Cultura

Ernesto Cardenal, hijo y padre de las estrellas

El 20 de enero, en una única función, se estrenó en la sala Magaly el documental Ernesto en la tierra, de Manuel Bonilla, el cual hace un recorrido más sentido que exhaustivo por la vida y obra de uno de los más grandes escritores nicaragüenses, el poeta sacerdote revolucionario Ernesto Cardenal.

En 2017, como un proyecto personal, Manuel Bonilla, estudiante de cine de la Universidad Veritas, reunió a algunos compañeros y decidieron ir a Nicaragua para entrevistar a Ernesto Cardenal con la idea de hacer un corto gracias a que habían obtenido la anuencia del poeta a conversar con ellos.

Con su cotona y su boina rememoran ocho décadas.

Las vicisitudes fueron muchas, como era de esperar en una aventura de ese tipo; sin presupuesto, pero con entusiasmo y con un estímulo constante de posibilidades artísticas que se abrían ante sus ojos cada vez que se acercaban más a la vida del poeta.

Manuel Bonilla, nacido en Nicaragua, pero cuya familia migró a Costa Rica cuando él tenía 11 años, era el que conocía más sobre el personaje que se volvía legendario en la memoria nicaragüense: había revolucionado la poesía nicaragüense, fundó una comunidad contemplativa en unas islas del Gran lago de Nicaragua, era miembro de la Teología de la Liberación, fue ministro de Cultura del gobierno revolucionario sandinista, y fue varias veces sugerido como posible premio Nobel de Literatura.

De temperamento fuerte, Ernesto Cardenal fue siempre un hombre de profundas convicciones. De joven, junto a poetas como José Coronel Urtecho, Ernesto Mejía Sánchez y Carlos Martínez Rivas, entre otros, causó una profunda transformación en la poesía nicaragüense.

Bonilla convenció a sus compañeros de viajar a Nicaragua, donde durante dos semanas grabaron entrevistas y materiales de archivo.

A su regreso, sabían que tenían entre manos un material muy valioso, pero era mucho y había que ordenarlo y editarlo.

La pasión según Ernesto

Con 85 años, unos papeles en la mano, sentado en una silla mecedora, con su lucidez y memoria implacables narra con detalle acontecimientos de hace ocho décadas.

La pasión de Ernesto Cardenal por la poesía se remonta a su niñez. Luego, en la adolescencia se mezcla con su otra gran pasión: el amor. Era entonces un muchacho fascinado por la belleza de las mujeres. Más adelante su lucha contra la injusticia social y su vocación religiosa.

Una de las partes más emotivas del documental es la recuperación de grabaciones de archivo en que habla su madre y recuerda momentos de su juventud y su interés por la poesía y por las mujeres bellas.

De temperamento fuerte, Ernesto Cardenal fue siempre un hombre de profundas convicciones. De joven, junto a poetas como José Coronel Urtecho, Ernesto Mejía Sánchez y Carlos Martínez Rivas, entre otros, causó una profunda transformación en la poesía nicaragüense.

Con la escritora Gioconda Belli.

Viajó a México para estudiar Filosofía y Letras en la UNAM. Luego se fue a Nueva York y de ahí a Europa, ávido de conocimiento. Regresó a Nicaragua impactado por las vanguardias y con especial interés por poetas estadounidenses que pronto empezó a traducir para darlos a conocer a escritores más jóvenes.

Su poesía toma tres vertientes: la amorosa, la cotidiana y social, y una incipiente que es la mística. En las tres está la intensa pasión por la vida que, más adelante, definiría su vocación religiosa y revolucionaria.

En 1957 entró en el monasterio trapense Gethsemani en Kentucky, Estados Unidos, donde su guía era el escritor y sacerdote Thomas Merton. Dos años después y tras la muerte de Merton en un accidente, Cardenal abandonó el monasterio, pero decidió estudiar teología en México y se ordenó sacerdote en 1965, tras estudiar en Colombia.

En 1966 siguió una sugerencia que le había hecho Merton y quiso fundar una comunidad contemplativa. Buscó entonces un lugar de retiro en Nicaragua.

Junto a los realizadores del documental en 2017.

Solentiname

En el documental cuenta que le sugirieron el pequeño archipiélago de Solentiname, en el lago Cocibolca. Ahí se instaló para vivir con la comunidad campesina.

Esperanza Guevara, habitante de ese lugar, recuerda cuando el sacerdote llegó y cómo los sorprendió con su forma de predicar: se sentaba entre ellos y leían el evangelio y lo comentaban entre todos. No había llegado para hacerlos sentir culpables por sus pecados, sino para guiarlos en su liberación. Era un guía espiritual, pero también les hablaba sobre las condiciones sociales en que vivían.

Además, trabajaba ahí con ellos; creó una escuela de arte y los ayudaba a vender sus artesanías a los turistas en San Carlos.

Así llegó luego la poeta costarricense Mayra Jiménez, quien se sumó a darles talleres de poesía y literatura. La cosecha fue abundante: muchos poetas y el arte primitivista de Solentiname se hicieron famosos internacionalmente.

La lamentable reprimenda de Wojtyla a Cardenal.

Poeta revolucionario

Amigo personal del poeta, el escritor premio Cervantes, Sergio Ramírez habla del significado de la figura de Cardenal para el pueblo nicaragüense y la forma en que este se lo ha apropiado.

Recuerda cómo Cardenal fue un ícono para su generación en los años 60 y cómo lo marcó particularmente el poema “Hora 0”.

En todos sus aspectos, Cardenal fue un hombre íntegro y consecuente.

El hilo conductor del documental posiblemente es la entrevista con la poeta Luz Marina Acosta, su asistente por 40 años, quien habla de esa relación especial con el amor que él dirige hacia la poesía, a las mujeres, a la justicia social y a Dios.

Gran conocedora de la vida y la obra del personaje, lo recuerda como un trabajador incansable, cuya extensa creación literaria en poesía y en prosa es un legado para descubrir por muchos para quienes, sin embargo, ya es legendario.

La escritora Gioconda Belli, quien aparece acompañando al poeta en actividades internacionales y recitales, también se refiere a él como la esencia de la poesía. Lo recuerda en su actitud y su fortaleza.

Otra escena impresionante es cuando Ernesto Cardenal da misa a los guerrilleros en la montaña, les explica el evangelio y comparten el vino, el pan y los anhelos de justicia y libertad.

Desde luego, se tenía que recordar aquel momento de triste memoria cuando el papa Juan Pablo II (Karol Wojtyla) lo reprendió públicamente por participar en el gobierno revolucionario nicaragüense en 1983, y unos meses después le prohibiría dar misa y la comunión.

Mientras lee el evangelio a los guerrilleros en la montaña.

Fue hasta 2019 cuando el actual papa Francisco (Jorge Mario Bergoglio) le levantó el castigo.

Ernesto Cardenal se convirtió en un referente de la Teología de la Liberación, que había tomado mucha fuerza y que Wojtyla persiguió y condenó. Era una teología de la Revolución, explica en el documental, ellos (los fundadores) quisieron llamarla de la Liberación para que no fuera una palabra tan fuerte.

Pero la revolución que Cardenal había apoyado y por la que había luchado con tanto fervor se vería traicionada por la ambición humana y el poder.

Luz Marina Acosta, su asistente por más de 40 años.

Desencantado se apartó de los líderes que habían traicionado el sandinismo revolucionario y escribió sus memorias en donde cuenta la forma en que aquel sueño revolucionario se había perdido. Más adelante dio su apoyo a un movimiento político que buscaba recuperar los principios sandinistas, y eso le valió la cólera de sus excompañeros. Al llegar al poder, Daniel Ortega identifica en Cardenal a un enemigo peligroso, y empieza una persecución y hostigamiento.

Uno de sus últimos poemas, “Con la puerta cerrada”, busca resumir un poco todas esas inquietudes que bullían en su cabeza en sus últimos meses, está lleno de sentencias, de plegarias, de reflexiones.

Editorial Trotta publicó en 2020 su Poesía Completa en un extenso volumen.

Ernesto Cardenal falleció el 1 de marzo de 2020 en Managua.

Manuel Bonilla, después de cinco años, pudo finalmente estrenar su documental Ernesto en la tierra, el 20 de enero coincidiendo con el natalicio del poeta. A manera de coda, el realizador expone imágenes sobre las condiciones políticas que ha vivido Nicaragua recientemente.

Ernesto Cardenal es una figura legendaria, por sus convicciones, sus acciones, su amor humano y divino, su lucha por su pueblo y por todos los pobres del mundo, y por su poesía polvo de las estrellas.

Sergio Ramírez dice que fue un ícono para su generación. (Foto: Archivo)

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