Una historia que representa la amenaza en que viven hoy cientos de especies animales es la propuesta teatral que presenta desde el 15 de julio el Teatro La Maga, con la presentación de la obra Violín de Lata, ganadora del concurso Producciones Concertadas de la Compañía Nacional de Teatro en la categoría infantil.
Esta obra cuenta la historia del Grillo Cantor y su violín de lata, y cómo con notas musicales este personaje intenta guiar el camino de un burrito y sus amigos, mientras ellos andan en busca de un lugar limpio donde asentarse y poder alejarse de la contaminación que ha invadido su antiguo hogar.
Esta historia proviene de un libro infantil que lleva el mismo nombre, escrito por la actriz María Bonilla en los años 80. Tiempo después Bonilla creó una obra en la que busca una interacción con el público para construir un final.
Este texto es el resultado de una preocupación por proteger los recursos naturales que se hizo más fuerte en Bonilla cuando tuvo a su hijo, y que quiso compartir con la directora y actriz del elenco de este nuevo espectáculo, Silvia Arce.
Para Arce Violín de Lata es un texto necesario, y también la identifica con el momento en que tuvo a su primera hija. Este acontecimiento la llevó a reflexionar sobre lo que puede ocurrir con los recursos naturales para las futuras generaciones, por eso entendió la importancia de crear conciencia sobre este tema en los más pequeños.
En este espectáculo, Silvia no solo dirige sino que también da vida a uno de los personajes, tareas que le resultan complejas, más no desconocidas, pues desde su Teatro La Maga ha realizado otras producciones con esta doble función.
“A la hora de dirigir y actuar sí se necesita un ojo externo para que esté dando retroalimentación de lo que estás haciendo y es un reto interesante. En las escenas donde actúo, Julio Barquero, otro actor del elenco, me ha ayudado como guía para montarlas y me ha dado acotaciones”, comentó Arce.
Abordar temas recurrentes
Cuando se habla de la contaminación, del cuido del medio ambiente y de proteger los recursos naturales, existe una cantidad de información, que muchas veces podría derivarse en cientos de análisis. Sin embargo, este también es otro reto para los del elenco de Violín de Lata.
Silvia cuenta que en el proceso creativo de este montaje se trató de buscar otras perspectivas y de darle importancia a la sana convivencia.
“Es un tema que se considera trillado, pero bueno, trillado sería entonces hablar de derechos humanos, de la guerra, de la paz, de muchos temas. En realidad el término trillado provoca que esos temas no obtengan, en muchas ocasiones, la atención que merecen”, aportó Arce.
El mundo tiene graves problemas ambientales pero la metáfora de esta obra es no agotar la voluntad para que cada charco en el que se vive, genere siempre vida alrededor.
En esta propuesta otro desafío ha sido atraer la mirada del público, invitándolos a jugar en la historia, a modificar lo que sucederá con el destino de estos personajes.
“Nosotros como personajes no tenemos la solución del problema pero en cada función el público nos ayudará a encontrar un desenlace”, reflexionó Silvia respect del trabajo en equipo, que también cree necesario para mantener un equilibrio en el planeta, fuera de las tablas.
Otro de los detalles importantes de la obra es la interpretación en vivo de un ensamble musical, con canciones hechas exclusivamente para la puesta.
El músico Emanuel Fallas Morales, integrante del ensamble, trabajó en la composición de la música de las canciones y poemas que tiene el texto original. Morales toca acompañado de tres multiinstrumentistas, quienes también son sus hermanas.
Este ensamble, conformado por chelo, guitarras y flauta, es otro personaje del entorno y acompaña cada una de las aventuras que viven los animales del bosque.
También, la voz de la actriz y cantante Natalia Regidor, quien interpreta al grillo, complementa esa magia que caracteriza esta puesta en escena.
Paralelo al trabajo con los actores y la música en vivo, en el espectáculo también se utilizan títeres para recrear a los animales del bosque. La idea es no esconder a los actores que manipulan en cada escena su títere, sino romper con esa convención presentándole al público al actor y al que manipula los muñecos.
“Los niños agradecen esta sinceridad, comprenden este lenguaje honesto y conocen al artista”, especificó Arce.
En entrevista para Teatro la Maga, la escritora y actriz María Bonilla también comentó que a la hora de trabajar con un público infantil no se debe pensar como espectadores a los que hay que darles todas las pistas porque no entienden. Para Bonilla la forma correcta es dejarlos que piensen y que hagan sus propias conclusiones.
El trabajo con esta puesta busca ante todo la sinceridad y cercanía con la familia, al mismo tiempo quiere generar el compartir, ya que este es un núcleo fundamental en la vida de toda persona que además ayuda a fortalecer valores como el respeto, a propósito de la conservación de los recursos naturales.
Las funciones continúan hasta el 6 de agosto en el Teatro 1887, Cenac. Puede hacer sus reservas al 8835-8372. Las entradas tienen un costo de ¢5.000 para el público general y ¢2.500 para los niños y adultos mayores.
