “en un espacio pequeñito en Nueva York que se llama La Salita, dedicado al arte latinoamericano”.
“Me interesa la figura humana, el cuerpo humano, la constante pregunta de cómo se representa o cómo nos representamos nosotros mismos”, dijo al analizar su obra.
Ello a su vez parte de la reflexión respecto de “lo que es tener un cuerpo y ser un cuerpo”, en la cual “la duda es muy importante, por eso a la hora de representarlos nunca son retratos claros de estos sujetos, no es algo que uno pueda reconocer, no son caras ni cuerpos reconocibles”.
De esa manera “siempre está presente esa duda y ambigüedad, esa pequeña abstracción que intento hacer es parte de la duda de no saber qué están haciendo esos personajes, quiénes son, de dónde vienen, que es lo que comparten entre ellos y con su entorno”.
Por su parte, Aimee Joaristi, quien se aboca sin ningún pudor a formas más abstractas, reconoció que “mi pintura siempre tiene ese punto muy impulsivo, yo trabajo a pura emoción”.
Relató: “pongo un pedazo de lienzo, siempre son muy grandes, y cuando ya me embarco a pintar no sé ni lo que va a salir, no los planeo, mi pintura responde a mis emociones; de lo contrario, no funciona”.
Puntualizó entonces que el acto de pintar es “totalmente catártico, por lo menos para mí”.
Sobre la muestra, reconoció que no se enteró del título hasta que ya fue público. “Fue una lectura me imagino que de los curadores del MADC o Paz Monge, que tiene una visión muy clara, ella lee y siento que trató de buscar a pintoras con un mensaje potente y hasta duro”.
Tras destacar la carga emotiva en los trabajos de todas las artistas escogidas, notó que la pintura de Weishof que da nombre a la muestra “de lejos parece flores, pero de cerca ves que son caras. Muy interesante”.
Destacó entonces que la muestra “conceptualmente unió este tipo de fuerzas de expresión bajo ese nombre”. Por ello, al conocer el título “me interesó mucho entender por qué me habían metido bajo ese perfil”, y al leer el postulado conceptual al ingresar a la exposición virtual, “pensé que claro que calzamos”.