Cultura Entrevista a Sylvie Durán, ministra de Cultura y Juventud

“El sector (cultura) no se había planteado en vulnerabilidad y en este momento lo está”

Con un monto que asciende a los ₡900 millones como punto de partida, la Estrategia Nacional Costa Rica Creativa y Cultural 2020-2030, promueve la dimensión económica y emprendedora del trabajo cultural.

En una entrevista, a mediados de julio con UNIVERSIDAD, la ministra de Cultura y Juventud, Sylvie Durán, expuso algunos elementos fundamentales que transversalizan la Estrategia Nacional Costa Rica Creativa y Cultura 2020-2030, lanzada por la institución con el objetivo estratégico de organizar y apoyar el entorno emprendedor cultural.

“Es un gran pendiente que tenemos con el sector, sobre el cual ya habíamos abierto ventanitas para el audiovisual, la animación o el diseño”, señaló Durán.

La idea, según la jerarca, es que la estrategia permita abordar el emprendimiento y la empresariedad cultural no de manera coyuntural sino estructural, para lo cual “alineamos el ecosistema emprendedor”.

Entre algunos de los puntos que establece la Estrategia están la creación de una Mesa Nacional de Coordinación y Seguimiento, y la creación de cuatro Mesas Ejecutivas Sectoriales para los segmentos de Audiovisual e Industrias TICS, Artes Escénicas y Música, Artes Visuales e Identidad Territorial.

Asimismo, propone un programa de Financiamiento para el Emprendimiento Creativo y Cultural con ₡500 millones provenientes del Sistema de Banca para el Desarrollo (SBD), con el fin de apoyar la reactivación e impulso de sus emprendimientos, gestionados por los bancos estatales para mantener las operaciones mínimas necesarias durante el periodo de mayor impacto de la crisis.

A la vez, implementará el programa Crea-C para potenciar emprendimientos basados en identidad cultural en zonas rurales, consistente en la formación de consorcios, mediante la alianza entre varias empresas de la misma región y una alianza con el Banco Nacional que permitirá el acompañamiento a los sectores creativos y culturales del país en capacitación virtual, facilidades de financiamiento, comercio electrónico y educación financiera.

A continuación un extracto de la entrevista con la jerarca de Cultura.

¿Cuál es el soporte económico de la Estrategia Costa Rica Creativa y Cultural 2030?

— El soporte, por un lado, es el trabajo formal y alineado de las instituciones que participaron de ella; es decir, el proceso de la Unidad de Turismo y Economía y los directores de cada una de las instituciones, con lo que supone de seguimiento y personal; luego, los programas que son propiamente de emprendimiento con enlaces que provienen del Sistema de Banca para el Desarrollo (SBD), el INA (Instituto Nacional de Aprendizaje) y Auge. Por otro lado, las contrapartes que en el caso de Crea-C van a ser ₡400 millones entre este año y el que viene, y la disposición sobre el primer impacto en el SDB, el cual tiene un monto de ₡500 millones dedicado al sector. Conforme vamos abriendo la relación con operadores financieros como el Banco Nacional o el Banco Popular, ellos mismos ya tienen sus propias herramientas dentro de su operación general y pueden disponer de recursos adicionales en las lógicas que tienen para los distintos tipos de emprendimiento. 

¿Cuáles son los instrumentos para que los emprendimientos culturales puedan optar por estos recursos?

— La bajada del Sistema de Banca para el Desarrollo, que es de segundo piso, plantea siete medidas que facilitan apoyar a los sectores frente al COVID-19: por ejemplo, fondos en los bancos para microcréditos, que en el caso del Banco Popular es de ₡500 mil a ₡18 millones con un periodo de gracia con la tasa más baja posible que le permite pagar hasta en 24 meses. Va desde ahí hasta formación y capacitación de los oficiales de crédito. Vamos a empezar paulatinamente conforme se expresa el interés de los sectores para informar al banco sobre los perfiles e ideas, para que puedan valorarlos. La capacitación va a empezar de manera más exploratoria, pero a partir del año que viene va a ser parte del diplomado de la UNED (Universidad Estatal a Distancia) en esta área. 

¿Qué pasa con la informalidad y cómo hacer para que haya un mayor alcance e impacto, una mayor democratización de este recurso para los sectores de emprendimientos culturales o que quieran entrar en ese modelo?

— Las solicitudes de créditos pueden ser presentadas hasta un 90 % sin una garantía y lo puede poner cualquier persona contra un pagaré, porque se diseñó para responder a la informalidad que no es solo del sector cultura. Hay muchos proyectos que desarrollan proyectos en su casa con personería jurídica o que no la tienen. El Banco Nacional tiene un proceso que hace con asociaciones de desarrollo o también en el tema de las cadenas de valor, como asociarse a otros para que el proyecto desarrollado sea como sumar capacidades para generar un servicio más robusto que tenga más oportunidad. Por ejemplo, colegas que trabajan alrededor de una productora editorial pueden consorciarse, generar un esquema encadenado en el que la potenciación del dinero tenga un mayor alcance.

¿Cómo se aplicará la capacitación para quienes están interesados en obtener estos recursos?

— En procesos de capacitación, por ejemplo, el Banco Nacional abrió 500 espacios en su Pyme Nauta que es donde capacitan a la gente emprendedora; también con ICT Capacita, para ir ampliando la bajada de la información con las organizaciones del sector y de ahí explicar el SBD hasta que nos familiaricemos con el proceso.

Tenemos tres contrapartes que nos va a permitir escalar relativamente pronto con el INA. Estamos en ese proceso; la situación de la pandemia cambió la programación original que era mucho más secuencial y paulatina, y ahorita estamos acelerando.

¿Existe un mapeo preciso y detallado sobre cuántas personas están en la informalidad y cuántos emprendimientos culturales hay en este momento? ¿Hay una proyección sobre a cuántos emprendimientos podría aumentar con esta estrategia?

— Los datos son los de la Cuenta Satélite y lo que compartimos en el cuadernillo de las encuestas del Empleo y del Hogar. Lo que viene de la cuenta es el registro que tiene el Ministerio de Economía, Industria y Comercio (MEIC). Dependiendo de cuál subsector sea está para el 2019, el 2018, o el 2017, porque se van actualizando no todos a las vez sino de par en par por año.

El esquema va a ser de mantenimiento ya que por la situación de la pandemia uno de los riesgos es que va a haber una dificultad de sostenimiento de pequeños emprendimientos. De ese grupo lo que debemos atender es cuántos lograron ampararse en esta situación con esos instrumentos. Hay colegas nuestros que tienen rato de estar inscritos en el MEIC, de apelar a préstamos, incluso si no están hiperformalizados. La formalidad no es una cosa binaria. El Ministerio de Trabajo tiene claridad de que hay niveles de formalización. En nuestro sector hay niveles de informalidad y semi informalidad según el tipo de ámbito de que se trata. Eso lo vamos a ir conociendo y detallando conforme vayamos avanzando en este proceso. No lo podíamos saber antes porque nunca nos hemos visto como sector desde esa perspectiva, y la información solo se puede construir con los actores.

La Cuenta Satélite y la Unidad de Cultura y Economía del Ministerio es como un motor de la Estrategia Costa Rica Creativa y Cultural. ¿Van a inyectarle recursos, ampliar el monitoreo y la capacidad que tiene?

— La venimos fortaleciendo mucho, haciéndola más inteligente, tiene más personal del área de la economía, y la exviceministra de Cultura (Alejandra Hernández) hizo un trabajo de “coacheo” y nuevas metodologías. La cuenta satélite y su medición es compleja y cara pero que arroja solo datos macroeconómicos. ¿Cómo empezamos a bajar y construir información más pertinente para la toma de decisiones? Se ha fortalecido con el sistema de registros administrativos. Todo el ministerio tiene mayor capacidad de gestión de evidencia y datos, y parte del tema es cómo estiramos la cobija para que con los recursos que tenemos hagamos mejor prospectiva, es decir qué puedo pensar con esos datos, cómo puedo asociarlos con otros.

¿Cuándo se tendrá un estado de la cuestión con los datos que arroja la Cuenta Satélite?

— Uno de nuestros planes era tener un estado de la cultura. Eso es un proceso mucho más complejo y caro, que ahora va a ser más difícil de dejar hecho pero que el país tiene que hacer en su momento; sino es posible hacerlo en esta administración lo dejaremos pautado. Lo que estamos haciendo es trabajar datos precisos para cosas que vamos viendo que hacen falta en este proceso de las mesas en atención al COVID-19. Por ejemplo, avanzamos en nuestra incorporación en el Sinirube (Sistema Nacional de Información y Registro Único de Beneficiarios del Estado) mediante un convenio y en nuestra propia habilitación de relación con la política social para hacer toda la valoración de protección social que ahora es muy crítica en el sector.  Ese es un cruce que no se había hecho porque el sector no se había planteado que somos un sector en vulnerabilidad y en este momento lo es. No solo las 4.000 personas que sabíamos por la Encuesta de Hogares que estaban en extrema pobreza, sino que en esta fase que detuvo el trabajo y los ingresos laborales, tenés un sector mayor en situación de vulnerabilidad. 

¿Cómo se va a ver reflejada la Estrategia en el Plan Nacional de Desarrollo? ¿Se prioriza en relación con otras áreas de la cultura?

— Nosotros tenemos metas en cuatro temas: Gestión integral de destinos turísticos, seguridad humana, educación y con el Ministerio de Economía y Comercio. La manera en que está definido en el MEIC es mejorar la política de empresariedad y la política nacional de desarrollo productivo. La estrategia está alineada con la política nacional de derechos culturales y con la política de empresariedad y de desarrollo productivo del país. El plan nacional tiene las metas de simplificación de trámites, la habilitación de banca para el desarrollo, de los centros de desarrollo empresarial que nosotros esperamos que un par se pueda especializar en nosotros.

Esta estrategia está planteada desde una perspectiva empresarial relacionada con el MEIC; ¿qué pasa con la alianza que tiene el MJC con el Ministerio de Educación Pública, se desplaza o continúa?

— Yo quisiera dejar a la política de derechos culturales articulada y operando de una manera consolidada con sectores clave como turismo y educación. Con el programa de educación y cultura la idea es que se consolide. Para ambas áreas, parte del desafío es que somos una estructura tan atomizada que cada vez que uno se pone en relación con el otro hay cinco o seis instituciones de cultura con su propia personería jurídica. En el caso del MEP seguimos trabajando y también quisiéramos que avance con salud. La pandemia viene a generar una situación que yo creo que esta es la pregunta que todos nos tenemos que hacer: ¿quiénes son nuestros novios?, ¿quiénes son nuestras contrapartes de trabajo? ¿Lo hago desde la perspectiva de emprendimiento social?  

¿Cuál es la visión del Ministerio para los próximos 10 o 20 años? ¿Es un ministerio con énfasis en la empresariedad, en los emprendimientos culturales, en la economía naranja o creativa?  ¿Cuál es el proyecto de cultura país?

— La visión es la de la sostenibilidad y eso incluye cómo nos hacemos responsables de nuestra política social, de la política patrimonial, de la política emprendedora. Costa Rica tiene un ejemplo maravilloso con lo que hace con el sector ambiental, cuya agenda atravesó esta sociedad. Con cultura tiene que pasar lo mismo, y en ese sentido venimos trabajando con la política social. Vamos por un modelo de desarrollo que descarboniza, que es inclusivo, que vuelve a coser al país porque con el modelo de los últimos 20 años lo partimos con unas periferias vulnerabilizadas, sin proyecto productivo potente, con procesos con un componente territorial fortísimo. Para mí es un ministerio rector en un país que tiene una visión de sostenibilidad de acuerdo a los modelos de gestión que cada quien y que el propio Estado se plantea, incluyendo modelos de gestión público/privados. ¿Cómo va a ser el Estado el único empleador? Es imposible si la gente se duplica porque cada vez hay más recurso humano formado, porque hay más aspiraciones y porque más gente quiere dedicarse a actividades de la cultura.

¿Cómo se expresa esa visión tan clara de la Estrategia en las otras áreas de la cultura?

— No lo tenemos que inventar porque este país es inteligente y creativo; todo el componente territorial que es absolutamente fundamental, por ejemplo, para cumplir con el artículo 1 de la Constitución Política. Con la Política Nacional de Derechos Culturales que es el reconocimiento a la diversidad. Eso lo hace el Inder cuando pone a la cultura como el estructurante principal de los territorios, que no son necesariamente configuraciones administrativas. En el caso de la política social, hay distritos que se priorizan, que entienden cuáles son las vulnerabilidades y que para generar entorno protectores tiene que estar la cultura. En el caso del Banco Nacional, tiene proyectos de apoyo de desarrollo a asociaciones de desarrollo. Nuestra perspectiva de economía creativa y cultural entiende que hay economía de mercado, economía mixta y economía social solidaria y economía de cuido y todo eso es parte de la economía cultural.

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