Cultura Proyecto nace en Escuela de Ingeniería Eléctrica de la UCR

ElectrizArte mezcla arte, ciencia y tecnología

El arte y la tecnología no se contradicen, se complementan.

Aunque durante muchos años el arte y la tecnología fueron vistos como polos opuestos que no podían atraerse, en la actualidad su capacidad de complementarse ha provocado resultados llenos de innovación para ambos sectores. Al tiempo que genera un potencial que abre nuevos nichos de trabajo.

Gracias a la inquietud y a la búsqueda en este tipo de procesos, un grupo de estudiantes se ha dado a la tarea, desde el 2010, de mantener vivo el proyecto ElectrizArte, el cual promueve la mezcla de ingeniería y arte.

El fundador y cabeza creadora de esta iniciativa es Lochi Yu, profesor en la Escuela de Ingeniería de la Universidad de Costa Rica (UCR) y especialista en programación y computación; junto con Teodoro Willink, actual coordinador del proyecto ElectrizArte y profesor de electrónica y comunicaciones inalámbricas de la misma escuela.

La idea de este espacio surgió tras dos observaciones que sus fundadores realizaron en la escuela. La primera señalaba que la comunidad no tenía una percepción real de la ingeniería y querían buscar un método para acercarse y aclararla; la otra observación demostró que muchos estudiantes de la carrera tenían un talento artístico, algunos dibujaban, hacían música o habían participado en teatro; por lo que trataron de unir conocimientos y mezclarlos.

Sus creaciones van desde la construcción completa de algún instrumento, la distorsión de sonidos a partir de acordes de guitarra, y hasta la creación de proyecciones que siguen la melodía de una canción.

De la ingeniería utilizan procesos de diseño, emplean procesos matemáticos y de programación. En ocasiones trabajan con conceptos que no se estudian en ningún otro curso.

Aunque ninguno de los profesores cuenta con formación en carreras de arte, en el proyecto normalmente utilizan música popular o material relacionado con el arte popular y constantemente generan vínculos con grupos artísticos.

“Usamos esta idea para potenciar el arte a través de la ingeniería, ya que pensamos que la ingeniería tiene algo que aportar, no es que estemos incursionando en algo nuevo pero es interesante. Por otro lado, usamos el arte como vehículo para mostrar lo que puede hacer la ingeniería, porque algunas personas no tienen una concepción clara de la ingeniería”, comentó  Teodoro Willink.

En este grupo extracurricular los estudiantes plantean una idea que van desarrollando a lo largo de tres o cuatro meses, dependiendo de la carga académica. Muchos inician sin alguna idea concreta pero se les va guiando paso a paso y en el proceso buscan aprender algo más allá de lo que ven en los cursos de la carrera.

El proyecto cuenta con apoyo para a la compra de materiales y las giras a colegios rurales, cuyo objetivo es que los estudiantes conozcan opciones dentro del ambiente universitario.

Willink asegura que no están inscritos dentro de la formalidad de un curso ya que no existe un programa con contenidos específicos. Esto ha permitido extenderse a otras carreras y contar con la colaboración de estudiantes de psicología, computación, ingeniería química e ingeniería industrial.

Esta mezcla ha detonado un interés particular, no solo en los estudiantes, sino también en las autoridades académicas.

Para Willink el apoyo por parte de la Universidad y las experiencias de los estudiantes son parte importante de los logros. “Ha sido placenteramente sorpresivo, por ejemplo, a las autoridades universitarias les ha gustado, yo no pensé que les fuera a gustar tanto. Se nos acercan y nos dicen cosas muy positivas”, dijo.

“Con los estudiantes es maravilloso, tienen una familia ahí, están súper unidos y hacen bastantes cosas juntos. Aprenden en la parte técnica y cuando vamos de gira descubren el país”, añadió.

 Pero no solo los buenos comentarios acompañan a este inquieto proyecto, pues la Vicerrectoría de Acción Social, a través del programa de Extensión Cultural y la Vicerrectoría de Docencia, le otorgan un presupuesto que se invierte en la compra de materiales y en el mantenimiento de sus instrumentos.

Willink comenta que otro apoyo importante es una donación de la Fundación CRUSA (Costa Rica- Estados Unidos), con la que se financian principalmente las giras.

Variedad artística

Los integrantes de Electrizarte han sido catalogados como un grupo de música, sin embargo lo que buscan en sus procesos y sus presentaciones es la multidisciplinariedad. No tienen interés de formar una banda de música y por eso también integran el teatro y la danza en sus presentaciones.

También investigan la elaboración de trajes que responden al movimiento y que no son necesariamente musicales. Han construido cubos enfocados en el trabajo de luz y además en la parte plástica.

Gracias a esta amplia gama de propuestas, participan en diferentes eventos, tanto en auditorios como al aire libre. “Tratamos de escoger el repertorio con respecto al público o a la actividad a la que vamos a presentarnos”, comentó Willink.

Las presentaciones arrancan con una introducción atractiva puede ser una canción o una muestra de algún instrumento que han trabajado, después hacen una explicación sobre el objetivo del proyecto.

Dentro del espectáculo también se motiva a los estudiantes a interactuar con los espectadores. Cuando ya el ambiente los tiene cautivados se invita a personas del público para que entren a ejecutar algún instrumento.

Las presentaciones no tienen nada que ver con un concierto, apreciar un espectáculo de ElectrizArte es un diálogo con el público, una invitación a sumergirse en esa mezcla de sonidos, audiovisuales y todo tipo de dispositivos que provoquen una visión distinta y novedosa.

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