El Premio Nacional Mireya Barboza de Danza 2024 en la categoría de dirección fue otorgado a Sol Pardo Carballo por la obra coreográfica Ancla. En dicha coreografía se aborda la violencia de género de forma crítica, confrontativa e incendiaria y se suma al movimiento de cambiar la vergüenza de lado. Busca ser incendiaria y crear movilizaciones denunciando a una sociedad que ve actos de extrema violencia como “llevaderos”.
La puesta en escena coreográfica se presentó en el Teatro Nacional durante el Festival de Coreógrafos Graciela Moreno en el mes de noviembre de 2024. En marzo de 2025 tuvo su exhibición en Nantai, ubicado en la provincia de Heredia. “¡Planeo moverla mucho más!”, resaltó la autora con gran entusiasmo, señalando sus intenciones de poder mostrarla a más públicos.
La artista inició el proceso creativo de la obra entre los meses de marzo y abril del 2024, cuando las redes sociales se inundaron de denuncias de violencia de género, especialmente “en el gremio de arte escénico”. Esa situación le provocó “mucha ira” por lo que decidió mostrar sus propias denuncias por medio de la obra Ancla.
Sol Pardo es graduada de la Escuela de Danza de la Universidad Nacional (UNA). Como artista escénica ha trabajado con el grupo interdisciplinario Metamorfosis y es cofundadora del Colectivo R3M y Collectif Sola(s) (Francia). Ha tenido la oportunidad de bailar y dar talleres por Centroamérica, Alemania, España y México. Formó parte de CobosMika Junior Company, un programa de danza contemporánea profesional, en España.
Fue codirectora del cortometraje Párpado, estrenado en el Festival Internacional de Cortos Shnit. Tiene más de diez años de experiencia como facilitadora de danza, y seis años de investigación en procesos socioeducativos al lado de Colectivo R3M.
Su pasión y talento por la danza pasa por sus genes y sangre, ya que viene heredado por su madre, Sol Carballo Bolaños, intérprete, coreógrafa, directora y productora en ámbitos artísticos, culturales y ambientales. Ha creado más de 40 obras a lo largo de su trayectoria y desde 1998 dirige Metamorfosis, un grupo artístico interdisciplinario e independiente que recibió el Premio Nacional de la Cultura 2007 al Mejor Grupo de Danza. Ella también formó parte de la aclamada película Memorias de un cuerpo que arde, que aborda temas relacionados con la sexualidad de las mujeres adultas mayores.
UNIVERSIDAD conversó con Sol Pardo acerca de sus sensaciones al recibir el premio y el proceso creativo de la obra Ancla. A continuación, se presenta un extracto de la entrevista.
¿Qué significa para usted ser la ganadora del Premio Nacional de Mireya Barboza de Danza 2024 en la categoría de Dirección?, ¿qué sentimientos le provoca?
—Me provoca emoción y agradecimiento. Significa mucho que a una le reconozcan el trabajo y para mí este proceso fue importante, la obra tiene un discurso político de género y que le den un premio nacional en este contexto me llena mucho.
¿Cómo nace la pasión por la danza?, ¿cómo aprendió estas habilidades y destrezas?
—Soy hija de Sol Carballo Bolaños, una gran bailarina y coreógrafa. Ella sin duda me encaminó a que naciera esa pasión. Ya luego en el camino he encontrado mucha gente y espacios que reavivan las ganas de seguir aquí, que le dan sentido a bailar y a compartir la danza como lenguaje.
¿Cómo se da el proceso de creación de la obra coreográfica Ancla?
—Ancla se detona en marzo-abril del año pasado cuando sucede una ola de denuncias de violencia de género en redes sociales, muchísimas en el gremio de arte escénico.
Creo que eso me despierta mucha ira: entender una vez más lo masivo y estructural del abuso, lo cotidiano que es y lo escandaloso que se vuelve denunciarlo. La ola me movió y me dio impulso para casi vomitar escenas, poniendo ahí mis propias denuncias.
Hice un primer borrador que fue seleccionado para participar en el Festival de Coreógrafos Graciela Moreno, lo que me permitió contratar un maravilloso equipo que hizo el resto del proceso mucho más disfrutable y creativo. Entre la gente que participó en la creación de Ancla, estuvieron muy presentes Aysha Morales (asistente de dirección y producción), Micaela Canales (directora de arte) y Fabricio Walker (diseñador sonoro).
¿Cuáles considera que son los mensajes principales que transmite la obra coreográfica?
—Me parece que transmite sensaciones de ahogo, de incomodidad. Es confrontativa y se suma al movimiento de cambiar la vergüenza de lado. Busca ser incendiaria con una sociedad que oculta una situación de extrema violencia para hacerla “llevadera”.
¿Cómo se dio el proceso de elección de las personas que formarían parte de la coreografía?, ¿cómo se distribuían los ensayos para perfeccionar la obra?
—Empecé el proceso con Fabri (Walker, diseñador sonoro), él me acompañaba a los ensayos y proponía atmósferas sonoras a partir de lo que veía. Luego le propusimos el proyecto a Aysha y Micaela, y la verdad me sentí muy en las nubes cuando dijeron que sí.
El equipo en realidad fue enorme, recibí mucha guía, ideas y amorcito de cantidad de gente. Mi mamá, Andrea Núñez, Wendy Chinchilla, las R3M, amigas muy cercanas, María Fernanda Muñoz, Goga Riveros. El proceso era muy personal y a la vez necesitaba mucho ojo externo para plasmar eso que quería. Los ensayos tuvieron mucho de introspección, laboratorio, limpieza técnica y contención.
Al ser usted cofundadora del Colectivo R3M y egresada de la Universidad Nacional, una universidad pública: ¿Qué tan importante es que las personas artistas profesionales cuenten con recursos públicos para poder desarrollar y exponer sus habilidades y obras artísticas?
—Es fundamental. Tanto el arte independiente necesita del sector público como a la inversa, la institución no da para cubrirlo todo y requiere de un gremio independiente fortalecido que defienda y proponga en diversidad. Si las instituciones públicas no invierten en el sector independiente, las posibilidades de que el gremio subsista, y más allá de eso, incida, innove, se reducen demasiado.
En este momento, se han reducido e incluso desaparecido fondos para el sector independiente de Danza, esto afecta transversalmente a todo el gremio. Nos toca articular, exigir y defender esos fondos a todas las personas trabajadoras de la danza, los recortes no pueden pasar desapercibidos.