En marzo de 2024 se encendieron las alarmas en la Sede Regional del Pacífico, ubicada en Puntarenas, cuando se anunció, por parte de la dirección, el cierre del programa EC-551 denominado “Cátedra José Martí” y que estaba adscrito a la Vicerrectoría de Acción Social (VAS).
Después de 18 años de pertenecer el programa a la VAS, el director Oriester Abarca lo daba por concluido y eso significaba que se quedaría sin presupuesto para el presente año y todas las partes interesadas infirieron que era el fin de la Cátedra José Julián Martí.
Aunque la cancelación del programa abre un debate más allá de la formalidad, como se abordará en este reportaje, lo cierto es que la “Cátedra Conmemorativa José Julián Martí” sigue abierta y vigente, de acuerdo con la confirmación que hiciera al Semanario UNIVERSIDAD Ximena Alvarenga, asesora académica de la Vicerrectoría de Docencia.

Alvarenga explicó que ningún director puede cerrar una cátedra conmemorativa o temática porque esa es una potestad de la asamblea.
En el presente caso, por ejemplo, ello significa que le corresponderá a la asamblea de la Sede Regional del Pacífico determinar, en su momento, si está de acuerdo con que se cierre dicho espacio o procurar darle contenido a la ya existente.
La “Cátedra José Julián Martí” fue inscrita en el año 2000 en la Vicerrectoría de Docencia y al momento de formular la consulta —el viernes 28 de junio— estaba debidamente inscrita en dicha dependencia universitaria.
Alvarenga expresó que en la VAS existía un proyecto prácticamente con el mismo nombre, aunque esta no representa ni sustituye a la cátedra como tal.
“Aunque tienen el mismo nombre, son diferentes. Es extraño que pase una situación así. No es normal. Para que se cierre una cátedra conmemorativa o temática se requiere un acuerdo de asamblea; no es potestad de un director”, dijo Alvarenga.
En el acto de clausura del programa EC-551 inscrito como “Cátedra José Martí”, las partes interesadas, de entrada, dieron por descontado que se estaba cerrando la “Cátedra José Julián Martí” de la Vicerrectoría de Docencia, aunque la evocación del asunto parezca el juego instaurado por Jorge Luis Borges en “Pierre Menard, autor del Quijote”.
Es tal la situación que en una entrevista telefónica sostenida con el director Abarca, este explicó que se reunió con el diputado del Partido Liberación Nacional (PLN) Francisco Nicolás, para explicarle las razones del por qué del fin de la “Cátedra José Martí”, es decir, del proyecto inscrito con dicho nombre en la VAS.
También, Abarca se entrevistó con el embajador de Cuba en Costa Rica, Jorge Rodríguez, a quien le detalló los pormenores del porqué del cierre del programa de la VAS, pero que en esa coyuntura se asumía como si fuera el cierre de la cátedra de Docencia.
Como se puede apreciar, se asumió que la cátedra creada en el 2000, y que surgió a raíz de la discusión que había desatado el Combo del Instituto Costarricense de Electricidad (ICE), era la que se estaba eliminando, cuando la situación no era así, según lo indagado por este medio en la Vicerrectoría de Docencia.
De esta manera, los sectores sociales, políticos y comunitarios de Puntarenas —a la luz de los postulados y los principios martianos— pueden pedir que la “Cátedra José Julián Martí” no se quede solo vigente en el papel.

De igual manera, en la comunicación mantenida con Abarca, este manifestó que a la Asociación Porteña de Convergencia Martiana, una agrupación de exalumnos del Colegio José Martí y que surgió al amparo del programa martiano, él les planteó la posibilidad de establecer en un futuro un convenio para que los análisis en torno al pensamiento martiano continuaran y tuvieran relación con la Sede Regional del Pacífico.
Ello, de nuevo, evidencia que las partes, tanto la que había procedido al cierre, como los que lamentaban dicha noticia, estaban apegados al programa EC-551, sin tener en consideración que el marco institucional que acuerpa a la “Cátedra José Julián Martí” sigue intacto.
En ese sentido, en el portal de la Vicerrectoría de Docencia se puede leer lo siguiente: “También destaca la Cátedra José Julián Martí, que inició en el año 2000 y se ha planteado el objetivo de promover la reflexión crítica del pensamiento del prócer latinoamericano José Julián Martí Pérez (1853-1895) y de esta forma estudiar el significado y la vigencia del ideario martiano a la luz de la realidad de nuestra América”.
Antes, en dicha página, se había puntualizado la razón de ser de una cátedra de dicha naturaleza: “Las cátedras conmemorativas se establecieron en homenaje a personas destacadas en la academia, la investigación, las ciencias, las humanidades, la educación, la política, así como a pensadores, estadistas, intelectuales y libertadores nacionales o extranjeros que hayan tenido una relación estrecha con la Universidad de Costa Rica”.
En las cátedras conmemorativas se encuentran la de Emma Gamboa, creada en 1980 y que fue la primera, así como la de Humboldt, la de Eugenio Fonseca Tortós, la de Rodrigo Carazo y Sara Astica, entre otras.
Baile de máscaras
Con el recorrido hecho hasta aquí, todo parece indicar que la situación experimentada entre el programa y la “Cátedra José Julián Martí” es una especie de baile de máscaras, en el que las partes daban por sentada una realidad, pero en la que esa realidad se desdice por sí misma.
Para entender el laberinto que surgió entre el proyecto y la cátedra, hay que remontarse a las consideraciones que se esgrimieron en el 2000 cuando quedó debidamente establecida la “Cátedra José Julián Martí”, con base en la resolución # 6927-2000 y que surgió por un acuerdo de la reunión de profesores de la sede Regional del Pacífico, el 24 de mayo de 2000.
Por esa razón, es que al ser consultada al respecto, Alvarenga aclaró que para eliminar dicha cátedra se requería la participación de la asamblea de la Sede Regional del Pacífico.
Entre las consideraciones que mediaron a comienzos del nuevo siglo para crear la cátedra en conmemoración del pensador, político, escritor y revolucionario cubano, se esgrimieron los siguientes puntos: “1.Propiciar el intercambio de ideas entre la Universidad de Costa Rica (Sede Regional del Pacífico) con las comunidades de la región, asumiendo los principios ideológicos del pensamiento legado por José Martí.
- 2. Servir de medio para estimular el debate y el intercambio de ideas sobre los acontecimientos sociales, económicos y culturales en Costa Rica y más concretamente, en la Región de Puntarenas, con el apego al más amplio pluralismo ideológico”.
De igual manera, se atendían dos consideraciones más para darle cabida al pensamiento martiano en la citada sede: “3. Fomentar el enfoque multidisciplinario de los hechos sociales, económicos y culturales. 4. Crear un espacio académico entre la Sede Regional del Pacífico y la comunidad, que permita estimular la reflexión, el análisis y el rescate del pensamiento de grandes líderes Puntarenenses, Costarricenses y Latinoamericanos”.
Fin del programa martiano
Mientras Puntarenas se preparaba en este 2024 para celebrar el 130 aniversario de la presencia de Martí en la provincia, la que visitó en 1893 y 1894, surgió la información de la clausura del programa EC-551, que funcionó a partir de 2006 al amparo de la Vicerrectoría de Acción Social.
Al ser consultado al respecto, Abarca esgrimió sus razones. Entre ellas, el director precisó que dicho programa venció en diciembre de 2023 y que él consideraba que había sido renovado muchas veces y que ahora otras opciones merecían la atención de la sede regional.
“Los programas que tienen como naturaleza la acción social no son eternos”, dijo Abarca, al tiempo que explicaba que ningún proyecto bajo la sombrilla de la VAS era permanente.
Para el desarrollo del proyecto, dicho espacio contó con una plaza con un cuarto de tiempo asignado.
Ahora, ese tiempo será empleado, de acuerdo con la solicitud de cierre hecha por Abarca, en impulsar otro espacio: “La carga docente que se libera será usada para inscribir un proyecto sobre ‘equidad e igualdad de género y derechos de la mujer en la comunidad puntarenense’, el cual considero de absoluta relevancia y actualidad”.
Abarca argumentó, además, que con el nuevo reglamento aprobado por la VAS ya no existía cabida para el proyecto martiano. Las categorías de ese nuevo texto se encasillan en “patrimonio y cultura; educación permanente; educación continua; servicios; TCU e iniciativas estudiantiles”.
Otra de las consideraciones puntualizadas por Abarca para el cierre del proyecto EC-551 llamado “Cátedra José Martí” son las de índole presupuestaria.
«La sede tiene otras necesidades. El proyecto ha tenido un cuarto de tiempo por 20 años.
Al recordarle a Abarca que en la Vicerrectoría de Docencia aparecía inscrita la “Cátedra José Julián Martí”, sostuvo que él actuaba sobre el proyecto y que a dicha cátedra no la conocía.
“Le puedo decir que no, que no conozco esa cátedra”. Al insistirle que aparecía formalmente inscrita, Abarca ahondó: “Si eso existe, esa cátedra debe ser un programa institucional, que funcione como un proyecto de la universidad. Nosotros somos una sede muy pobre y hemos designado un cuarto de tiempo por 20 años”.
La tercera consideración para la conclusión del programa, que por 18 años ha estado al amparo de la VAS desde la sede Regional del Pacífico, es de corte “discrecional”, debido a que al director, en un principio, se le recargaba la coordinación de la cátedra, pero dijo que ello no está regulado en la sede ni en el estatuto orgánico.
Una adición a la resolución del año 2000 delegaba en el coordinador del sistema de educación general la convocatoria para designar al responsable de la “Cátedra José Julián Martí”.
En el corazón de Puntarenas
Hace 130 años, Martí compartió con los puntarenenses en su segundo viaje entre el 12 y el 18 de junio de 1894, mientras esperaba el barco que lo llevaría a Colón, Panamá, y luego a Jamaica, en sus diversas rutas en busca de apoyos para la Guerra Necesaria, con la cual pretendía liberar a Cuba del yugo español.
Fue tal la magnitud del encuentro que en Puntarenas Martí se reunió con el general José Maceo y con Francisco Adolfo Crombet, más conocido en ese entonces como Flor Crombet. De su estancia en tierras porteñas, Martí dejaría un escrito intitulado La parranda de Puntarenas.
Además de todo ello, el Liceo José Martí funciona desde hace 83 años y como parte de la tradición a los estudiantes se les inculcan las ideas martianas relacionadas con la libertad, el respeto y su amor por nuestra América, como la denominaba el prócer cubano.
En 2011, como fruto del proyecto martiano impulsado en la Sede Regional del Pacífico surgió la Asociación Porteña de Convergencia Martiana, formada con exalumnos del Liceo José Martí y que tiene una activa participación en la comunidad.
Para conmemorar la presencia martiana en la provincia, el Concejo Municipal acogió una moción para declarar a José Martí “Huésped de honor del pueblo de Puntarenas”, lo que ocurrió el 23 de mayo de 2024. Como si ello no fuera suficiente, en Orotina siguieron los mismos pasos y lo declararon “Visitante de honor”.
“En virtud de la importancia de preservar y honrar el legado de José Martí en nuestro cantón”, reza el acta del 10 de junio de 2024 de los orotinenses.

Vigencia imperecedera
La vigencia del pensamiento martiano sigue intacto, como si fueran días cercanos en que el líder cubano alertaba sobre el gigante de las siete leguas y la necesidad de que la América Latina, aquella que partía de Simón Bolívar, pensara más en su tronco indígena que mirar al mundo anglosajón.
La influencia martiana, no obstante, no se circunscribe en Costa Rica a su paso por Puntarenas, donde como se ha podido observar, dejó una huella indeleble.
En el Repertorio Americano de Joaquín García Monge hubo una gran presencia de los postulados martianos, e incluso el editor llegó a reproducir números de la Edad de Oro.
De modo que el cierre de un programa, como el ya citado EC-551 en la Sede Regional del Pacífico, es un asunto que obedece más a disposiciones administrativas y no de índole intelectual y filosófico.
En ese sentido, es interesante lo que en un marco general expresó la actual directora del Centro de Estudios Martianos (CEM) de Cuba, Marlene Vázquez, a este periódico desde La Habana, con motivo del cierre del proyecto “Cátedra José Martí”.
“Durante varios años esa cátedra organizó el encuentro internacional de Cátedras Martianas y se generó un movimiento que con derecho propio concluía en Puntarenas y dieron muestras en esos eventos de un alto nivel de organización, de competencia académica indudable y se realizaron ciclos de conferencias que todavía se recuerdan. Yo inauguré, con una conferencia magistral, el encuentro de 2013 y luego fui en varias ocasiones a actividades diversas a Costa Rica y me invitara quien me invitara, siempre la cátedra hacía una actividad en Puntarenas o San Ramón, con gran afluencia de público y de estudiantes, así como los miembros de la Asociación de Convergencia Martiana”.
Vázquez resaltó el empeño que a lo largo de los años tuvo el proyecto martiano hoy clausurado.
“Me consta el trabajo abnegado y al mismo tiempo de excelencia y hecho con humildad por parte de Marjorie Jiménez, Miguel Alvarado, Gerardo Hernández, Mario Solera, Dulce Umanzor, que aunque no era de la universidad, era de la Asociación, y recuerdo también a Macarena Barahona Riera, que también siempre estaba al tanto de la cátedra. De ahí se irradiaron actividades que vincularon a la Sede de San Ramón y a la de la capital, la Rodrigo Facio”.
Para la directora del CEM, el principal centro de Cuba dedicado al estudio del pensamiento y el legado martianos, es triste el cierre del proyecto.
“Realmente es una pena que vaya a desaparecer, porque en las actuales coyunturas internacionales, en las que se necesita levantar un pensamiento descolonizador y educar al ser humano en una cultura de paz y de respeto al otro y consciente de la valía de nuestras potencialidades nacionales como pueblo latinoamericano, el pensamiento de Martí es de una ayuda y de una actualidad indiscutible”.
El reto
Dilucidada la confusión entre el proyecto y la cátedra martiana, la cual sigue inscrita y vigente en la Vicerrectoría de Docencia, queda ahora conocer qué determinación tomarán en la Sede Regional del Pacífico en torno a este asunto, y si la asamblea de dicho centro se pronunciará en los próximos días o tomará medidas para que el marco que ofrece la permanencia de la cátedra martiana les permita continuar impulsando la visión de Martí en la provincia porteña e incluso en el ámbito nacional.
Incluso, el propio director Abarca, a quien le correspondió cerrar el proyecto EC-55 nombrado “Cátedra José Martí”, en la entrevista con este medio abogó porque ese espacio lo ocupara una iniciativa con respaldo institucional.
El marco jurídico, como confirmó la Vicerrectoría de Docencia, está intacto y ahora se abre el abanico de posibilidades y de desafíos para que se determine cómo dotar de contenido intelectual y económico a la “Cátedra José Julián Martí”, que nació con el fin de hurgar a profundidad en el pensamiento del prócer cubano, que dejó una huella directa en Puntarenas, pero que por más de un siglo ha permeado la visión latinoamericanista de miles de costarricenses.
