La Orquesta Sinfónica Nacional (OSN) recibió uno de los máximos galardones musicales de Latinomérica, el Latin Grammy 2017, por su disco compacto Música de Compositores Costarricenses Vol. 2, en la categoría mejor álbum de música clásica.
El Latin Grammy, que otorga la Academia Latina de Artes y Ciencias de la Grabación, es uno de los más prestigiosos reconocimientos en la industria de la música que premia la excelencia artística y técnica de la música grabada.
De esto da fe Eddie Mora, músico nacional de amplia trayectoria artística que participó como director invitado de ese disco, galardonado el jueves pasado.
A pocos días de la noticia, Mora aún no puede contener la emoción cuando habla del Latin Grammy, pues se siente satisfecho por el trabajo de la agrupación y el trabajo de las personas e instituciones involucradas. Además, reflexiona que para él este premio significa el cierre de un ciclo y el comienzo de uno nuevo.
Este director costarricense relata que la competencia por el Grammy no fue fácil; pero que desde un principio creyeron que iban a ganarlo, un reconocimiento que se convierte en el más grande que ha recibido la OSN hasta el día de hoy.
A continuación un extracto de la entrevista que el director de la OSN sostuvo con UNIVERSIDAD.
¿Cómo se encuentra tras la noticia del premio?
-Describir una emoción es difícil. Se siente satisfacción porque no es algo que sea fruto de un acto en solitario o hecho aislado, este es el fruto de un trabajo que hemos venido realizando por dos décadas, de lo que ha sido el impulso de la música costarricense, y lo digo como intérprete y compositor. Creo que la música costarricense ha venido creciendo en esta época, precisamente en este período, y da la casualidad de que por situaciones del ajedrez mundial, la grabación de la Orquesta Sinfónica Nacional es premiada con un Grammy que hace que la gente preste atención a lo que estamos haciendo y vea que nosotros además de esto que estamos haciendo, tenemos a otros grupos de músicos, otras orquestas e instituciones que están trabajando sobre lo mismo. Así que todos esos sentimientos están encontrados en el mismo espacio.
Esta es la tercera nominación de la orquesta, y la única que ha sido acreedora del Latin Grammy. ¿Qué hizo la diferencia en esta ocasión?
-Hay que aclarar que la primera nominación de la orquesta se dio por una obra de un compositor con un grupo de jazz, y no era de música costarricense, era otro resorte. La segunda nominación fue por Música de compositores costarricenses volumen 1 y la tercera por este. Tengo la dicha de que los discos completos que han sido nominados han sido dirigidos por mí, aquí no hay diferencia entre los discos. Aquí lo que yo creo que se está premiando es la consistencia del proyecto, la idea de que una Orquesta Sinfónica Nacional dedique sus esfuerzos y recursos a generar un producto cultural como este, como lo son dos discos compactos completamente costarricenses. En segundo lugar, la calidad de la grabación y la presentación de los materiales han tenido que ver en el tema.
¿Cómo vieron la competencia? ¿Era difícil ganar el premio?
-En el fútbol siempre se dice que son once contra once, pero eso no es cierto. Cuando usted habla de la Sinfónica de Venezuela, de los pianistas, de los músicos y otros, estamos hablando de una competencia desigual porque las grandes orquestas están acuerpadas por grandes casas disqueras como la Deutsche Grammophon o cualquiera de las grandes casas que se dedican a la industria de la reproducción de discos. Nosotros venimos de un lugar en donde nuestro productor es Musitica, una empresa nacional con un poco de impacto regional y que no tiene renombre internacional. Uno siempre tiene esa idea de que el que está mejor posicionado o el que es el pez más grande se come al pequeño, pero sucede también al contrario, como pasó en esta oportunidad.
Uno siempre sueña con este tipo de reconocimientos. ¿Lo veían cercano?
-Sí. Las dos veces siempre han sido cinco nominados, entonces tenés un 20% de posibilidades de quedar y de que se dé algo como lo que sucedió esta vez. Por ser una tercera nominación, nosotros pensamos que había más chance en esta oportunidad. Al estar nominados tres veces, creo que eso tuvo que haber pesado de manera positiva sobre nosotros en esta ocasión. Pensamos que estábamos más cerca en esta ocasión.
Y es que ya son 75 años; sin embargo nunca habían recibido un premio tan importante.
-Nunca, este es el premio más grande que han tenido y la difusión más grande que ha tenido a nivel internacional. En los últimos 4 días se habla solo de la OSN y del Premio Grammy, no solo nacional sino también internacionalmente. Yo creo que es una gran ganancia para el país, para la Sinfónica, para mí, para los compositores, para todos; aquí no hay perdedores en este momento. Ya el hecho de haber sido nominados era para nosotros suficiente reconocimiento, pero haberlo ganado por supuesto que te pone en la mira.
¿Cuál es el impacto que puede tener este tipo de reconocimiento en el ámbito artístico?
-Depende del grado de madurez que tenga el medio, porque así como puede que se te abran puertas internamente, puede que más bien se te cierren porque en nuestro medio, pese a ser muy participativo en muchas cosas como festivales, a la gente todavía le falta más contacto con lo externo para poder espantar algunos fantasmas. La envidia y el localismo, muchas veces, nos pone a nosotros mismos en desventaja. Yo estoy a la espera de lo que vaya a suceder, no puedo decirte que mi vida va a ser más sencilla ahora, sinceramente no lo creo. Quizá sea la época más difícil o en la que me tenga más confianza. Nosotros adolecemos de cierto mecanismo que no nos permite ponernos a trabajar hombro a hombro con sociedades más avanzadas que la nuestra.
Viendo lo que está haciendo la Sinfónica y otras agrupaciones musicales. ¿Para tener éxito hay que apostar por lo nacional?
-Todo depende del escenario. Si hablamos de una institución como el Conservatorio o la Escuela de Música, por supuesto que la formación que tienen que recibir los estudiantes debe ser una formación integral que incorpore lo propio con el legado occidental. Cuando me hablás de exportar arte a lugares fuera de Costa Rica o incluso dentro del país, apostar por lo propio es lo que la gente espera que uno haga. Por ejemplo, ¿de qué sirve que la Sinfónica Nacional o la Orquesta de Heredia vayan de gira por Alemania a tocar sinfonías de Beethoven? Creo que no pasaría de ser una curiosidad o una cosa exótica. Lo ideal sería que cualquiera de estas dos orquestas fuera con un repertorio bien escogido de obras costarricenses, y tendría un impacto diferente.
¿Qué espera después de este reconocimiento?
-En lo personal puedo decir que cerré un ciclo. Sin darme cuenta, haber recibido este premio me ha hecho pensar en que es hora de cerrar un ciclo y tratar de iniciar otro que tenga algunas otras características en mi parte profesional como compositor y director. Por lo pronto, lo único que podría decir es que se cerró una parte de mi vida personal que he venido impulsando durante muchos años.
¿Qué busca ahora?
-En la parte de composición eso es algo inagotable. Uno siempre está evolucionando y caminando hacia algún lado. En dirección, a mi me gustaría emprender nuevos proyectos con nuevos repertorios. ¿Qué espera para el país? Ojalá que las personas responsables puedan, por lo menos, reflexionar sobre lo que están haciendo en relación con este tema. La composición en Costa Rica no es algo que se pueda mejorar de la noche a la mañana, ni tampoco podemos esperar de que emerja de la casualidad un músico súper dotado, la música tiene que ser un proyecto país, entre varias instituciones. Mientras eso no suceda seguirán siendo las personas que por sí mismas emergen una detrás de la otra.