Cultura

El mural que desafía al 15 de setiembre

Una obra del escultor Mario Parra, con libreto del historiador Miguel Rojas, retoma la idea de que la independencia de Costa Rica debe celebrarse el 29 de octubre de cada año.  

Un proyecto del historiador Miguel Rojas y el escultor Mario Parra produjo, luego de cinco años de trabajo, un mural tridimensional que aboga para que se establezca el 29 de octubre de 1821 como la fecha en que ha de celebrarse la independencia de Costa Rica del imperio español; en contraposición con la difundida desde 1848 cuando se escogió el 15 de septiembre.

La obra lleva por título “Mural 29 de octubre de 1821-Fecha de la Independencia de Costa Rica”. Es un mural de 25 metros de largo, compuesto por diferentes elementos que recuerdan la conquista española y la posterior liberación del pueblo costarricense, con todos los matices que existieron entre uno y otro punto.

El libreto le corresponde a Rojas, quien desde hace muchos años viene reclamando que celebrar el 15 de setiembre como la fecha de la independencia contradice lo que indica la historia; mientras que la labor artística la asumió Parra, para quien el desafío fue mayor, dado que tuvo que adentrarse en numerosos documentos y realizar ajustes a lo largo del proyecto, con el fin de que tuviera la fidelidad histórica que el mural ameritaba.

El mural recoge diferentes momentos de la historia previa a la independencia. Consta de 25 metros de largo. Aquí uno de sus capítulos. (Foto: Katya Alvarado).

El mural fue adquirido por la Municipalidad de Escazú, la que lo conserva en custodia debido a que aún los arquitectos no han determinado la forma y el lugar adecuados para que pueda ser apreciado por los costarricenses, de acuerdo con lo expresado por Freddy Montero Mora, asesor del alcalde Pablo Barahona.

Según el citado funcionario, el municipio todavía no ha terminado de pagar la obra y tiene que definir muchos detalles para que pueda exhibirse, lo cual podría tardar hasta un año incluso.

REVOLCAR LA HISTORIA

Para Rojas, profesor de la Escuela de Estudios Generales de la Universidad de Costa Rica (UCR), no hay ninguna duda de que la celebración de la fecha de independencia debe cambiarse, porque así lo estipulan los documentos de la época.

Esta postura le ha generado no pocas críticas y no pocos enemigos, como suele admitirlo él mismo, quien considera que la “verdadera historia de Costa Rica” no se le ha contado a los ciudadanos de este país, porque la historia que se difunde en escuelas, colegios y universidades está manipulada y no corresponde a los hechos que sucedieron entonces.

Rojas incluso presentó un proyecto de ley en la Asamblea Legislativa para cambiar el 15 de setiembre por el 29 de octubre, pero el texto duerme el sueño de los justos en el Congreso.

Mario Parra cuenta con una amplia trayectoria como escultor nacional. Además de esta obra que aún no se exhibe, en Escazú creó el Monumento al Boyero. (Foto: Portal UCR).

La confusión entre el 15 de setiembre y el 29 de octubre se da porque en 1848 el Presidente José María Castro Madriz, bajo cuya dirección el país pasó de ser un Estado a una República, emitió un decreto en el que se establecía que la independencia debía de celebrarse en la primera fecha citada en este párrafo.

Rojas sostiene que el decreto existió y que está documentado, pero que fue dictado en esa oportunidad sin tener ningún respaldo histórico y eso hizo que el error se fuera magnificando hasta el punto de que llegó a nuestros días y Costa Rica sigue celebrando su independencia en una fecha falsa.

El otro foco de confusión puede surgir porque esa fue la fecha en que Guatemala proclamó su independencia de España y luego envió la comunicación al resto de naciones de Centroamérica en la que los invitaba a seguir un camino similar.

“Como historiador yo revuelco y busco. Nuestro lema de la Universidad de Costa Rica dice: Lucen Aspicio, que quiere decir “búsqueda de la luz” y por eso yo revuelvo la historia aunque a muchos de mis colegas no les guste, incluidos varios de la Escuela de Historia de nuestra universidad”, dijo Rojas.

De acuerdo con sus indagaciones, en agosto de 1848 se proclamó la ley 140, mediante la que se establecía que la fecha de independencia de Costa Rica debía festejarse el 15 de setiembre de cada año.

El artículo 1 de esa ley, indica: “El 15 de setiembre de todos los años será feriado en todas las oficinas públicas, se celebrará en todos los pueblos de la República con la mayor solemnidad”.

Rojas insiste, como lo hacen otros historiadores, en que no hay “fundamentos jurídicos” para que esa fecha se tomara como tal y se perpetuara hasta el día de hoy. De ahí que una forma de luchar contra las corrientes que prevalecen sea el mural, porque el profesor de la UCR sostiene que su deber es presentarle a los costarricenses los hechos de la manera en que ocurrieron.

Para Rojas lo que sucedió luego de la declaratoria de independencia, ese 29 de octubre, fue algo realmente extraordinario: El Pacto de Concordia, como se le conoció a la constitución de ese año, en que se ratifica la independencia de España.

“Respecto del mural, el libreto es mío y el escultor es Mario Parra. Lo quisimos hacer en madera del árbol de guanacaste para hacerle un homenaje a quienes votaron por la anexión a Costa Rica”.

El investigador sostuvo que es “un trabajo único” por el esfuerzo de indagación que supuso y porque la coordinación entre él y Parra les demandó un enorme esfuerzo, que bien valió la pena, porque alrededor de la fecha de independencia se han tejido muchas inexactitudes.

UNA CRÓNICA

Parra detalló que el mural responde a una verdadera crónica relacionada con los elementos de la conquista y con la posterior independencia del imperio español.

“A mí me supuso un gran trabajo para informarme correctamente de lo sucedido en esa época. A lo mejor yo incluí determinado elemento en el mural y Miguel venía y me decía, no Mario, eso no existía en ese momento”.

Lo anterior obligó al escultor, quien realizó el monumento a los boyeros que está en Escazú, entre otros trabajos a gran escala, a documentarse hasta en los mínimos detalles, con el fin de crear una obra que reflejara lo ocurrido en un período crucial para el país.

Las batallas, la indumentaria, los rasgos de aquellos costarricenses y demás actores que vivieron esos tiempos convulsos y a la vez heroicos fueron tomando conciencia en el pensamiento de Parra, quien tenía el desafío de plasmar luego todos esos elementos en el mural tallado en madera y que es tridimensional.

La historia que narra —a Parra le gusta utilizar este verbo durante la conversación con UNIVERSIDAD— no es lineal ni adobada como se ha querido transmitir por los sistemas oficiales, sino que es una historia violenta a ratos, de ultraje en otros y en la que afloran las contradicciones. Todo ello contado con la sutileza que exijan las circunstancias, dado que el mural estará expuesto para que pueda ser observado por todo tipo de público.

“Tal vez nos quieran quemar en la hoguera por decir la verdad. Apoyé a Miguel en este proyecto porque rescata lo que dice la historia documentada”.

Para Parra será muy importante dónde y de qué manera se exponga la obra, porque según la perspectiva desde la que se observe se podrán apreciar mejor o peor una serie de detalles que a él llevaron muchas horas de trabajo: tallando y corriendo.

“¿Cómo tallé las figuras humanas y sus proporciones?. El trabajo previo, es decir, el dibujo, es un elemento clave”, resaltó.

Sobre el hecho de que se hiciera en madera guanacaste, Parra explicó que no solo representa un homenaje a los anexionistas, sino que también es una forma de decir que en el país se cuenta con un material tan valioso como son las más de 150 especies de maderas, y que además el mármol y otro tipo de elementos son sumamente difíciles de obtener aquí.

ES EL 29 DE OCTUBRE

Vladimir de la Cruz, historiador y excatedrático de la UCR, explicó que la verdadera independencia de Costa Rica, en atención a los hechos acaecidos en ese entonces, corresponde al 29 de octubre de 1821, pero que la tradición ha impuesto el 15 de setiembre como una fecha centroamericana, dado que la proclama de Guatemala fue el detonante de lo que sucedió posteriormente en las otras provincias de la Capitanía General.

“La independencia fue un proceso complejo. Ya por 1808 el costarricense Pablo Alvarado, que estudiaba medicina en Guatemala, hizo las primeras manifestaciones a favor de la independencia, por eso es que estaba más en la cárcel que afuera. Luego vino la declaratoria de Guatemala del 15 de setiembre, que llega a Costa Rica el 13 de octubre, junto con la decisión tomada en Nicaragua y Honduras el 28 de setiembre. Esa es la famosa acta de León de los nublados del día”.

Ante ello, el gobernador en la provincia de Costa Rica, Juan Manuel de Cañas, convocó a delegados de San José, Alajuela, Cartago, Heredia, Bagaces, etc. para que decidieran qué hacer con las noticias provenientes de Guatemala y las otras provincias. Es ahí, detalla De la Cruz, cuando el 29 de octubre declararon la independencia de España y la disposición a pertenecer al imperio de Iturbide, lo cual nunca se llegó a concretar.

En criterio de De la Cruz, la verdadera independencia del país se dio el 29 de octubre, aunque el 15 de setiembre debe celebrarse también porque responde a la tradición y la “declaratoria de Guatemala fue el detonante” de lo que sucedió en Centroamérica.

En su opinión, hay fechas trascendentales que en Costa Rica no reciben la atención que merece,  como la batalla de Santa Rosa, el 20 de marzo, la batalla de Sardinal, el 10 de abril de 1856, ambas clave en la lucha contra las tropas de William Walker.

“Yo supongo que para el bicentenario, ya en Cartago, el nuevo alcalde, ha de preparar una gran celebración para el 29 de octubre, cuando se cumple exactamente la fecha en que se dio la independencia de Costa Rica de España”.

Para el historiador, lo que se debe hacer es celebrar las dos fechas, la del 15 como parte de la tradición y la del 29 como la fecha real de independencia.

RESPALDO HISTÓRICO

Aunque parece ser el único que sostiene que la independencia es un error celebrarla el 15 de setiembre de cada año, Rojas no está tan solo como se observa a primera vista.

De esta manera, la historiadora Luz Alba Chacón en su ponencia presentada en el primer Congreso Centroamericano de Historia en setiembre de 1971 e intitulada “Acta de 29 de Octubre de 1821: Nuestra Independencia de España”, demuestra que la real independencia se dio en ese 29 de octubre de 1821. Para ello se vale de una copia de una comunicación que iba al Intendente de León y cuyo original también debió enviarse a al emperador mexicano Agustín Iturbide, aunque por la situación política estima que ese documento nunca llegó a sus manos.

“Sobre este importante tema ha caído providencialmente a mis manos una comunicación inédita, de 19 de marzo de 1823, que encierra los datos necesarios para afirmar que el acta de 29 de octubre de 1821 es la de Independencia de Costa Rica de España.

Esta aseveración está contenida en la misma nota; la plasmaron allí las personas que contribuyeron a formar el sólido sendero por el que Costa Rica iniciaría sus primeros pasos de Estado independiente”, apuntó Chacón.

Más adelante agrega: “Antes de presentar la pieza documental apuntaré algunos hechos ocurridos entre octubre de 1821 y marzo de 1823, relacionados con el asunto central del documento; es decir, las condiciones que Costa Rica proponía al imperio mexicano para su anexión.

“El 13 de octubre de 1821 llegaron a Cartago, como es bien sabido, varios oficios de Guatemala y uno de León de Nicaragua, que informaban lo acontecido en aquellas ciudades”.

“Estos dos comunicados, los más importantes recibidos aquel 13 de octubre, produjeron verdaderas inquietudes en el Ayuntamiento de Cartago y en toda la provincia. Después de serias deliberaciones, se reúnen el 29 de octubre los representantes o delegados de las principales ciudades y pueblos, con las autoridades superiores, y declaran que Costa Rica proclamaría y juraría la independencia absoluta del gobierno español el 1º de noviembre de ese mismo año”.

En esa búsqueda para confirmar o refutar la tesis del 29 de octubre como fecha de independencia, Chacón cuenta en el citado artículo que, en un momento dado, dio con la pieza que con tanta perseverancia perseguía.

“Los representantes de la provincia de Costa Rica reunidos en asamblea general para consultar armoniosamente su suerte futura y verdaderos intereses ante Vuestra Majestad Imperial con todo respecto (sic) esponen: que quando Costa Rica con heroico esfuerzo y arrostrando (sic) por sí misma la opresión del jefe terrorista que la governava don Juan Manuel de Cañas, proclamó su independencia del gobierno español, logró poner término a su prolongado cautiverio en 29 de octubre del año pasado de 1821, no pensó en otra cosa que en resarcir tan largos males con el uso de su libertad y rendida por primera vez pasíficamente a observar su plenitud y gose, la declaró solemnemente e instituyó la forma de gobierno más análoga y propia a su quietud, necesidades e intereses” (se respeta la redacción del documento original).

Ese documento estuvo rubricado por José María de Peralta, Presidente del Congreso, y por don Rafael Francisco Osejo, Diputado Secretario.

El valor del documento referido, lo sintetizó así Chacón: “Estamos frente a la opinión de los próceres de 1821. De los prohombres que disfrutaron los primeros días de libertad, que participaron activamente en nuestra vida política anterior y posterior a 1821. Son ellos, llanamente, porque lo sintieron en sus corazones, los que digan que nuestra independencia fue el 29 de octubre de 1821”.

La obra recoge la violencia y el desencuentro que significó la llegada de los españoles a Costa Rica. (Foto: Katya Alvarado).

EL DECRETO DEL 75

En 1975 el entonces Presidente de la República Daniel Oduber Quirós firmó, junto con la Ministra de Cultura Carmen Naranjo, un decreto en el que se establecía como fecha de celebración de la independencia de Costa Rica el 29 de octubre de 1821.

Entre los razonamientos que aporta dicho documento, del 13 de octubre de 1975, se argumentó:

“Que el día 29 de octubre de 1821 se firmó y juró en la ciudad de Cartago, con la participación del pueblo y de las autoridades de la provincia, nuestra absoluta independencia del Gobierno Español, con base en las resoluciones y acuerdos tomados por la Capitanía General de Guatemala y por la Diputación Provincial de León de Nicaragua, en el mes de setiembre del mismo año citado”.

En dicho decreto se sostuvo, además, que “el Acta de Cartago, constituye en nuestra historia patria la reafirmación libremente expresada, de la voluntad de los costarricenses de constituirse en Estado independiente, dueño de su propio destino y soberano para darse su propio gobierno.

Se remató de esta manera en su tercera consideración: “Que la fecha del 29 de octubre de 1821 debe ser consagrada en las páginas de nuestra historia como el instante trascendentalmente sublime en que el pueblo costarricense juró y consagró su destino a la causa de la libertad, la democracia y de los más altos ideales de justicia y de igualdad entre los hombres”.

Pese a que cada 29 de octubre debería realizarse una celebración escolar y tanto el Ministerio de Cultura como el Ministerio de Educación Pública (MEP) debían fomentar dicho festejo, la realidad indica que nada de ello se ha cumplido.

Por eso el mural relacionado con la tesis de la independencia del 29 de octubre de 1821 viene a plantear un nuevo desafío a la fecha que hoy rige las celebraciones de la independencia.

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