El legado de Carmen Naranjo se hace sentir

Ocho días de talleres, conferencias y lectura de obras literarias ofrecerá a partir del 24 de octubre el Encuentro Literario Latinoamericano Carmen Naranjo (ELLa CN), que no perderá el foco del compromiso y conciencia social que también son parte del legado de la genial escritora.

El evento es organizado por la Fundación Carmen Naranjo, cuya directora ejecutiva, Katia Ortega, recordó que la escritora “tenía una perspectiva social muy amplia” y que para ella “también era muy importante la democratización de la cultura”, un aspecto que la organización considera “esencial, porque le da identidad a los pueblos y sostenibilidad a las naciones, coadyuva el crecimiento de las naciones”.

Por ello, además de jornadas dedicadas al impacto de la era digital en la escritura o de las aplicaciones que este arte tiene en otras ramas de la actividad humana, también se establecieron días dedicados a la negritud en la literatura costarricense, pues “no podemos negar que ha habido invisibilización y malentendidos en cuanto al aporte afrodescendiente en nuestra cultura”; así como al papel de la mujer en la escritura.

Cada día las actividades iniciarán a las 9 a.m. con talleres alusivos a la temática desarrollada, los cuales son de participación gratuita. Luego, a partir de las 3 p.m. se realizarán las diferentes conferencias, conversatorios y lecturas, en las que participarán figuras como Shirley Campbell, Alfonso Chase, Ronald Bonilla, Arabella Salaverry o Queen Ntzinga.

Todas las actividades se abrirán al público de manera virtual (ver recuadro).

Lo social y cultural

La Fundación que lleva su nombre fue constituida por la misma Naranjo en 1997, poco después de que la UCR le otorgara el doctorado honoris causa, según recordó Ortega. Sin embargo, no funcionó en la vida de la escritora.

Naranjo dispuso que tras su muerte -acaecida en 2012- todo su patrimonio tangible e intangible pasara a la Fundación. Así, en 2016 inició el trabajo “con un proyecto que Carmen había iniciado de manera casi natural en ella, era parte de su filosofía de vida, de capacitación para mujeres provenientes de zonas de atención prioritaria”, sobre todo jóvenes que enfrentaban situaciones de violencia y que eran atendidas por las trabajadoras sociales de las municipalidades de San José y de Montes de Oca.

“Empezamos en la Fundación con una proyección social de empoderamiento de la mujer —enfatizó Ortega—, esa era la filosofía de vida de Carmen Naranjo, lo que pasa es que ella tuvo la gran suerte de tener una pluma filosa, certera, fue una gran luchadora de los derechos de la mujer sin tener que levantar la voz de una manera demasiado escandalosa, pero sí fue constante y certera”.

Informó que en la actualidad se mantiene un grupo de 55 jóvenes que realizan cursos de capacitación constantes.

Pero no por tener presente el enfoque social se dejó de lado la vocación artística que debe tener una fundación que lleva el nombre de la escritora. La primera acción en ese sentido fue una exposición en el Museo Calderón Guardia de una muestra de los más de 400 cuadros y dibujos que dejó Naranjo y que en vida nunca expuso. “Ella era muy particular, dibujaba como para liberarse, un proceso de catarsis, dibujaba y guardaba o regalaba. Tras su muerte encontramos cajas y cajas de libros que no comercializó, los regalaba”, recordó.

Lo que llegó a ver la luz como el ELLa CN empezó como la idea precisamente de una exposición que se realizaría en Alajuela, pero ese plan fue torpedeado por la pandemia. Sin embargo, Rubén Alvarado, dueño de la agencia de mercadeo digital DiezCero3, propuso a Ortega la idea de montar una suerte de exposición literaria virtual.

La idea evolucionó hasta convertirse en el encuentro literario. Ortega explicó que primero se pensó en el nombre “ella” pues en el libro El Círculo de los Pronombres, incluye un poema con ese título, “entonces viene de ella, de Carmen Naranjo, luego le dimos el nombre de encuentro literario latinoamericano”.

Ortega también destacó el aporte de Lucía Alfaro, del grupo Poiesis, quien ayudó a organizar toda la parte de lecturas de poesía.

Rebelde necesaria

“Todo lo mío es irreverente” dijo sin tapujos Naranjo en entrevista concedida a este Semanario en 2004. Añadió: “creo en la literatura comprometida y de denuncia. Si la literatura no lo dice, con todo el dominio del arte, ¿quién lo va a decir? Las grandes obras han sido siempre de denuncia”.

La escritora nació en enero de 1928 y falleció ese mismo mes en 2012. Tras estudiar filología en la UCR y lograr posgrados en México y Estados Unidos, llegó a ser embajadora de Costa Rica ante Israel, subgerente de la Caja Costarricense del Seguro Social (CCSS) y asistente de gerencia del Instituto Costarricense de Electricidad (ICE).

Pero de mayor relevancia artística fue su paso como Ministra de Cultura durante el gobierno de Daniel Oduber, puesto en el que duró dos años y al que renunció por diferencias con el mandatario. También fue directora de la Editorial Universitaria Centroamericana (Educa)  y del Museo de Arte Costarricense. Además, dirigió programas regionales del Fondo para la Infancia de las Naciones Unidas (Unicef).

Algunos de los textos que la prolífica Naranjo dejó son Los Perros no ladraron, Diario de una multitud, Cinco temas en busca de un pensador, El Caso 117.720, Más allá de Parismina o también Ondina, con el que ganó el Certamen Latinoamericano Educa en narrativa, en 1982. Además fue colaboradora de UNIVERSIDAD y hasta su muerte integró el consejo editorial del suplemento Libros.