Cultura Silvie Durán Ministra de Cultura

Cultura apunta a un organismo más allá del Consejo Nacional del Libro

Ministerio promete dejar un instrumento que venga a articular al sector del libro, hoy disperso y en busca de una solución.

Tras diez años de haber sido suspendido como órgano consultivo, el Consejo Nacional del Libro (CNL) parece que seguirá sepultado, según se desprende de las palabras de la Ministra de Cultura, Silvie Durán. Ahora buscan un mecanismo que articule mejor al sector.

Ante una consulta realizada por este medio, representantes del sector del libro destacaron la necesidad de contar con un ente que permita articular una política nacional del libro y la lectura, dado que los esfuerzos existentes en la actualidad están dispersos.

El Consejo Nacional del Libro fue cerrado en 2006 y desde entonces ha estado en el congelador. No obstante, representantes como Luis Bernal Montes de Oca, presidente de la Cámara Nacional del Libro; Óscar Castillo, de Uruk editores; Luis Amón, de la Librería Internacional, y René Muiños, de la Editorial de la Universidad Estatal a Distancia (EUNED) consideran que es oportuno rescatar dicho espacio.

Uno de los mayores problemas que surgió en torno al CNL, cuando estuvo activo, fue cómo escoger a los sectores representados. Ante esos y otros cuestionamientos, el Gobierno de turno decidió dejar sin efecto el Consejo en ese 2006.

“Tengo que recordar que el Consejo Nacional del Libro no está activo desde el año 2006. Hay una propuesta de modificación para que el Consejo Nacional del Libro pase de 14 a ocho representantes”, dijo.

Lo más relevante, según se desprende de lo manifestado por Durán, es que el órgano que articule una futura política nacional del libro y la lectura sea coherente con los mecanismos de los que hoy dispone el Ministerio en ese campo, a saber, la Editorial Costa Rica, el Colegio de Costa Rica, el Sistema Nacional de Bibliotecas (Sinabi) y la Feria del Libro.

Otra de las opciones que se barajaron en Cultura fue la designación de un secretario ejecutivo del CNL, para que organizase la gestión del ente; no obstante, la iniciativa no se materializó.

Como hasta ahora ninguna de las opciones para desempolvar al CNL han resultado efectivas, todo apunta a que el Consejo Nacional del Libro será relegado por una apuesta que contemple esos diferentes mecanismos.

A un año de concluir la gestión, el Ministerio de Cultura trabaja en dejar establecida una política que articule las acciones que favorezcan el sector del libro y la lectura, el cual se queja de que, justamente, faltan mecanismos que contribuyan a su fortalecimiento.

En la encuesta de Cultura de 2014, realizada con datos que remitían a 2013, se determinó que el 51,4% de los costarricenses no leyeron un libro en ese año.

Una de las razones que explican ese porcentaje de lectura, que deja por fuera casi a la mitad de la población, es que faltan mecanismos articulados para el fomento de la lectura y la circulación del libro.

La Encuesta de Cultura fue realizada en octubre de 2016 y de acuerdo con el Ministerio será publicada en el “tercer trimestre” de 2017.

La encuesta sirve como un parámetro para conocer los diferentes aspectos que inciden en el desarrollo cultural del país, entre ellos el libro y la lectura.

De acuerdo con Durán, la pretensión es que cualquiera que sea el mecanismo o el órgano que venga a dar coherencia a una política nacional del libro esté en consonancia con lo realizado por esa cartera en relación con la política de derechos culturales.

RETICENCIA

Quizá uno de los temores de rescatar el CNL es que recaiga en un solo órgano consultivo todo el peso de la política del libro y la lectura. Ante ello, las gestiones actuales han optado por diversificar ese enfoque.

“No queremos generar un espacio más. Un espacio que pueda generar más dispersión”.
De ahí, añadió Durán, el esfuerzo que han hecho en la Feria del Libro, en la que han procurado que el Ministerio de Educación (MEP) se involucre con la presencia de estudiantes de primaria.

De igual manera, recordó, el MEP comenzó un nuevo enfoque en el que se están fortaleciendo las capacidades lingüísticas de los educandos, lo que vendría a largo plazo a fortalecer el ámbito de la lectura.

Para Durán, la política nacional del libro tiene que contemplar también el fortalecimiento de la producción y el mercadeo de los libros. Hay que recordar, por ejemplo, que la Editorial Costa Rica es una entidad adscrita al Ministerio de Cultura.

“Tenemos que pensar en la sustentabilidad de las editoriales. La compra de libros por parte del Ministerio de Educación es muy importante”, resaltó.

Al consultarle si existía una fecha determinada para que se aclare si se rescata el Consejo Nacional del Libro o en su lugar se instaura otro mecanismo, expresó que “todo obedece a un proceso de maduración” y que así lo han hecho con la Feria del Libro, en la que el año pasado contaron con un consultor del Centro Regional para el Fomento del Libro en América Latina y el Caribe (Cerlalc).

Para la Feria Internacional del Libro 2017 de nuevo, dijo, dispondrán de un observador de este organismo, con el fin de mejorarla.

En esa “reconfiguración” de una política del libro, se deben buscar las formas que permitan un mejor aprovechamiento de los recursos que para tal fin provee el Estado.

“Una versión última debe tocar temas como el acceso y la promoción, y la escritura como una manera amplia de expresión, así como el valor de la industria del libro y las lógicas del mercado. Se necesita mucha madurez, porque son fondos públicos, por lo que debemos ser coherentes y tratar de lograr el mejor impacto posible. Por eso hemos estado haciendo un diálogo con el sector, con los diferentes grupos”.

La Ministra comentó que dentro de las consideraciones que se deben de tener en cuenta, en el marco de una nueva política del libro y la lectura, está lo que sucede con el ámbito digital. De ahí la relevancia de contemplar los nuevos mecanismos de lectura en dispositivos como un Kindle o una tableta.

“Tenemos que hacer una mayor conciencia en el sector de la irrupción brutal de lo digital. Debemos considerar los modos cognitivos. Que los instrumentos cooperen, ya que son procesos de largo plazo”.

En este desafío de lanzar una política nacional del libro y la lectura, Durán estimó que se debe asumir también lo relacionado con la oralidad frente a mecanismos ya desarrollados como la lectoescritura, por ejemplo.

En relación con el libro, la Ministra considera que hay que ir más allá de los esquemas tradicionales.

“Lo analítico ya no basta, debemos considerar los sistemas de motricidad, la oralidad, el contacto con un desarrollo temprano, el soporte afectivo, lo sensorial”.

Frente a un sector del libro como son las editoriales estatales, las editoriales independientes, las librerías y la Cámara Nacional del Libro, que reclaman una política nacional que venga a articular los esfuerzos hoy dispersos, la Ministra asegura que dejarán un instrumento que venga a dar coherencia a las diferentes partes que interactúan en el sector; no obstante, parece ser que ese ente no será el Consejo Nacional del Libro, que seguirá inactivo.

 

 

 

 

 

 

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