La imagen dantesca de un incendio en el Teatro Nacional (TNCR) es una pesadilla que los costarricenses no queremos vivir. Ni los ángeles de la pintura llamada Alegoría de las Bellas Artes, ubicada en el cielorraso de la luneta, ni la escultura conocida como La Fama que se alza en el tímpano del edificio lo podrán salvar de las llamas.
Lo que sí resguardará este recién declarado símbolo patrio (bajo la Ley 9521 del 5 de febrero de 2018) es cumplir con las normativas vigentes en materia de prevención de incendios, entre otros aspectos, con el fin de proteger tanto a los usuarios de un evento trágico, como al inmueble con sus tangibles e intangibles.
La seguridad del edificio patrimonial que contiene no solo historia arquitectónica, sino también artística y escénica local y mundial, y ante todo identitaria, es un elemento clave en la gestión de la propuesta para actualizar el inmueble, llevada adelante por el director del TNCR, Fred Herrera.
La sustitución de la instalación eléctrica del TNCR es otro de los componentes que incluye el “Plan Integral de Seguridad y Conservación del Monumento Histórico”. (Foto: Katya Alvarado).
El proyecto titulado “Plan Integral de Seguridad y Conservación del Monumento Histórico” se inspira en la aplicación de la normativa en varios niveles de seguridad para el público y las personas usuarias en general, para la parte estructural del edificio y para los trabajadores del escenario.
La idea es prevenir un cortocircuito o un evento que vaya a provocar una salida de urgencia, y que, si lo hubiese, se pueda generar la instantánea alarma en la estación de bomberos más cercana si se detecta un inicio de incendio, explicó Herrera
La aplicación de estas normas se haría de una forma respetuosa y adecuada a un edificio patrimonial de gran belleza, “modulada a la singularidad del lugar; podemos hacer eso juntando a artistas, arquitectos, conservadores ingenieros electromecánicos, y teniendo como líder a un gran arquitecto conservador de fama mundial que tenga experiencia en lo que se ha hecho en las grandes ópera del mundo”, aseguró el director del TNCR.
Junto a Herrera, y a partir de este concepto de conservación y seguridad, los especialistas y miembros de la Junta Directiva del TNCR, el arquitecto Roberto Villalobos y el ingeniero estructural Rolando Gei, liderarán el proyecto.
Preocupación
Intervenir el Teatro Nacional preocupa a un sector de la ciudadanía que en redes sociales ha externado suspicacias y reticencias por los alcances que podría tener la gestión que pretende iniciarse a finales de este año y cuya conclusión está programada para el 2022.
Ante los cuestionamientos planteados en entrevista por UNIVERSIDAD, Herrera hizo su respectivo descargo al aducir que entiende y es sensible a lo que calificó como nostalgia frente a un cambio vertiginoso del planeta y ante la reacción normal de guardar.
La actualización tecnológica del escenario es prioridad en el plan de seguridad y conservación del TNCR con el fin de continuar siendo una ventana cultural de Costa Rica hacia el mundo. (Foto: Katya Alvarado).
“No soy insensible a la necesidad de guardar los espacios cargados de memoria. Lo que se haga tiene que preservar la función original y, hasta donde se pueda, mucho mobiliario y las formas originales; a veces, para preservar la forma, hay que cambiar la materia. Este teatro está cargado de memoria y yo mismo la siento”, sopesó Herrera.
Confirmó, entonces, que el grupo interdisciplinario a cargo de la ejecución del proyecto velará por el cumplimiento de la función original del Teatro Nacional, con el objetivo de preservar el monumento patrimonial y proveer la mayor seguridad a los usuarios mediante la adecuación del edificio a las regulaciones, códigos y tecnología vigentes.
Para ello será indispensable implementar un sistema de protección contra incendios que permita reducir situaciones de riesgo, a la vez que se instalarán salidas de emergencia que cumplen satisfactoriamente, aunque no en un cien por ciento, las cláusulas respectivas.
Asimismo, el proyecto estima sustituir los sistemas eléctricos del TNCR de acuerdo con la normativa vigente y actualizar tecnológicamente el escenario sin eliminar la mecánica escénica actual, incluida la automatización de la tramoya, el aislamiento acústico, la iluminación del escenario y la instalación de una concha acústica.
Además, contempla la restauración de las pinturas decorativas, la sustitución de los tapices y las alfombras para cumplir con la normativa NFPA (Asociación Nacional de Protección contra el Fuego, por sus siglas en inglés) y la reparación y fumigación de la madera.
Por último se procederá a la climatización con nueva tecnología de la sala principal, ya que el equipo de ventilación existente tiene más de veinte años y no funciona adecuadamente.
La colocación de una concha acústica con capacidad para proyectar correctamente el sonido es un elemento fundamental para el óptimo funcionamiento del escenario del TNCR. (Foto: Katya Alvarado).
Salvaguarda patrimonial
Algunas de las preguntas más frecuentes de los amantes del Teatro Nacional están relacionadas con la tramoya actual, la concha acústica y las salidas de emergencia.
A continuación, las respuestas que el proyecto detalla:
¿Qué sucede con la tramoya actual?
El TNCR posee una tramoya edificada principalmente con madera a finales del siglo XIX. En 1922, la tramoya original se sustituyó en su totalidad debido a que fue destruida por el comején. En las décadas subsiguientes, la madera y los distintos elementos de la tramoya han tenido procesos de mantenimiento continuos y han llegado a reemplazarse en su totalidad los carretes de madera por unos de acero o de aluminio, con nuevos ejes metálicos y barras de luces, que pueden llegar a pesar casi una tonelada y que se mueven por motores adaptados con cables de acero y no con las originales cuerdas de cabuya.
La tramoya propuesta consiste en:
- Estructura metálica nueva prefabricada e independiente de la estructura de soporte del TNCR.
- Estructura apernada que permitiría ser desmontada a futuro, cumpliendo con principios de conservación.
- Ubicación sobre la tramoya actual de madera, de tal forma que no será visible. Incluye motores servo controlados, que no afectan la tramoya existente, y permitirá la operación de ambos sistemas si se desea.
- Reducción de los esfuerzos de la tramoya existente que no cuenta con la capacidad estructural necesaria para soportar las cargas usuales de los elementos escénicos y focos en los espectáculos actuales.
¿Qué es la “Concha Acústica” y por qué hay que sustituirla?
Una concha acústica es una estructura de superficies reflectantes, usualmente desmontable y modular, que se construye dentro de la caja del escenario de una sala de conciertos, teatro o auditorio, con el fin de facilitarles a los artistas una óptima reflexión acústica.
Los expertos en sonido han criticado la inadecuada acústica del TNCR, debido a problemas de insonorización. En respuesta a ello, los estudios realizados indican la necesidad de disponer de una concha acústica que permita dirigir y potenciar el sonido hacia la audiencia.
Una concha acústica que cumpla con el requerimiento del TNCR pesa entre 5 y 6 toneladas, que igualmente deben ser soportadas por la tramoya, y la actual no tiene la capacidad de hacerlo.
¿Cómo se solucionarán las salidas de emergencia de la sala principal?
Mediante La Gaceta N°11 del 17 de enero de 2005 entra en vigencia la normativa NFPA relativa a seguridad humana y protección contra incendios. En un principio, se consideró la adaptación de dos salidas de emergencia en los palcos platea laterales. No obstante, resultado de los procesos de análisis internos, acompañados del aporte de especialistas en conservación nacionales e internacionales, se desestimó esta posibilidad.
La propuesta actual consiste en la reubicación de 88 sillas de la luneta en la parte delantera de la sala, con el fin de lograr una nueva distribución que permita una adecuada evacuación de los espacios en caso de emergencia.
Las salidas de emergencia del TNCR se ubicarán en la luneta mediante la recolocación de 88 butacas de la parte delantera de la sala, que permita una adecuada evacuación de los espacios en caso de emergencia. (Foto: Katya Alvarado).