Alfred Hitchcock no solamente fue el “maestro del suspenso” y uno de los más exitosos e influyentes realizadores de Hollywood durante tres décadas. La silueta inconfundible de este inglés estuvo asociada a filmes que invitaban a reflexionar tanto sobre lo humano como sobre lo cinematográfico, a través de relatos e imágenes que interpelaban al espectador, sus temores y deseos más oscuros.
A este punto sensible de la audiencia apunta una de sus películas más conocidas: La ventana indiscreta (Rear Window, 1954).
En esta película acompañamos a Jeff, un inquieto fotógrafo confinado a su apartamento por tener una pierna rota, quien entretiene sus horas espiando la vida de los vecinos. Por medio de incontables intervenciones en primera persona, Hitchcock nos propone que este mirón podría ser cualquiera de nosotros. El hecho de que el personaje haya sido interpretado por James Stewart, uno de los “hombres comunes” de Hollywood, viene a reforzar esta propuesta. Sin embargo, el filme puede leerse también como una metáfora del cine mismo, el cual se ha dedicado justamente a mostrar la intimidad de toda suerte de individuos: todo espectador es también un mirón, o un voyeur, como han dado en llamarlo los franceses.
La ventana indiscreta fue estrenada en la primera mitad de los años 50; sin embargo, dada la onmipresencia de las cámaras en nuestra vida cotidiana (teléfonos, ordenadores y sistemas de vigilancia), las múltiples invasiones a la vida privada o incluso el exhibicionismo de no pocas prácticas sociales, podría decirse que el clásico de Hitchcock posee más vigencia hoy que en el momento de su producción. De ello toma nota el programa Preámbulo, del Centro de Cine, el cual exhibirá el filme el próximo 9 de julio, a las 7 p.m., en su sede en Barrio Amón.
La exhibición de La ventana indiscreta hace parte de la programación bimestral de Preámbulo, dentro de la sección “Cine y…”, que en esta oportunidad está dedicada al voyeur.
La de Hitchcock no es la única pieza imprescindible que se exhibirá; por el contrario, también se presentarán otros cuatro largometrajes de esos que merecen ser vistos una vez y otra también:
El fotógrado del pánico (Peeping Tom, Reino Unido, 1960), de Michael Powell, un versátil cineasta cuya influencia es apenas menor que la de Hitchcock (domingo 30 de julio, 7 p.m.); No amarás (Krótki film o miłości, Polonia, 1988), del apreciado Krzysztof Kieslowski, un largometraje derivado de su célebre serie televisiva, vagamente inspirada en los diez mandamientos (sábado 22 de julio, 4 p.m.); y Sexo, mentiras y vídeo (sex, lies and videotape, EE.UU., 1989), de Steven Soderbergh, una película clave en la historia del cine independiente estadounidense y ganadora en su momento de la Palma de Oro en el Festival de Cannes (jueves 13 y domingo 30 de julio, 7 p.m.).
También se exhibirá la perturbadora Caché (Francia, 2005), del austriaco Michael Haneke, también ganadora en el festival de Cannes (9 de julio, 4 p.m.).
Una sabrosa oferta que viene a enriquecer un período en el que la cartelera comercial ofrece poco al paladar cinéfilo. Pero lo mejor es que esto no es todo lo que Preámbulo ofrece en este julio, un mes en el que el proyecto cumple precisamente dos años.
Refugio cinéfilo
El programa Preámbulo, del Centro Costarricense de Producción Cinematográfica, nació en julio del 2015, como un espacio para recuperar o dar a conocer cinematografías que no suelen ocupar las carteleras costarricenses.
Con la dirección del crítico de cine Yoshua Oviedo, este espacio ofrece una treintena de funciones gratuitas cada mes, de miércoles a domingo, y de enero a noviembre, pues en diciembre los aficionados al cine cuentan con el Festival Internacional de Cine de Costa Rica.
Cinco secciones articulan la programación. Ya hemos mencionado una de ellas, “Cine y…”, en la que se escoge una temática y se presentan películas que representan diferentes abordajes. En julio y agosto se trata de “cine y voyeur”, pero en otros bimestres fueron las bicicletas o la monstruosidad, para citar dos ejemplos.
Una segunda sección, “Centroamérica y el caribe”, nos garantiza la exhibición de producciones de la región; es así como en julio podremos ver películas de República Dominicana, Panamá y Costa Rica.
La sección “Orígenes” presenta una serie de filmes que han abordado un mismo problema, estético o temático, a través del tiempo. En este julio, se trata de la animación, de manera que el público podrá disfrutar de rarezas como Las aventuras del Príncipe Achmed (Alemania, 1926), de Lotte Reiniger, o los cortometrajes del español Segundo de Chomón, entre otras películas.
“Territorios” es una sección dedicada al cine contemporáneo de un país o región específica, y en este caso es el emergente cine colombiano. Finalmente, la sección “De festivales” presenta una selección de filmes de reciente producción que no llegaron a las salas de cine comerciales.
Se trata de una programación que no es solamente rica en variedad y calidad, sino que revela la labor investigativa de Oviedo, atento a la historia del sétimo arte y a las tendencias del cine contemporáneo, así como la voluntad didáctica que sostiene Preámbulo, esa de contribuir a la formación audiovisual de los costarricenses.
Preámbulo en julio
Como es usual, Preámbulo tiene filmes de miércoles a domingo, en algunos casos con un invitado quien se encarga de brindar un foro. Los miércoles, jueves y viernes, con una sola sesión a las 7 p.m., mientras que los sábados y domingos hay películas a las 4 y a las 7 p.m.
En el bimestre de julio y agosto, las cinco secciones de Preámbulo incluyen los filmes:
– Sección “Orígenes”, dedicada al cine de animación, los filmes Las aventuras del Príncipe Achmed (Alemania, 1926), de Lotte Reiniger, cortometrajes de Segundo de Chomón y Jan Svankmajer; El planeta salvaje (Francia, 1973), de René Laloux y Mi vida de Calabacín (Suiza, 2016), de Claude Barras.
– “Territorios”, en esta oportunidad dedicada a Colombia, se presentan los largometrajes La Sirga (2012), de William Vega; La tierra y la sombra (2015), de César Augusto Acevedo; Siembra (2015), de Ángela Osorio y Santiago Lozano; Oscuro Animal (2016), de Felipe Guerrero y Los nadie (2016), de Juan Sebastián Meza.
– En la sección “De Festivales”, los filmes Somos Mari Pepa (México, 2013), de Samuel Kishi; Boi neon (Brasil, 2015), de Gabriel Mascaro; Forastero (Argentina, 2015), de Lucía Ferreyra; así como un festival de Derechos Humanos y Medio Ambiente.
– La sección de cine de “Centroamérica y el Caribe” ofrece en este bimestre los filmes Jean Gentil (República Dominicana, 2010), de Israel Cárdenas y Laura Guzmán; Es hora de enamorarse (Panamá, 2016), de Guido Bilbao; Gandhi en China (Costa Rica, 2016), de Arturo Alvarado; La Dixon (Costa Rica, 2017), de Adriana Cordero Chacón, y una selección de cortos costarricenses de Nicolás Wong, Ronny Garro y Ariel Escalante.
– Finalmente, como comentamos en el cuerpo principal de este artículo, la sección “Cine y…” está dedicada al voyerismo.
La programación precisa en cuanto a días y horas puede encontrarse en la Facebook e Instagram como PreambuloCR.