Cultura

Edgardo Moreno: de supersticiones que esclavizan a ciencia que libera

No creen en curaciones mágicas ni en la homeopatía. Tampoco en la educación religiosa y mucho menos en un Estado confesional.

No creen en curaciones mágicas ni en la homeopatía. Tampoco en la educación religiosa y mucho menos en un Estado confesional. Les asustan las pseudociencias  y están convencidos del uso de la razón como acercamiento a la verdad. Nos invitan a pensar y para ello sugieren la ciencia.

Víctor Hurtado, hombre de letras e interesado en temas como la ciencia y la filosofía, juntó a personas de diferentes disciplinas y crearon recientemente la Sociedad Racionalista Costarricense.

¿El objetivo principal? Pensar racionalmente para buscar el bien y difundir el conocimiento racional en una sociedad en donde brotan movimientos irracionales que amenazan con engañar y convertirnos en una sociedad supersticiosa.

Edgardo Moreno, intelectual especialista en Inmunología, Microbiología Celular y Enfermedades infecciosas, es parte de esta Sociedad Racionalista. Además de contar con una gran trayectoria científica internacional y miembro destacado de la Academia Nacional de Ciencias de Costa Rica.

Moreno se considera primero humanista y luego científico; aunque eso último lo llevó a ser catedrático Humboldt en la Universidad de Costa Rica (2012).

“La ciencia lo conduce a uno a un camino de libertad”, fue una de las premisas principales durante una extensa charla que mantuvo con UNIVERSIDAD.

¿Se puede aspirar a una racionalidad humanista?

-¡Por supuesto! Yo creo en un humanismo racional tomando en cuenta un escepticismo moderado. Un escepticismo extremo llega a lo supersticioso y la negación de todo es absurda. Yo creo que para ser un humanista hay que ser racional. La circuncisión, por ejemplo, es una práctica que va en contra de la razón. Yo me tengo que oponer a ella porque humanamente creo que es perversa aunque me tenga que oponer a una tradición para millones de personas. Si alguien cree que se debe respetar lo voy a considerar una posición irracional y no humanista.

¿Puede la moral llegar a ser un límite para el racionalismo?

-No es un límite. Naturalmente hay altruismo y maldad. Los primates tienen comportamientos parecidos a los humanos: hacen amistades, cuidan a sus críos, pelean y también se matan. Muchos aspectos de la moralidad y la ética tienen un origen natural. Lo que pasa es que como seres inteligentes elaboramos sobre esos principios básicos natos una ética muy elaborada que procuramos hacerla de manera racional.

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Yo puedo creer en unicornios; pero mínimo que me enseñen el cuerno.
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¿Es la comunicación y la difusión científica una de las debilidades de la ciencia?

-Los científicos son por principio comunicadores y tienen que ser buenos comunicadores. La ciencia si no se comunica no tiene ningún sentido. Es por eso que todos los científicos publican. Para poder condensar ciertas cosas tienen que usarse palabras especializadas pero todo eso se puede traducir a un lenguaje coloquial. La gravedad, la relatividad, la mecánica cuántica se han introducido de una manera muy apetecible para un público amplio.

¿Cómo definiría usted el racionalismo en ese lenguaje claro y coloquial?

-Es una manera de pensar, valga la redundancia. La fuente de la razón es el cerebro, y de este trabajando en sociedad. La razón busca la verdad, no solamente desde el punto de vista de la ciencia, sino también de la búsqueda del bien común. Por eso decimos que un asesino es irracional; son juicios racionales sobre establecimientos morales.

Kant se refiere a que vemos el mundo a través de unos lentes. ¿La ciencia y el racionalismo necesitan que todos veamos con los mismos lentes para ser validada?

Si algo no soy es kantiano. Yo creo que  los seres humanos, aunque ideológicamente son muy diversos, los grupos tenemos una visión común de cómo abordar ciertos problemas. Sí hay lentes por los que ciertos grupos miramos las cosas. Los israelitas tienen un lente y los palestinos tienen otros. Eso es normal y está de acuerdo con la disciplina en que se desarrollan y la ideología

¿Pero eso afecta de cierta forma el recibimiento en ciertos grupos de algunos avances científicos?

-La base científica está constantemente interrumpida por muchas creencias. Vea los problemas en Estados Unidos. El creacionismo  es algo que ha interrumpido mucho la educación en ese país y en otros. En Costa Rica no tenemos esa vocación porque los grupos fundamentalistas de aquí no son tan activos ni beligerantes como en países donde quieren enseñar teorías contrarias a las que propuso Darwin y Wallace en las escuelas. Eso ha hecho mucho daño.

Utilizando la diferencia entre ideas y creencias de Ortega y Gasset  ¿qué tan necesarias son las creencias para las futuras conclusiones científicas? ¿Son las creencias la base de las ideas?

-Él no es un filósofo que me guste mucho. Creer es parte de la naturaleza humana. Ahora, develar los secretos de la naturaleza requiere un esfuerzo porque no se revelan inmediatamente. Nuestro cerebro duda todo el tiempo y es parte del mecanismo adaptativo de los seres humanos. Los chimpancés, los gorilas e incluso los perros lo hacen. Para mí lo importante en esto es que las creencias no opaquen la búsqueda de la verdad. Yo puedo creer en los unicornios, pero mínimo pido como prueba ver el cuerno.

¿A qué nos exponemos en una sociedad que parece ser es gobernada por creencias más que por hechos científicos?

-Mientras las creencias de las personas no afecten a la comunidad no veo ningún problema. En el momento que afectan pienso que hay que intervenir. Hay creencias que afectan de una manera irracional a la sociedad. La fertilización in vitro solamente está prohibida en Costa Rica y Siria. Tuvo que intervenir una corte internacional, que procura manejar las cosas racionalmente. Eso es una de las consecuencias de no tener un Estado laico. Cada vez hay más injerencia de ciertos grupos religiosos que los tenemos metidos en diferentes sitios del gobierno.

Usted mencionó en un artículo publicado en La Nación que “En principio, todas las personas perciben apenas un fragmento de la realidad, y los científicos no son la excepción” ¿Cómo la ciencia crea teorías con apenas un fragmento de la realidad contemplado?

-Hay leyes universales y locales que se pueden establecer como absolutas a partir de fragmentos de la realidad. Eso es lo hermoso y poderoso de la ciencia. Si a partir de ese fragmento se establece una ley y esa ley es predictiva, no importa donde la apliquemos, siempre se va a cumplir y nos dice que no estamos alejados de la verdad. La teoría celular de Virchow fue a partir de ver células en el corcho. Hasta el momento no ha habido nadie que pruebe lo contrario. Al menos aquí en la Tierra. A lo mejor si encontramos vida en otro planeta puede que no estén compuestos de células. La gravedad y la segunda ley de la termodinámica son otros ejemplos.

 ¿Es más confiable un posible resultado erróneo a una creencia irracional?

La ciencia se equivoca todo el tiempo. ¿Pero cuál es la virtud de ella? Que se corrige a sí misma. Newton hizo una teoría incompleta de la gravedad. Vino Einstein y la perfeccionó, y todavía, aunque sea predictiva, está incompleta. Las creencias y la pseudociencias no se corrigen; simplemente se cree. Por eso se establecen hipótesis y propuestas que tienen que ser probadas, reprobadas y comprobadas. También es importante tratar de desaprobarlas.

Tláloc era uno de los dioses aztecas de la lluvia. Ahora sabemos cómo y de dónde se produce la lluvia ¿Somos cada vez una sociedad más racional?

Ahora tenemos algo que no teníamos antes: la ciencia. Los grupos de científicos como los conocemos ahora andamos aproximadamente por los 300 años. El conocimiento si es muy viejo. Algunos aztecas creían en Tláloc. Yo no creo que la gente muy educada creyera. Muchos conocían bien los movimientos de las estrellas y las estaciones. Ahora tenemos muchas herramientas que antes no se tenían para poder entender eventos que considerábamos antinaturales.

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Las pseudociencias son malvadas porque engañan
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Y ahora discutimos la fertilización in vitro, el conocimiento demanda nuevas respuestas…

¡Claro! El asunto es si todo mundo quiere informarse y tener una posición escéptica.

El filósofo y físico Mario Bunge dice que toda innovación trae bienes y males. Marco Aurelio Denegri, intelectual peruano, llama prótesis a todos los aparatos electrónicos que se han adherido a nuestra vida y que, según él, nos ha alejado de la introspección y el ensimismamiento ¿Esa falta de reflexión nos hace propensos a convertirnos en sociedades cada vez más irracionales?

Bunge lo que se refiere es a la técnica. La técnica es un invento de los seres humanos, y es algo con lo que se puede producir beneficio o daño. El uso de aceleradores nucleares puede curar el cáncer, pero también producir isótopos radiactivos para bombas atómicas. Si estoy en un salón de clase y los estudiantes sacan el teléfono y empiezan a chatear lo están usando para el mal de acuerdo con  mi perspectiva. Si van a usar ese teléfono para leer libros, está bien. Es que es una decisión humana.

¿Cómo apostar por la razón si la sociedad aparentemente ya no se dedica al oficio del pensamiento?

-Todavía nos dedicamos al oficio del pensamiento. Los seres humanos no pueden evitar pensar. Hay gente que sostiene que meditando no piensa. Eso es mentira.  Ahora, podemos pensar racionalmente o estúpidamente.

Los racionalistas dicen que los sentidos pueden engañarnos…

-Los sentidos no engañan. Perciben. Eso de los cinco sentidos es mentira, tenemos muchos más. Los mamíferos tienen muchos sentidos. Los murciélagos tienen una especie de radar, las abejas ven a través de las nubes. Lo que pasa es que lo que percibimos por los sentidos es lo aparente pero no quiere decir que sea irreal.

¿Y las pseudociencias?

-El problema de las pseudociencias es que son malvadas. Tienen cierto grado de malignidad porque engañan. Un ejemplo es la homeopatía. La homeopatía puede ser indefensa pero si usted trata de curar a una persona que tiene cáncer con homeopatía le está quitando la oportunidad de salvarse. El psicoanálisis también engaña a la gente y es misógino. Hay asuntos de la economía que son pseudocientíficos. La ley de la oferta y demanda, eso es mentira. Hay que leerse a los economistas Sachs y Stiglitz para darse cuenta.

¿Hay susceptibilidad a la racionalidad y a la irracionalidad?

-Los cerebros en formación son muy susceptibles a ser manipulados. A los kamikazes, por ejemplo, desde muy jovencitos los adiestraban para suicidarse y matar a otros. Las mentes jóvenes son muy maleables en formación. Por eso es tan importante que en los jóvenes y los niños el pensamiento mágico se erradique. Por eso el Estado Laico es tan importante.

Hace poco 109 nobeles de la ciencia catalogaron el argumento contra los transgénicos de Greenpeace como “un crimen hacia la humanidad”. ¿Qué tan nocivas son las afirmaciones basadas aparentemente en ideologías y no en ciencia? ¿Qué piensa de la lucha contra los transgénicos?

-Aquí es precisamente donde la racionalidad juega un papel muy importante. Si usted ve en la historia de la humanidad, los cultivos se han manipulado genéticamente desde hace más de 12 mil años. No hay un solo estudio científico serio que diga que comer alimentos transgénicos cause daño. ¿Qué sucede? A veces se confunde la transgenia con las compañías que venden los transgénicos. ¡Ahí está el problema! El acumular semillas, robarlas y monopolizar cultivos, como lo hace Monsanto, sí es perverso. La perversidad no está en hacer alimentos transgénicos, que además ayudan a los pobres a comer; y también a los ricos.

Un artículo publicado en la revista Science revela que en Francia más del 40% de la población no cree en las vacunas  ¿Por qué la gente está pensando así a pesar de no tener pruebas?

-Es una posición irracional, pseudocientífica y mágica. Es curioso; este movimiento ha surgido más en los países desarrollados que en los de bajos ingresos. Hubo una publicación en una revista The Lancet que decían que causaban autismo. Se ha probado que esa publicación fue falsa. A partir de eso se establecieron movimientos antivacunas por asuntos puramente supersticiosos. La Organización de la Salud ya indicó de brotes de enfermedades en estos países que no tenían antes precisamente por grupos humanos que no quieren vacunarse. Las vacunas son el motivo de que los humanos vivimos lo que podemos vivir y que los niños no mueran de poliomielitis, sarampión o viruela.

¿El alimento de las supersticiones crea sociedades más dominables?

-¡Claro! ¡Por supuesto!  Vea  las sociedades confesionales. Los problemas tan graves que se dan ahí.

David Z. Hambrick, profesor del Departamento de Psicología en la Universidad Estatal de Michigan, en un artículo del New York Times, dice que la racionalidad se puede entrenar. ¿Cómo podemos entrenarla?

-La racionalidad requiere entrenamiento para procurar develar lo que está detrás de lo que es aparente. La ciencia precisamente nos da un buen entrenamiento. Un niño va a creer en un acto de magia pero conforme crece la razón le dice que eso es un truco.

El filósofo Bertrand  Rusell dice que  “el milagro es la violación de las leyes inviolables de la naturaleza”, sin embargo, en Costa Rica cada año miles peregrinan para pedir milagros; y unos sostienen que les ha dado resultado…

-La gente va a la basílica pero al mismo tiempo van al médico. Es irracional.

Resulta que hay casos donde el cáncer no evoluciona y el sistema inmune lo elimina. Hay muchas enfermedades que se curan solas. Digamos que usted tiene un resfriado. Yo le voy a decir que tome un frasco y ponga siete piedras y todos los días saca una piedrita y la tira por la ventana. Cuando se acaben las siete piedritas se va a curar; si no repita la dosis. Usted puede creer que se curó por ese ritual o puede razonar y concluir que después de 7 o 14 días la gripe se va.

El neurólogo y catedrático de la Facultad de Medicina de la Universidad Complutense de Madrid Francisco J. Rubia dice que el ser humano es religioso por naturaleza.  ¿Se puede decir que la naturaleza humana es la irracionalidad?

-Yo creo que está bateando. Yo le puedo decir que los neardentales ya enterraban a sus muertos. ¿Los enterraban por una acción religiosa o para que los depredadores no los detectaran? Ahí hay dos explicaciones.  No todos nuestros actos se pueden explicar como religiosos, no todos los hombres creen en un dios y eso prueba directamente que está equivocado. Me parece una opinión pero sin ningún sustento científico.

Bunge sostiene que el dirigente político aun cuando no crea en las religiones tiene que simular que cree porque eso va a reforzar su poder. ¿Esa lucha por el poder afecta el panorama científico?

-¡Claro! Yo lo veo como un acto de irrespeto para la gente que es religiosa porque hay una intención de manipular. Los políticos saben el precio de no hacerlo. También hay países laicos como México donde hemos visto a presidentes que no son católicos ir a la Basílica de Guadalupe.

¿A qué nos exponemos al ser el único país confesional de América?

-Es una de las cosas que más nos preocupa. Aquí algo que tenemos que abogar es el estado laico. Ahora resulta que las varias iglesias no católicas ya están cuestionando que merecen el mismo derecho de recibir dinero del Estado. Yo pienso que todas las religiones se deben tolerar, pero que no se le dé dinero a ninguna iglesia y que la gente crea lo que tenga que creer.

¿En una sociedad que se maneja con creencias y en donde el discurso político recurre a los sentimentalismos, es el sector político responsable de la falta de objetividad?

-Tiene un grado de responsabilidad pero no es el único responsable. Todos tenemos que ser vigilantes de que la verdad predomine sobre la falsedad. Es cierto que la verdad mía no es la suya, pero para eso tenemos el diálogo racional.

¿El sistema de educación nos priva del conocimiento y nos vuelve más supersticiosos?  Todavía tenemos clases de religión…

-No se debe dar religión en las escuelas. Se está adiestrando a los niños a creer en algo. ¿Por qué meter ciertas creencias y no dejar que ellos tomen la decisión? La ética, la moral, el deporte y las buenas costumbres se pueden enseñar sin religión y dejar que la gente escoja con su razón en qué creer.

¿Es la capacidad del humano de sobreponerse a su biología una oportunidad para un futuro mejor?

-El ser humano no se sobrepone a su biología; ella siempre está ahí. Pero en este sentido al que usted se refiere podemos decir que sí. Cuando hacemos fertilización in vitro y cuando clonamos nos estamos sobreponiendo a nuestra biología. Siempre nos estamos sobreponiendo a nuestra naturaleza. La moral y la ética es un esfuerzo. Vea los diez mandamientos; tratamos conductas que consideramos nocivas. Nos oponemos a esa biología porque nuestro cerebro que es tan grande que  puede hacerlo.

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El acúmulo de semillas, robarlas y monopolizar cultivos, como lo hace Monsanto, sí es perverso. La perversidad no está en hacer alimentos transgénicos.
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